Idioma original: Inglés
Título original: The mother of all questions Año de publicación: 2021
Traducción: Lucía Barahona
Valoración: Muy recomendable
Rebecca Solnit no es una autora desconocida en este blog, donde ya se han reseñado otras obras suyas como Una guía sobre el arte de desaparecer, Recuerdos de mi inexistencia y la más famosa tal vez, Los hombres me explican cosas que sirvió para acuñar el término mansplaining que el diccionario Oxford recogió hace ya algunos años.
Pero para todo el que no haya oído hablar de ella, Solnit ha consolidado una sólida carrera como ensayista y pensadora muy interesada en la reflexión introspectiva siempre desde una óptica —¡oh, no!— feminista. Oh, sí. Su discurso es sólido y contundente en su contenido a pesar de su tono sosegado e irónico, lo que curiosamente ha llevado a algunos lectores en un primer —y prejuicioso— vistazo a pensar que sus libros son de auto ayuda. Rotundamente NO. La obra de Rebecca Solnit tiene de auto ayuda lo que yo pueda tener de piloto comercial y que su prosa no resulte agresiva (¿por qué debería serlo?) no significa que no deje títere con cabeza:
«En la trilogía original de La guerra de las galaxias, mujeres que no sean la princesa Leia hablan un total de sesenta y tres segundos en los 386 minutos de las películas (…). Sin embargo, estas películas no se describen como películas para niños u hombres, sino películas para todos nosotros, mientras que las películas con una cantidad de tiempo similarmente desigual asignado a mujeres se considerarían sí o sí películas para niñas o mujeres.»
Porque los temas que trata son de primero de sociedad igualitaria y civilizada, y porque tras sus argumentos hay un arduo trabajo de investigación muy bien documentada con HECHOS que trasciende con creces los discursos simplistas que todos leemos continuamente en redes sociales.
Aprovecho para lanzar una reflexión personal sobre el uso tan manoseado del comodín de la libertad de expresión: una cosa es que uno tenga el pleno derecho para decir lo que opina y la otra es que, a pesar de disponer de información fiable y verificada de naturaleza científica o jurídica sobre una cuestión concreta, uno prefiera ignorarla deliberadamente para seguir intoxicando el discurso y desviando el foco, lo que generalmente repercute de forma lesiva sobre los derechos de los colectivos más vulnerables. Lo estamos viendo demasiadas veces últimamente y parece que no aprendemos.
Resumen resumido: Recopilatorio de doce artículos ensayísticos que abordan, desde diferentes puntos de partida u ópticas, en los orígenes de la aún tan velada cuestión de la violencia estructural hacia las mujeres, así como en los mecanismos políticos y sociales que a día de hoy siguen apuntalando todos los mitos que la sustentan.
Y este conjunto de ensayos ¿qué resortes apunta como parte de esa violencia estructural contra las mujeres?
- La maternidad como requisito para pertenecer a la categoría mujer. Esta es la cuestión que da título al libro aunque solo sea uno de los aspectos que se tratan y que aprovecha para desmontar también el falso mito de la felicidad que rige el mundo capitalista.
- El silencio y a quién beneficia. Conjunto de artículos que desgranan con detalle y audacia todas las facetas del silencio, los actores que lo promueven y lo sufren y, sobre todo, las profundas repercusiones en el individuo y en la sociedad en general, centrado desde la óptica del silenciamiento de las mujeres.
«A veces tan solo el simple hecho de ser capaz de hablar, de ser escuchado, de ser creído, es parte fundamental de la pertenencia a una familia, una comunidad, una sociedad.»
- La cultura de la violación, los chistes sobre violaciones, etc…
«El lenguaje es importante. Hemos librado una importante batalla sobre la cuestión del lenguaje de las violaciones para que la gente deje de culpabilizar a las víctimas. El epíteto que mejor lo resume es: los violadores provocan violaciones.»
- La construcción histórica de la mujer: bulos y falsos mitos.
«Necesitamos dejar de contar la historia de la mujer que se quedó en casa, pasiva y dependiente, esperando a su hombre. Ella no estaba sentada a la espera. Estaba ocupada. Y todavía lo está.»
- La construcción literaria de la mujer (su invisibilización), tomando como punto de partida la publicación por parte de la revista Esquire de una infumable lista titulada Los 80 libros que todo hombre debe leer.
«Analizar la lista, que incluye muchos de los libros más varoniles de la historia, libros sobre guerra, donde solo hay uno escrito por un hombre homosexual, me recordó que, aunque es duro ser mujer, en muchos sentidos es mucho más duro ser un hombre, ese género que se supone que ha de ser defendido y demostrado incesantemente a través de actos de hombría.»
Aquí no puedo evitar añadir que la cuestión de la invisibilización de las escritoras a lo largo de la historia ya se ha tratado una o dos veces en este blog, así como también hemos puesto la lupa sobre la profusión de lo que Rebecca Solnit denomina «todos esos libros lujuriosos sobre crímenes violentos contra las mujeres».
Pero sin duda, el artículo en el que Solnit despliega toda su mordacidad es en El caso del agresor desaparecido, un texto impagable, plagado de ironía, que desmonta magistralmente todos los eufemismos y los falsos mitos alrededor del alcohol, las mujeres y el sexo no deseado. Solo por este artículo, el libro ya vale la pena. También muy recomendable, ya solo por su planteamiento inicial, el artículo titulado Los hombres me explican Lolita. También hemos hablado bastante de Lolita en este blog y en cómo se ha malinterpretado interesada y patriarcalmente la esencia del personaje para legitimar esa arraigada fantasía masculina de tener sexo con niñas. Y por lo que Solnit explica, todavía queda mucho trabajo por hacer.
Así que Muy recomendable para cualquier mujer y, en general, para cualquier mente abierta al siglo XXI. Ya sé que en esta reseña he abusado de las citas más que nunca pero para qué voy a tratar de explicar lo que dice Rebecca Solnit si ella misma lo dice tan y tan bien.
PD: todo aquel que tras leer la reseña necesite invocar el socorrido #notallmen, le recomiendo que primero lea este magnífico ensayo en el que la autora también indaga en la génesis del hashtag y lo desactiva rigurosamente y con argumentos. Si es que ya está todo dicho, lo que hace falta es escuchar.
Hola, Beatriz:
ResponderEliminarQué ganas de leer el libro, o a ella de una vez, que estoy últimamente muy dispersa y sigo sin leerla.
En fin, me ha gustado tu reseña, que incita a leer el libro, y en cuanto a su contenido qué voy a decir, de acuerdo en todo, a pesar de que no tengo redes sociales y algunas cosas se me escapan (bueno, tengo instagram para stalkear a la hija, pero no lo uso, nos caemos muy mal)
Saludos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias por tu reseña, Beatriz. Dan muchas ganas de leer el libro, aunque después del chasco que me supuso "Los hombres me explican cosas" (que me pareció muy flojito salvo el artículo que daba título al libro, aunque quizá también fue un problema de expectativas) me dije que no leería más a Solnit... ¡Veremos!
ResponderEliminarLupita, pues me interesará mucho saber tu opinión. Y la referencia a RRSS también es aplicable a la prensa escrita y televisión donde ya nadie contrasta nada y nadie se disculpa por sus cagadas porque hablar sale gratis. Cada vez que alguien dice que está contando "SU verdad" se me ponen los pelos como escarpias.
ResponderEliminarUn abrazo!
Carmen, gracias por tu aportación. No me acabé "Los hombres me explican cosas" (lo dejé para más tarde y ya se me olvidó) por lo que no puedo opinar. Pero este conjunto de ensayos me ha parecido muy certero porque los temas que toca son muy actuales y necesarios y me parece que Rebecca Solnit los afronta de un modo muy solvente y lúcido. Creo que una de las cosas más interesantes que tiene es su mirada, su capacidad para encontrar las muestras de violencia estructural que se ocultan en cualquier elemento o hecho de nuestra vida cotidiana. Debemos educar nuestra vista para poder detectarlas también.
Un saludo.
Muy buena reseña, Beatriz.
ResponderEliminarEste es uno de los pocos libro de la autora que me falta por leer, aunque algún día daré cuenta de ello. Es una gran ensayista.
Saludos
Marc
Hola, Beatriz, de nuevo:
ResponderEliminarHe leído seguidos "Los hombres me explican cosas" y este. Ambos me han gustado, pero voy al reseñado por ti.
Me ha parecido un conjunto de ensayos fácil de leer y entender, y bastante centrado en la época actual, aunque reflexiona sobre hechos del pasado y su propia vida. No puedo obviar que he conectado especialmente con ella en los temas de la violencia y la cultura de la violación ( y en todos los demás), porque, en líneas generales, son los que más me indignan y/o preocupan. Me he quedado con el momento de la chica que transporta por el campus un colchón, que aúna en sí valentía, frustración y tristeza.
Lo que más me ha gustado es que, además de hacer pensar y dar a conocer hechos que ha estudiado, queda una sensación de esperanza e ilusión por los movimientos actuales. También me ha encantado cómo habla de las chicas jóvenes, algo que comparto, y de la implicación de los hombres en el feminismo, y de su papel en una sociedad igualitaria donde nadie se apropie unilateralmente del relato.
Hay pequeñas cosas con las que puedo no estar de acuerdo, pero hay otras tantas que me resonaban como incontestables, que he empatizado mucho con lo que decía, llevándome a recordar esos años en los que se pasaban por alto conductas que ahora (¡menos mal!)están totalmente denostadas. Yo no conozco a NINGUNA mujer con la que haya hablado del tema y no haya sido perseguida/acosada/sobada en la calle o demás espacios. A NINGUNA.
En fin, una buena lectura, que invita a plantearnos nuestro lugar en una sociedad que tenga cabida para todos, invitando a los hombres a que no se sientan relegados, pues ellos están con nosotras en él.