Año de publicación: 1998
Valoración: Empachoso
Los sorias (premio Boris Vian) es considerada una obra maestra de la literatura latinoamericana. Autores de la talla de César Aira, Rodolfo Fogwill y Ricardo Piglia respaldan dicha opinión. Personalmente, no sabría decir si están en lo cierto. En todo caso, reconozco que esta es una novela pródiga en virtudes. Pero me es imposible negar lo obvio: también la lastran bastantes defectos. Y, además, es de ese tipo de ficciones que solamente atraerá a aquellos cuyos gustos sean afines.
Me explico: uno puede apreciar el tremendo esfuerzo que supone concebir este texto. Sin embargo, disfrutar de su lectura y reconocer sus geniales hallazgos es una tarea complicada. Únicamente quienes estén predispuestos a este tipo de narrativa saldrán de él con ganas de más. De más Alberto Laiseca, de más experiencias realmente singulares.
Volvamos al libro. A este tocho kilométrico que el autor tardó diez años en escribir (y otros dieciséis en publicar). Valorarlo según su carácter unitario le hace un flaco favor, pues no está concebido para ser leído de un tirón, ni tiene un argumento estrictamente lineal. Si acaso, hay que acercarse a esta obra como si de un retablo fragmentario se tratara. Sus mejores ideas se encuentran dispersas; su humor, espaciado. Tengámoslo muy en cuenta.
Estamos frente a un artefacto literario que parece un homenaje (y, asimismo, una crítica) a la posmodernidad. Ante una pintoresca mezcolanza de géneros y registros: ciencia ficción, fantasía, humor, terror, drama bélico, música, poesía, teatro... Ante una épica que narra el conflicto que existe entre las naciones de Tecnocracia y Soria. Ante la historia de un dictador que se humaniza.
Los aspectos positivos de esta obra son, a mi juicio, los siguientes:
- Es una inestimable ventana al curioso universo de Laiseca. Universo onanista y, al mismo tiempo, proclive al tributo (o saqueo, más bien) de lo ajeno.
- Su originalidad.
- Su creatividad. La imaginación de Laiseca es colosal, capaz de conjurar una Tierra ficticia (aunque tenga algunas similitudes geográficas e históricas con nuestro planeta); una Tierra abundante en "lore", con sus propios países, lenguas y religiones. Amén de un sistema de magia tremendamente complejo (aunque, eso sí, algo incongruente).
- Como acabo de insinuar, el sistema de magia de Los sorias es fascinante. Involucra a ocultistas, sociedades esotéricas, mudras, viajes astrales, máquinas capaces de ofrecer apoyo logístico, zombies, gólems imparables, tijeras asesinas...
- También la tecnología pergreñada por Laiseca es extraordinaria y, hasta cierto punto, compleja.
- Diversos delirios, esoterismos, erotismos o personajes de corte bruegheliano que aparecen en estas páginas.
- La erudición (nada jactanciosa) que Laiseca derrocha. Sus conocimientos de ópera, literatura, historia o mitología son excepcionales.
- La desmitificación de varias disciplinas (como la filosofía y las matemáticas) o figuras históricas (Wagner, Napoleón...).
- El humor de Laiseca. Es cierto que es demasiado intermitente; no obstante, vale la pena armarse de paciencia y buscarlo.
- Sus reflexiones en torno al sindicalismo, al comunismo, a los técnicos, a la historia como farsa. Son muy lúcidas y se presentan con humildad.
- Su "self-awareness". Varios pasajes dan a entender que Laiseca es consciente de estar escribiendo algo «revolucionario», por lo que hay que disculparle sus «excesos» (pg. 341), a la par que algo, en cierto modo «tedioso», cuyo único objetivo es llegar a una «frase genial insertada en el medio» (pg. 330).
- Las rupturas de la cuarta pared. Destacaría esa en que el cronista de Los sorias admite haber producido en el relato «rupturas discontinuizantes» y apela al perdón del «magnánimo lector» (pg. 244). O esa otra en que dice que se le ha tostado la tarta que tiene en el horno por estar distraído escribiendo una «disquisición sobre el amor y los franceses» (pg. 573).
En cuanto a los defectos de esta novela, destacaría que:
- Los temas se exponen de forma un tanto débil, lo cual resulta insultante, teniendo en cuenta que el autor ha dispuesto de mucho tiempo para desarrollarlos. Por ejemplo, los delirios megalomaníacos de los dictadores. Esta ficción tenía todas las papeletas para sumarse a la tradición de novelas de dictadores hispanoamericanas y ofrecer una meditación al respecto, pero a la postre no da la talla.
- Hay poca consistencia en el "worldbuiling" y el sistema de magia establecidos por Laiseca. Comprendo que una obra como esta no requiere que semejantes apartados estén muy pulidos, pero aún y así, había veces en que las disonancias y lagunas impedían que me sumergiera al cien por cien en la lectura.
- La psicología de los personajes. Laiseca los va dibujando poco a poco, casi con parsimonia, pero nunca profundiza en ninguno. Y esto impide que empaticemos con ellos. El arco de redención del Monitor hubiera sido mucho más efectivo si se le hubiera desarrollado adecuadamente, por ejemplo. Además, la caracterización pobre de los protagonistas del relato resta impacto a algunas situaciones, especialmente a aquéllas que transcurren en los últimos coletazos de la novela.
- Algunos pasajes de la novela, o incluso capítulos enteros, se hacen demasiado pesados, cuando no directamente aburridos.
- El final se siente abrupto y, sobre todo, se toma demasiado en serio a sí mismo, traicionando el acabado desenfado del resto.
- El narrador trata al lector como si fuera estúpido. En serio, se pasa todo el tiempo recordándonos que esto ya lo había dicho, pero te lo repito de todos modos por si te habías olvidado.
- La torpe exposición. A menudo, la información se nos entrega de forma poco orgánica. Con "infodumpings" o a base de notas y apéndices.
- Los delirios que más divertidos me parecieron reciben muy poco foco. El de un magnicida frustrado, por ejemplo, o el de un comerciante que vende pájaros. En cambio, los estereotipados, como el del Soriator, son omnipresentes.
- Las intrigas de palacio acaban reducidas a caprichosas rencillas. Cero tensión política.
- Hay muchas erratas. Algunas son obvias decisiones estilísticas (Laiseca emplea signos ortográficos, de puntuación y tildes al margen de convenciones, y a veces de forma arbitraria, sin respetar antecedentes propios); otras se deben, probablemente, a gazapos ortotipográficos. De todos modos, incluso a las erratas intencionadas se le podría reprochar que obstaculizan de forma innecesaria la lectura. Una tilde puede marcar la diferencia entre un sustantivo y un verbo; una mayúscula colocada donde no debería estar puede suponer una pausa accidentada; etc...
- Laiseca siente debilidad por las oraciones larguísimas y abusa de las subordinadas o de las comas.
- Los argentinismos homogeneizan las voces.
En conclusión: Los sorias es una novela que sólo recomendaría a los mitómanos de Laiseca. Y, seguramente, incluso los seguidores del escritor tendrán que intercalarla con otras lecturas. Al fin y al cabo, no es ni de lejos su trabajo más redondo, pese a que nos encontramos ante una obra innegablemente ambiciosa.
Para conocerle, acudid a El gusano máximo de la vida misma. Tiene los mismos elementos que hacen atractiva a Los sorias (ideas locas, humor, experimentación formal, un narrador carismático...) expuestos con mayor consistencia. Y es menos empachosa.
Señor Oriol:
ResponderEliminar¡ Bravo!
Pedazo de reseña; ya quisiera yo que mis alumnos me entregaran comentarios de texto que se asemejaran un poquito tan sólo a ella por su capacidad de análisis. Es de alabar -y mucho- semejante trabajo, y más de forma gratuita.
Bien por usted y sus compañeros.
Firma: un profesor de humanidades cualquiera luchando contra el utilitarismo.
¡Menuda reseñaza, Oriol!
ResponderEliminarFelicidades por tan pormenorizado análisis, no debió ser nada fácil en un libro de este tipo.
Marc
Sí, felicidades por la cirugía, Oriol; un trabajo impresionante.
ResponderEliminarPor mi parte Los Sorias seguirá en la lista de los "a encontrar". No solo porque prefiero tus pros a tus contras. También porque todo empacho depende más del estómago y las prisas del comensal que de la comida en sí.
Saludo.
Tochorreseña!
ResponderEliminarMe gusta mucho Laiseca y el primer par de capítulos me parecen geniales. No lo pude terminar.
Es un libro hermoso, actualmente lo uso de base para mejorar la altura de mi notebook. Algún día me voy a animar a entrarle de nuevo.
Gracias a todos por los elogios a la reseña. Yo diría que se queda corta. Sin duda, "Los sorias" merece un análisis mucho más pormenorizado. Pero claro, esta tampoco es la plataforma adecuada para llevarlo a cabo.
ResponderEliminarDiego, te advierto de que te será complicadísimo encontrar el libro. Al menos, en formato físico. Los ejemplares de segunda mano están a precios verdaderamente abusivos, pues existen muy pocos. Lástima, porque me encantaría tener uno en mi estantería. Firmado y dedicado (sé que Laiseca está muerto, pero soñar es gratis).
Ah, que mi valoración de la novela no conduzca a equívoco alguno: aunque es empachosa, la recomiendo encarecidamente a aquéllos lectores cuya sensibilidad se alinee con la de la narrativa de Laiseca. Aún así, me es imposible negar que su extensión, su fondo e incluso su forma son, por momentos, algo excesivos. Ni siquiera los admiradores incondicionales del escritor argentino, creo yo, obviaremos esto.
Dr. Fabián, concuerdo contigo en que los dos primeros capítulos son extraordinarios. Especialmente el arranque es muy prometedor. Pero no te quedes ahí, porque la escala del asunto no deja de expandirse y expandirse. Ya verás.
Lo sé, Oriol, debe de hacer media década que lo tengo apuntado y todos los meses doy un paseo por internet para ver si aparece alguna copia que cobren por bastante menos de tres cifras. Lo mismo con: "Postales desde la tumba", "Nueve noches", "La venganza de las chachas", "Historias del mariposa", "No matarían ni una mosca", etc.
ResponderEliminarEn fin, su escasez les da un punto de glamour.
Para mi es un libro maravilloso tan imposible de leer como imposible de escribir. Saludos
ResponderEliminarMuy buena reseña, como dice otro de los comentarios de la misma "libro tan imposible de leer como de escribir" una obra unica dentro del espectro literario latino, hispanoparlante y hasta me atreveria a decir mundial, una novela total que dentro de su delirio contiene una suerte de "todo" elefantiasico e increible, magia, esoterismo, astrología, politica, poder, tiranía, tecnología, y un ectcetera tan amplio que tomaría todas las palabras que necesitó su autor para escribirlo.
ResponderEliminarRecomiendo fuertemente "El Jardín de las maquinas parlantes" otra novela increible de Laiseca, para mi su mejor obra, hermoso libro, mas "facil" de leer que "Los Sorias" si bien cuenta con sus buenas 750 paginas se hace menos empachoso y mas digerible, y a mi entender como ya dije es el mejor libro del maestro Laiseca.