Idioma original: francés
Título original: Robe de marié
Año de publicación: 2009
Traducción: María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego
Valoración: muy recomendable
Un reputadísimo crítico de un prestigioso blog acababa su reseña de Nos vemos allá arriba con una duda insidiosa: "¿Me habrán colado un best-seller?".
Curioso; de tanto como se ha llegado a insistir en la condición de Houellebecq como tótem casi único de la literatura francesa, y dignos contendientes o acompañantes parecen no faltarle: Carrère, Echenoz, o ahora este Lemaitre, del cual se recupera y se traduce una novela anterior, catalógándola (y nosotros que somos obedientes lo corroboramos) como novela negra.
Aún más curioso. Suelo mostrar algún recelo hacia el género, más cuando me gusta cimentar mi relación con los libros en base a su potencial de re-lectura, eso tan fascinante de apreciar nuevos matices y descubrir recovecos que no siempre se aprecian a la primera. Entonces, las tramas basadas en el suspense y los golpes de efecto son engullidas, autofagocitadas (salvo que uno tenga problemas de memoria) por el efecto-sorpresa, más concretamente cuando ésta se desvanece y, plop, todo se nos desvela.
Lo cual además nos pone en serios aprietos a unos cuantos, empezando por los autores de las contratapas, y siguiendo con los voluntariosos blogueros literarios que se afanan, cautelosamente, en evitar planchar los desarrollos de los libros que recomiendan a sus fieles.
Aún así, he de intentar pertrechar algo que se parezca a una sinopsis.
Sophie Duguet es una persona aparentemente normal que, en un intento de huir de un pasado lleno de brumas, cuida de un niño. No le han pedido demasiado referencias, y todo parece ir bien. Parece, claro, porque de repente los pasos de Sophie van dejando tras de sí un buen reguero de cadáveres, crímenes todos ellos a los cuales solo les falta que Sophie estampe su firma reconociendo su autoría. Sophie tiene que seguir huyendo, aunque parece que huya de sí misma.
¿Cabe decir algo más? No sé si me he explicado, pero Vestido de novia avanza con tal firmeza en su desarrollo, en el que no sobra apenas nada (quizás algunos trazos más precisos en la definición de los personajes no le irían mal, quizás pueda discutírsele alguna licencia un poco difícil en este google-mundo de multi-información y poli-exposición), que, cuando leo comparaciones con algunos de esos artefactos de thriller escandinavo casi me echo las manos a la cabeza. Quite, Lemaitre escribe mucho mejor, Lemaitre, fusilo alguna nota de la solapilla, "lleva las riendas" sin que se le escape detalle, y Vestido de novia, trama redonda, duración idónea, estructura que es casi cómplice necesaria de su desarrollo, se lee con avidez, aún más cuando, en las últimas dos partes, Lemaitre se lanza a tumba abierta a resolver, no un puzzle, sino un fascinante recorrido final que, otro acierto, no apuesta por fuegos artificiales sino por un sutil giro que convierte la novela en algo perdurable, cosa difícil en el género.
Donde en su premiada Nos vemos allá arriba Lemaitre usaba tonalidades de primeros del siglo XX y nos situaba en una historia de aires casi románticos, aquí es moderno, contemporáneo y casi cinematográfico, pero se nota una coherencia, hasta un punto común en ese coqueteo con la frontera entre lo difícilmente posible y lo abiertamente descabellado. Así, sitúa esta novela en un punto en el que una razonable exigencia literaria convive con una asequibilidad de lectura bastante envidiable. Vale igual para la lectura nocturna en el sillón que para la matinal en la terraza.
Donde en su premiada Nos vemos allá arriba Lemaitre usaba tonalidades de primeros del siglo XX y nos situaba en una historia de aires casi románticos, aquí es moderno, contemporáneo y casi cinematográfico, pero se nota una coherencia, hasta un punto común en ese coqueteo con la frontera entre lo difícilmente posible y lo abiertamente descabellado. Así, sitúa esta novela en un punto en el que una razonable exigencia literaria convive con una asequibilidad de lectura bastante envidiable. Vale igual para la lectura nocturna en el sillón que para la matinal en la terraza.
Lo cual me lleva a preguntarme ¿me habrán colado otro best seller?
Le tengo muchas ganas a esta novela. A ver si la leo pronto. Estupenda reseña. Saludos.
ResponderEliminarLe tengo muchas ganas a esta novela. A ver si la leo pronto. Estupenda reseña. Saludos.
ResponderEliminarSin haber leído la novela, por lo que puede que me esté columpìando cuan chiquillo en un parque infantil, al leer la reseña me ha venido a la memoria una película de Truffaut, con Jeanne Moreau, titulada "La novia vestía de negro".
ResponderEliminarQue lo mismo no tiene nada que ver, eh?
A mí me gustó...pasé miedo y todo. Aunque mucho mejor Nos vemos ahí arriba
ResponderEliminarMe lo pasé fenómeno con esta novela.
ResponderEliminarY eso que, a ratos, acojona un pelín.
Estaba en mi lista de pendientes y la voy a pasar a la de inminentes.
ResponderEliminarGracias.
Gracias por los comentarios. Bueno, será que ya a mi edad solo me dan miedo las mayorías absolutas del PP, pero no es el primer sitio donde leo una sensación parecida: la de que en la siguiente página va a correr la sangre.
ResponderEliminarRecién acabadita, coincido en casi todo con la reseña. La leí en dos días, me enganchó completamente, sobre todo a partir del capítulo en que conocemos a Franz (los que han leído la novela saben de lo que hablo). El argumento a veces es un poco rebuscado -todos los planes les salen bien a los protagonistas, más allá de cualquier probabilidad razonable- y en el desenlace también me parece que todo termina encajando demasiado bien, pero vamos, son pequeñas pegas para una novela que me hizo pasar unas buenas horas de entretenimiento.
ResponderEliminarSi hay que aguantar libros que se etiqueten como best sellers y que compartan mesas premium al lado de las cacurrias de Isabel Allende y toda esa purria, al menos que sean entretenidos e inteligentes como este. ¿Verdad, tú?
ResponderEliminarSi hay que aguantar libros que se etiqueten como best sellers y que compartan mesas premium al lado de las cacurrias de Isabel Allende y toda esa purria, al menos que sean entretenidos e inteligentes como este. ¿Verdad, tú?
ResponderEliminarEl título original es Robe de mariée (y no "marié", que sería "casado").
ResponderEliminarY disculpen.