Año de publicación: 1917
Traducción: Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo
Traducción: Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo
Valoración: recomendable
Isak es un hombre de campo, grande y fuerte, que trabaja la tierra para ganarse la vida. Llegó solo a una zona inhóspita con un par de cabezas de ganado y su fuerza de voluntad, y en unos años consiguió que su parcela fuera más que fértil, que el ganado se reprodujese y que Inger se convirtiese en su compañera y le diera varios hijos. Pero no todo es fácil o bonito en la vida de Inger e Isak. Trabajan de sol a sol, cuidan de sus hijos y hacen frente, como pueden, a los problemas que van surgiendo.
Además de la historia de esta pareja, Hamsun nos presenta a Oline, la típica metomentodo; Geissler, el comisario y más o menos afortunado hombre de negocios; su ayudante, un hombre perezoso, inconstante e inconsciente... durante varias décadas, al tiempo que narra cómo la zona pobre y prácticamente deshabitada en la que los protagonistas se establecen termina siendo un pueblo grande y próspero.
La bendición de la tierra es un canto a la vida en el campo y, sobre todo, es un texto que ensalza el carácter de la gente que se dedica a cultivar la tierra y a salir adelante a base de trabajo duro. Los héroes de esta novela son gente sencilla que trata de hacer lo correcto y que se preocupa de cuidar de su descendencia, y por eso son los que finalmente triunfan. Hamsun deja claro que los agricultores y ganaderos son la fuerza que mueve un país y, por el contrario, que la vida urbana, la modernidad, sólo trae problemas y envilece el alma.
A pesar de que el mensaje queda claro a lo largo de la novela, Hamsun se esfuerza por recordárselo al lector una y otra vez, vistiendo el texto de expresiones que refuerzan lo que quiere expresar. Esto, en ocasiones, resulta un tanto cargante, pero en general estamos ante una gran novela que no sólo cuenta una interesante historia, sino que también nos muestra las cosas buenas y malas de una forma de vida que prácticamente ha quedado en el olvido.
Otras obras de Knut Hamsun reseñadas en Un Libro al Día: Hambre, Pan, Victoria, El círculo se ha cerrado, Misterios
Me gustan las historias que nos hablan de personas sencillas. Me lo apunto, gracias.
ResponderEliminarUn saludo!
Hace poco que he leído este libro -y es el cuarto de Hamsun que leo- y la verdad, me ha parecido más que recomendable. Noruega era, a principios de siglo un país pobre-tal vez el más pobre de Europa- y antes de descubrir sus yacimientos petrolíferos, su economía apenas se basaba en la agricultura. En este libro Hamsun se aleje de otros personajes "alejados" de la sociedad y se centra en la Noruega campesina y sus colonos. No hay que olvidar, que pesé a sus inclinaciones ideológicas, este libro le supuso el reconocimiento pr parte de la Academia sueca.
ResponderEliminarGracias por los post.
Rafa Castaño
Acabo de releer este libro. La primera vez lo leí en la adolescencia y me impresionó; después lo he leído a lo largo del tiempo, en mi juventud y, ahora en la madurez. Me sigue impresionando.
ResponderEliminarLas historias que narra, su entrelazado, nos hace intuir los contrastes existentes entre las formas de vida de sus personajes, su crueldad, su ternura, sus generosidades y sus ambiciones ocultas; personas de campo, de ciudad, ricos y pobres, trabajadores y mundanos. La visión del mundo que aporta tiene su vigencia aún en la era de internet, pues el trabajo, el esfuerzo, la ambición, los sueños de unos y otros sieguen vigentes. El hombre frente a los elementos de la vida.
Entiendo que el libro es recomendable, si al lector le sirve de algo, le diré que este es uno de los libros que llevaría conmigo, si fuera posible, a una isla, desierta o no.
Si lo leen, que les resulte agradable. Saludos.
Me ha interesado lo leere.
ResponderEliminarEntro en este blog precisamente cuando acabo de leer el libro de Knut Hamsun. Me ha parecido un libro mayor. Un canto a los hombres del campo que saben enfrentarse a la tierra como titanes, y que obtienen de ella una verdadera bendición. No es un canto almibarado a lo rural. El autor describe la dureza con la que los colonos deben enfrentarse al surco y al ganado. Los valores de esfuerzo, trabajo, sacrificio están presentes en cada página. Pero a la vez no falta la poesía de la luz, del agua, de la nieve, de los brotes. Y por supuesto de los afectos. Hombres y mujeres, con tenacidad, intentan hacerse un lugar y conquistar el pan en una paisaje apartado de Noruega. La novela sigue siendo actual, porque sigue hablándonos de historias de superación, ruindad, pecado, frivolidad, alegría, disciplina... en fin la vida humana y las hermosas historias que construye.
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