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jueves, 24 de octubre de 2013

Gregor von Rezzori: Memorias de un antisemita


Título original: Blumen im Schnee
Idioma original: alemán
Fecha de publicación: 1989
Valoración: Muy recomendable
Traducción a cargo de Joan Parra Contreras

Bueno, pues ya está. Ya he terminado "La gran trilogía" de Gregor von Rezzori, tres libros unidos en un solo volumen por cortesía de Anagrama y que me ha llevado varios meses terminar ya que he compaginado su lectura con bastantes libros más.

Supongo que por eso y por la densidad de algunas de sus partes (densidad en cuanto a descripciones de personajes, la gran baza de von Rezzori) leer sus tres libros se me ha hecho largo. Largo pero placentero. Tanto que ahora que la he, por fin, cerrado, siento una extraña sensación de pérdida que muy pocas veces he sentido al terminar un libro. Es casi como echar de menos a un grupo de amigos que han venido a visitarte y con los que has pasado grandes momentos pero que, desgraciadamente, se han tenido que ir y no volverás a ver nunca más. Quizás suene exagerado, pero es así. Sólo quedará la relectura y el buscarles en nuevas obras del autor.

Pero dejemos los lamentos y vayamos a Flores en la nieve, la obra que cierra la trilogía, antes de que el señor Grecco se me adelante ya que, para los que no lo recuerden, el vil maltés me birló con descaro la reseña del segundo libro de la trilogía, Memorias de un antisemita, después de que yo reseñara el primero, Un armiño en Chernopol. Lo siento, querido. Éste es mío.

Flores en la nieve está dividido en cinco partes y cada una de ellas está protagonizada por una de las cinco personas que marcaron la infancia y los años mozos de von Rezzori. El primero es Kassandra, su salvaje nodriza, una asilvestrada mujer que el padre del escritor rescató de un monasterio tras una vida tumultuosa repleta de abusos y sufrimiento, y en mi opinión, el personaje más logrado, carismático e inolvidable de todos. La despelujada y visceral Kassandra, que hablaba una ininteligible mezcla de varios idiomas y que con su instinto maternal de loba ejerció de madre en funciones para el delicado y rico señorito que fue von Rezzori hasta que sus almidonados padres decidieron que ya no la necesitaban. Entonces la mujer buscó trabajo en otra familia dejando un gran vacío en el corazón de su principito. Leer cómo fue, años después, el encuentro fortuito entre el ya crecidito von Rezzori y su entonces vieja nodriza me dejó al borde de las lágrimas. El segundo es su madre, una mujer eternamente insatisfecha y melancólica, absorta en su mundo interior pero estricta hasta la histeria en cuanto a normas y formas, que se separó de su marido aún joven y nunca supo muy bien por qué no le gustaba su vida de comodidades. El tercero es su padre, un enérgico donjuán nada familiar cuya mayor y quizás única afición era la caza, antisemita sin complejos, y un hombre que parecía esconder en su descontrolado torrente de vitalidad verdaderos miedos y complejos. El cuarto, su hermana, mi personaje preferido, una joven repelente, carismática, pagada de sí misma y pluscuamperfecta que murió con apenas veintidós años y con la que el autor mantuvo siempre una relación de amor/odio y que sólo una vez muerta comenzó a apreciar verdaderamente. El quinto es Strausserl, la institutriz de la familia durante generaciones y en las antípodas de Kassandra, una dama culta y refinada pero también gentil y muy sensata a la que el autor siempre guardará un gran cariño.

En fin, el libro es una galería de personajes y reflexiones inolvidables que nos trasladan a un mundo que nunca volverá, al corazón de la Europa de la primera mitad del siglo XX, siempre en movimiento y zaherida por mil y un episodios de enfrentamientos, recelos, enemistades y paces formales.

Flores en la nieve es la última y más melancólica sala de un museo de recuerdos rezzorianos ilustrados, gracias a la bonita edición de Anagrama, de nostálgicas fotos en blanco y negro del autor y su familia.

Así pues, hasta pronto, von Rezzori. Esta postrera nieve tuya es el motivo final para que en el futuro siga buscándote a ti y a los tuyos en tus obras.

También de Gregor von Rezzori en ULAD: Un armiño en Chernopol, Memorias de un antisemita

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