Año de publicación: 1983
Valoración: recomendable
Cuando leemos una novela sobre la guerra (la que sea), generalmente nos encontramos con dos tipos de historia (o con dos puntos de vista sobre la misma contienda): la que escriben los ganadores y la que escriben los perdedores. Sin embargo, lo que hay en Los pichiciegos es un tercer tipo que no tiene nada que ver con los otros dos.
En esta novela escrita por Rodolfo Fogwill vemos a un grupo de soldados argentinos que, tras desertar (aunque no sabemos si el ejército argentino está al corriente de esa deserción o si, simplemente, han decidido "levantar el vuelo" sin que nadie se haya dado cuenta de ello), construír un refugio subterráneo y crear en él una comunidad al margen del mundo exterior. Tienen sus propias normas y su propia jerarquía, y sobreviven como pueden mientras esperan que termine la guerra para poder salir (quizás) y retomar la vida que tenían antes de que comenzara la contienda (o no).
Pero, antes de que eso ocurra, tienen que procurar mantener cubiertas sus necesidades básicas, tema alrededor del cual se desarrollará practicamente toda la novela. ¿Cómo conseguir todo lo que necesitan (comida, agua, polvo químico, baterías, tabaco...), si el país está en guerra y ellos han desertado (y, por tanto, son unos traidores)? Muy sencillo: negociando con los ingleses, quienes al final no se sabe si hacen tratos con los protagonistas por estrategia o por pena. Porque hay que reconocerlo: entre veinte y treinta hombres metidos casi veinticuatro horas al día en un agujero, durante semanas... la cosa no pinta nada bien.
Pero los pichis (como se llaman a sí mismos) siguen adelante. Se organizan, cuidan de los que lo necesitan, bromean, se enfadan, se deprimen, sueñan, enferman, gritan, conversan... y adoptan una forma de vida que al final les resulta más "natural" que la que tenían en el exterior, hasta el punto de que llegan a considerar un castigo tener que salir del agujero (de la pichicera) para hacer guardia o negociar con los ingleses. Su patria ya no es Argentina, sino su refugio, y ellos no responden ante nadie que no esté en ese agujero y sufra como uno más lo que eso conlleva.
Los pichiciegos no es, por tanto, ni una novela épica (en el sentido de ensalzar la gloria nacional) ni doliente (por haber perdido la guerra), sino la historia de una serie de personas que hicieron lo que nadie (quizá ni siquiera ellos mismos) esperaba: construírse un mundo a su medida, cambiando las normas "lógicas" por las que nos regimos (donde el exterior simboliza la libertad y el refugio subterráneo, el cautiverio) y mantenerse firmes a costa de lo que sea.
También de Rodolfo Fogwill en ULAD: La gran ventana de los sueños
Hoy en dia Fogwill es mi escritor de cabecera, recuerdo las sensaciones que tuve cuando lei este libro ... es muy recomendable, al igual que el resto de los trabajos de Fogwill.
ResponderEliminarSaludos
Edgardo
Tiene muy buena pinta
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarAcabo de terminar Los pichiciegos y me ha parecido buenísima. Yo le daría un "Muy recomendable". Creo que el mayor mérito que tiene, como dice la reseña, es huir de la épica del discurso oficial, y retratar la guerra como un mundo absurdo y cutre en el que la picaresca y el simple instinto de supervivencia tienen más importancia que el heroísmo, la astucia o el patriotismo. La pondría, por eso, en la mimsa línea de otras novelas como Trampa 22 de Joseph Heller o Las aventuras del buen soldado Svejk, de Jaroslav Hasek. Y no es inferior a ninguna de ellas...
ResponderEliminarLe ha puesto la etiqueta de escritores argelinos. ¿Es correcto? ¿O quiere decir argentinos?
ResponderEliminarEs una errata, por supuesto, debía decir "argentinos". Ya está corregido, gracias por advertirnos :)
ResponderEliminarMuy Bueno... Bien piola
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