Idioma original: inglés
Título original: The Burning Soul
Año de publicación: 2011
Valoración: está bien
Para el domingo, un poco de literatura policiaca. O bueno, de esa mezcla de literatura policiaca y de terror que sirve John Connolly, en su serie de novelas protagonizadas por Charlie Parker, en este caso con un añadido de thriller mafioso de por medio.
El caso central de Cuervos es la desaparición de una niña, Anna Kore (nombre muy artificiosamente escogido, porque Kore es uno de los seudónimos de Perséfone, raptada por Hades) en un pueblecito aislado de la costa de Maine. Charlie Parker, muy a su pesar, se verá involucrado en el caso cuando le piden que investigue quién está acosando a un hombre de ese mismo pueblo, que en su infancia violó y mató a una niña. Paralelamente, se nos describen los últimos días del imperio criminal de Tommy Morris, uno de los capos de la mafia irlandesa de Boston. Y todavía, como otra capa que se superpone por encima de esta, Connolly introduce el elemento sobrenatural: los fantasmas que acosan, no tanto en este caso al "pobre" Charlie Parker, pero sí a otros personajes.
Como ya dije cuando reseñé otra de las novelas de esta serie, Más allá del espejo, lo mejor que tiene es que engancha, que entretiene e intriga al lector, y eso es lo que se puede pedir a una novela policiaco-terrorífica como esta, sin mayores pretensiones literarias. Y lo peor, una vez más, es su falta de originalidad, en relación con otras novelas de la serie (la presencia de la pareja de asesinos gays Ángel y Louis es en este caso tan innecesaria que se diría que Connolly los ha introducido solo porque sabe que sus fans los están esperando), y también en relación con el género policiaco en general, aunque aquí se mezcle con historias de niñas fantasma y cuervos gigantes y una promesa, hasta ahora incumplida, de un gran enfrentamiento mítico entre el Bien y el Mal.
Tengo que dejar aquí, esta vez, una palabra sobre la traducción de Carlos Milla Soler, aunque lamentablemente sea para decir que no me ha gustado. Y no por la extraña sustitución del título (The Burning Soul en inglés; Cuervos en español), ya que esas decisiones dependen muchas veces de la editorial; sino porque el texto da la impresión de haber sido traducido apresuradamente y sin una revisión que eliminase errores y calcos demasiado evidentes: "Se ve nuevo" por "Parece nuevo", "La teníamos vista" por "La habíamos visto" o un "perversos" que tiene toda la pinta de ser la traducción del inglés perverts, "pervertidos". Si estos errores, y otras discusiones estilísticas discutibles (por ejemplo, matones de la mafia que hablan con un español cultísimo), son consecuencia de unos plazos y unas exigencias poco razonables por parte de los editores, eso ya no lo sé; lo que puedo decir, como lector, es que el texto a veces chirría y a la traducción se le ven los andamios.
También de John Connolly en ULAD: Más allá del espejo
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