Idioma original: inglés
Título original: Ender's game
Año de publicación: 1985
Valoración: recomendable
Me da que esta entrada, a juzgar por los comentarios que provocó en Twitter, va a dar que hablar: cuando dije que la estaba releyendo, las opiniones se dividieron entre "no la soporto" o "qué libro más tonto", y "es un libro fundamental para cualquier amante de la ciencia ficción". A mí, releída ahora después de un montón de años (fue uno de los libros de mi adolescencia) me ha parecido que es una muy buena novela, pero probablemente para leerla durante la adolescencia.
El juego de Ender nos sitúa en un mundo futuro en el que los humanos se han enfrentado dos veces a una raza alienígena, los "insectores", y se preparan ahora para una tercera invasión. En ese mundo futuro está prohibido tener más de dos hijos, y todos los niños son monitorizados mediante un chip para descubrir a potenciales genios militares. Es así como la Flota Internacional descubre a Ender, el tercer hijo (lo que le provocará constantes ataques) de una familia de genios, y lo elige como potencial comandante de sus flotas. La supervivencia de la raza humana puede depender de que Ender sepa adaptarse a los retos progresivos que sus profesores y superiores le van imponiendo en la Escuela de Batalla.
Una parte importante de la novela, de hecho, la ocupan estas batallas simuladas, desarrolladas en espacios de atmósfera cero y con pistolas paralizantes: un aprendizaje progresivo para que Ender llegue a convertirse en el mejor estratega posible. También ocupa un lugar importante en la trama el Juego de Fantasía: una aplicación individualizada (casi una realidad virtual) en la que los alumnos de la Escuela de Batalla se enfrentan a diversos retos y puzzles que deberán resolver con imaginación. En conjunto, se trata de una trama épica de superación con un trasfondo mesiánico bastante claro: el patito feo que se convierte en cisne (y un cisne bastante brutal, por cierto) porque estaba destinado a ello.
Otras partes de la novela resultan menos interesantes. Por ejemplo, resulta demasiado ingenua la subtrama en la que Demóstenes y Locke (seudónimos de Peter y Valentine, los dos hermanos de Ender) se hacen con el control de la política internacional mediante intervenciones en foros y medios de comunicación; como si con tener una opinión fuese suficiente para ser poderoso, sin más.
Sin embargo, las mayores pegas que se le han puesto a la novela han tenido que ver, sobre todo, con dos aspectos: la psicología del personaje, que es, por decirlo duramente, bastante insoportable (un niño sabiondo y depresivo, capaz de pasar de la arrogancia a la desesperación); y la aparente moral de la historia, que parece ser "el fin justifica los medios": si la Flota Internacional tiene que "torturar" a un niño para convertirlo en un comandante, ¡adelante!; si Ender tiene que romperle el cráneo al matón de su colegio para librarse de él, ¡adelante!; si los humanos tienen que exterminar a toda una raza alienígena para evitar una posible tercera invasión, ¡adelante! En fin, no me extraña -aunque sí asusta un poco- que El juego de Ender sea lectura recomendada en algunas academias militares...
El juego de Ender tuvo numerosas continuaciones: La voz de los muertos, que ya reseñamos aquí; Ender el Xenocida, que leí también hace años y que me pareció una ida de olla muy grande, casi sin relación reconocible con el original; Ender en el exilio y multitud de relatos y novelas situados en el mismo universo, que relatan historias anteriores, simultáneas o posteriores a las de El juego de Ender. En fin, que el autor encontró un filón en Ender Wiggins, y lo explotó (y continúa explotándolo) a conciencia...
También de Orson Scott Card en ULAD: La voz de los muertos, Maestro cantor
"El juego de Ender" me parece una novela entretenida, pero poco más. Sin embargo la recomendaría como introducción (aunque no imprescindible) para leer "La voz de los muertos", mucho más compleja, humana e interesante.
ResponderEliminarA mí me pareció un coñazo monumental. Fundamentalmente, como apuntas, por la psicología del personaje principal. Recuerdo que me indignaba leyendo sus pensamientos y agitaba el libro gritando: "¡¿pero quién demonios piensa así, con frases exactas y planas?!". Por cierto, también lo leí en la adolescencia. Por aquella época me regalaron "La voz de los muertos". Llegué a casa, la deposité en la estantería, no la abrí jamás y es uno de los pocos libros que nunca me llevé de casa de mis padres.
ResponderEliminarAbrazotes!!
Para mí El juego de Ender es uno de esos libros que entretienen a ratos. A ratos molan, a ratos te entran ganas de arrancar páginas y páginas de paja que no aportan nada.
ResponderEliminarY bueno, pues eso. Que sin más.
Me es difícil entender que, luego de leída la novela, hayas interpretado que su planteamiento es que el fin justifica los medios, cuando su tesis es totalmente la contraria y el libro entero es un alegato contra la guerra. ¿Revisaste con atención el final? Un saludo.
ResponderEliminarSí, sé a lo que te refieres: el arrepentimiento final de Ender, que luego se desarrollará en otras novelas de la saga, si no estoy equivocado.
ResponderEliminarPero para mí esto no es en absoluto motivo para decir que este es un "alegato contra la guerra". Tal y como yo lo leo, toda la novela está empapada del espíritu épico Hollywoodiense en el que la victoria final de los "buenos" justifica cualquier medio empleado.
Tu lectura me parece muy forzada, sinceramente. Al final hay un duro cuestionamiento no solo del actuar de Ender, sino de la necesidad de la guerra y del miedo al otro en razón de sus diferencias. Los postulados que tú atribuyes a la novela son los mismos que la novela combate. La transformación de Ender es muy clara en las últimas páginas del libro. Podría citar ciertos fragmentos para mostrarlo, pero eso sería arruinarle la novela a quienes no la han leído, así que me abstengo.
ResponderEliminarA mí me parece un gran libro, pero gana más como saga (cogiendo el primer y segundo libro, y quizá el tercero) que como libro independiente.
ResponderEliminarEs complejo en sus implicaciones y quizá ciertamente resulte ingenuo en cuanto a su trama política, pero eran unos tiempos distintos donde se pensaba que alguien cuyas opiniones pudieran ser oídas, podía llegar a lo más alto. Ahora que ya conocemos internet y sabemos para qué sirve escribir en foros de discusión política (para nada) pues nos parece ridículo.
El juego de ender : es un juego de menores. El castillo de naipes esta ya construido, y no hay mas pistas. El cielo esta opaco. Y, la brisa gris. De color, burdeos..., y ya, no hay mas memoria. Para esta relacion de amor- odio. Es un juego, de menores.
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