Idioma original: español
Año de publicación: 1997
Valoración: Muy recomendable
César Aira es un gamberro. Es difícil decirlo de una forma más elegante, y probablemente no haga falta: César Aira es un escritor gamberro, como el español Antonio Orejudo pero todavía con más imaginación y un poco menos de sal gruesa. A lo mejor es que cuando naces, como Aira, en un sitio que se llama Coronel Pringles, no puedes tomarte demasiado en serio a ti mismo, por mucho que luego te mudes a Buenos Aires.
Si no me creéis a mí en esto de que Aira es un gamberro, mirad el argumento de El congreso de literatura: un escritor-y-científico-loco asiste a un congreso de literatura, en el que concibe un diabólico plan: conquistar el mundo clonando en masa a un hombre superior, a un genio intelectual, que no es otro que el recientemente fallecido Carlos Fuentes. Ah, pero antes de eso el mismo escritor-y-científico-loco se las arregla para descifrar solito un misterio histórico-arqueológico que lo hace instantáneamente rico y famoso. Me resisto a contar el desenlace, que es una broma más a añadir a todas las anteriores.
Pero no es solo el argumento, sino la forma de escribirlo. Hay autores que parece que te llevan cogido de la mano por un camino preestablecido, y que cuando empiezas a andar con ellos saben exactamente a dónde te quieren llevar. Con Aira la sensación es la contraria: es la de una escopeta de feria que dispara al mismo tiempo en todas las direcciones. Se ha descrito su estilo como una constante "fuga hacia delante", en que lo que importa es que la narración avance, sea en la dirección que sea. El propio narrador de El congreso de literatura comparte esta forma de escribir de Aira, a juzgar por sus palabras: "Pero en mí es fatal, esa manía de agregar cosas, episodios, personajes, párrafos, de ramificar y derivar. Debe de ser por inseguridad, por temor a que lo básico no sea suficiente, y entonces tengo que adornar y adornar, hasta una especie de rococó surrealista que a nadie exaspera tanto como a mí." (En esta larga entrevista habla de que tiene una "inventiva barroca", lo que probablemente es bastante cierto).
Aira, efectivamente, ramifica y multiplica; introduce episodios y personajes secundarios inesperados; cambia de trama, de estilo y hasta de género en una misma novela; salta entre distintos niveles de abstracción y de realismo... El resultado es simplemente desconcertante, pero indudablemente único. No conozco a nadie que escriba como César Aira, ni siquiera el propio Carlos Fuentes que se presta aquí como personaje a la humorada.
Así que ya sabéis: aprovecad ahora que acaba de publicarse esta novela en España, y probad. Os aseguro que nunca habéis leído otra obra como esta; a no ser que hayáis leído otras novelas de César Aira, claro...
También de César Aira: Una novela china, Los fantasmas, La villa, La noche de flores
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarmmm...creo que le dare la oportunidad de entretenerme un rato (y eso si lo encuentro), a ver si cumple con su cometido, XD!!! :-D
ResponderEliminar