Idioma original: francés
Título original: Un roi sans divertissement
Año de publicación: 1947
Valoración: Muy recomendable
Reconozco que he comenzado a escribir esta reseña varias veces (si no me equivoco, éste es el cuarto intento), porque no sabía cómo explicar el argumento del libro. Y es que no, no es fácil. Por un lado, porque está narrado por los testigos de "lo ocurrido", que cuentan su versión de los hechos, y por un narrador principal que, años después, intenta reconstruir la historia. Por otro lado, porque las versiones se solapan y el lector debe estar muy atento para poder adivinar quién cuenta qué, en qué momento y desde qué perspectiva.
Una vez nos hemos acostumbrado a este tipo de narración, nos encontramos con un argumento bastante peculiar, que en un primer momento se nos presenta como una novela detectivesca pero que luego resulta ser algo muy diferente. Así, la historia comienza cuando empiezan a ocurrir cosas raras en un pequeño pueblo perdido en las montañas y cubierto de nieve: atacan a un joven, desaparece una joven, mutilan un cerdo... y para intentar aclarar el asunto y detener a los responsables, los habitantes del lugar llaman a los gendarmes, que aparecen capitaneados por un extraño hombre llamado Langlois.
Ocurre que cuando éste resuelve el misterio ni siquiera hemos llegado a la mitad del libro. Pero la historia no termina, ni mucho menos. El autor se encarga de mantenernos pegados a la lectura haciendo que, pasado cierto tiempo, Langlois regrese al pueblo y se quede a vivir en él, convirtiéndose en el hilo conductor de lo que ocurre a continuación.
¿Está la segunda parte de la novela a la altura de la primera? Sin lugar a dudas. Porque en esta segunda parte son los misterios cotidianos, la vida en un lugar aislado e inhóspito, lo que reclama nuestra atención y nos hace seguir leyendo, a pesar de que la prosa de Giono no sea la más sencilla del mundo. Y no lo es, pero es innegable que es hipnótica y lírica y que, a pesar de la dificultad inicial, está tan bien construida que hace que el libro se lea de un tirón. Y lo más importante, que nos deje con ganas de hacer varias relecturas, pasado un tiempo, para descubrir nuevos detalles que se nos hayan escapado en la primera.
Sin duda estamos ante una obra (y un autor) que no debería faltar en nuestra biblioteca.
Me gustaria de saber si otros libros de Giono existen en castellano, particularmente : "Que ma joie demeure"...????
ResponderEliminarAmistosamente.....Imbert
Hola! Me llevo el enlace de tu blog para una entrada que estoy haciendo de este autor.
ResponderEliminarSaludos.