Idioma original: español
Año de publicación: 1978
Valoración: se deja leer
Antes siquiera de empezar a leer esta novela, ya tenía en mi cabeza un boceto de la reseña que iba a escribir: "Miguel Delibes, crítica a la política, humor y sarcasmo, ataque a la voracidad de los políticos, plena actualidad, maestro, genial, espléndido". Pero por una vez, y creo que es la única por ahora, el bueno de Delibes me ha decepcionado, y no puedo escribir esa reseña que tenía pensado escribir.
Porque el problema es que aquí a Delibes se le ve demasiado el plumero: que ha escrito una "novela de tesis" con todas las de la ley. Y la tesis, que uno de los personajes llega a formular explícitamente, sería: "la gente de campo es verdaderamente sabia; la gente de ciudad (sobre todo los jóvenes) no saben nada, o lo que saben no es verdaderamente importante". Y para defender esta tesis, Delibes crea los personajes que le hacen falta, puros estereotipos esquemáticos y descarnados: Rafa, el joven pagado de sí mismo, insensible a la belleza de lo natural; Víctor, algo mayor, un auténtico gentleman capaz de derramar lágrimas de placer ante una ermita prerrománica o un paisaje bien puesto; y Laly, la femme feminista, también sensible pero sobre todo independiente. Su contraste con el señor Cayo, paciente, estoico y casi místico, se refleja incluso en el lenguaje: variado y rico en matices léxicos el del campesino; repetitivo y vulgar el de los jóvenes de ciudad.
Por lo tanto la crítica fundamental no se dirige, como yo pensaba, contra los políticos que se preocupan más por obtener el "disputado voto del señor Cayo", sino en general contra los "intelectuales" urbanitas que han perdido toda conexión con la naturaleza. Sí, algo de crítica hay, especialmente contra los nostálgicos del franquismo en el contexto de aquellas primeras elecciones democráticas de 1977, caricaturizados como matones de tres al cuarto; o contra los aparatos del partido, representados por Dani, obsesionados con la imagen y con la victoria. Pero son críticas de poca hondura, y sobre todo se nota que no es lo que a Delibes le preocupa.
No quiero decir que no me haya gustado la novela porque no esté de acuerdo con su tesis (aunque no estoy de acuerdo con su tesis); sino que me parece que, a las alturas en las que la escribió, un Miguel Delibes ya maduro debería haber sabido plasmarla narrativamente de una manera menos maniquea, menos burda. En fin, una decepción.
Otras obras de Miguel Delibes en ULAD: Aquí, entrada in memoriam tras su fallecimiento
Yo la leí hace años y me pareció eso mismo, un callo.
ResponderEliminarYo por las mismas razones (la cercanía de la fecha electoral) ando ahora con el "Ensayo sobre la lucidez" de Saramago. Y me está gustando.
ResponderEliminarÉste de Delibes no lo he leído, pero el autor de "El camino" y "Los santos inocentes" tiene mis parabienes para siempre jamás. Es más, yo creo que con Delibes nos han "birlado" un Nobel...
Haber escrito algo tan bueno como Los Santos Inocentes no hace infalible a nadie. Acabo de terminar Diario de un Emigrante y también me ha parecido muy flojo.
ResponderEliminarEfectivamente, el haber escrito una maestra (o varias, como es el caso de Delibes) no significa que todas las demás obras también lo sean. Otros escritores como Philip Roth o García Márquez, a los que admiro muchísimo, también han escrito novelas flojas, por no decir infumables.
ResponderEliminarHay una frase latina que dice: "quandoque bonus dormítat Homerus", que podría traducirse por "también el bueno de Homero se duerme algunas veces". Pues eso...
Leí esté libro por recomendación y no me disgustó. Es breve y dinámico. Refleja una época concreta y es pedagógico.
ResponderEliminarCreo que, al contrario que la persona que hace la reseña, a mí me gustó porque a diferencia de ella, yo no tenía ninguna expectativa puesta en el libro.
He visto la película y es bastante fiel a la historia de Delibes.
Es una gran novela, por desgracia el mundo del Señor Cayo ya desapareció y nos ha quedado este de consumismo, corrupción y desapego total con la naturaleza.Naturaleza que solo se usa con fines de beneficio económico.
ResponderEliminarDelibes se adelanto 40 años y nos contó nuestra realidad actual.
Era una lectura pendiente y el otro día al ver un trozo de la película en la 2, decidí que sería la siguiente. Pues a mí también me ha parecido bastante floja, lo peor que he leído de Delibes. Efectivamente, "se deja leer" y eso porque es corta. Lo único que puedo resaltar positivamente es el tramo que abarca el mundo del Sr. Cayo y no me parece que éste quiera dar lecciones, ni que crea que está por encima de nadie, sino que nos muestra su entorno y su vida tal cual son, sin otras pretensiones. Él no busca a nadie, más bien sería al revés. El resto de personajes me han parecido, como bien comentas, muy estereotipados y por tanto nada creíbles. Pero bueno, aunque me ha decepcionado, estoy seguro que Delibes me depara todavía buenos ratos. Toni.
ResponderEliminarEl Señor Cayo claro que no busca a nadie ni quiere enseñar nada a nadie pero ahí está su grandeza que teniendo mucha sabiduría no lo sabe somos los demás los que tenemos que aprender.
EliminarEs lo malo de haber leído la obra en el 2011 o posteriormente y no saber acoplarla al momento del relato, se pierde la perspectiva del tiempo y circunstancia en el que fue escrita cuando todo era espontáneo y básico. Excelente novela
ResponderEliminarAún siendo lector de mucho de lo escrito por Delibes en este caso he preferido quedarme con la película. Me pareció en su momento maravillosa y me lo sigue pareciendo. Paco Rabal por un lado y Lidia Bosch y el diputado por el otro dan mucho que pensar. Grandísima lección de vida y de humildad.
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