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miércoles, 2 de febrero de 2011

José Cardoso Pires: La república de los cuervos

Idioma original: portugués
Título original: A república dos corvos
Año de publicación: 1988
Valoración: Recomendable

Este es un libro que compré dos veces en dos días: la primera vez (en una librería de segunda mano) me lo robaron en plena Baixa de Lisboa, junto con la chamarra en la que lo había guardado; al día siguiente me fui a una librería y me lo volví a comprar, en una edición barata de bolsillo. Y por fin, a la segunda, pude leérmelo. Por cierto que, lamentablemente, y si no me equivoco, este libro aún no está traducido al español (¿alguien se anima?).

Hasta cierto punto, La república de los cuervos se relaciona con el género del "bestiario": libro compuesto por un conjunto de relatos protagonizados o narrados por animales (un género de origen medieval, pero muy desarrollado también en el siglo XX, y que en Hispanoamérica en concreto ha tenido ilustres cultivadores). En efecto, al igual que en Bichos, de Miguel Torga, los relatos de La república de los cuervos están protagonizados o narrados por animales, o cuando menos los animales ocupan un lugar central en la historia.

En "La república de los cuervos", Lisboa (y por metonimia, Portugal) se identifica con un cuervo que espía y critica la realidad; "La ascensión y caída de los cerdos voladores" se sitúa en un balneario en el que un juez retirado cree ver cerdos volando sobre el horizonte; "Las cucarachas", de origen explícitamente kafkiano, narra la historia de un ingeniero obsesionado con los insectos; en "Lulú", el animal correspondiente es un perro que asume todas las funciones de su dueño ausente (pero todas, todas); en "O pássaro das vozes", probablemente el relato más divertido del libro, un contable compra un extraño pájaro africano con una casi ilimitada capacidad mimética. En cambio "Dinosaurio excelentísimo" es el cuento más experimental del volumen, y confieso que casi me lo salté, por pereza.

En general no son un gran amante de este tipo de cuentos protagonizados por animales, ya sean fábulas o propiamente relatos; me suelen parecer bastante tontorrones, por mucho que el autor se esfuerce por darles profundidad u originalidad (y sin embargo, La oveja negra, de Monterroso, es uno de mis libros favoritos). En este caso, Cardoso Pires hace un esfuerzo notable por extraer símbolos o significaciones de los animales que protagonizan o condicionan las historias; y lo consigue a veces, sobre todo cuando opta por el realismo más que la sátira. Pero aun así, me sigue pareciendo un volumen de relatos bastante menor.

También de José Cardoso Pires: El delfín Historias de amorDe profundis. Vals lento

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