Idioma original: Español
Título completo: LaZarillo. Matar zombies nunca fue pan comido
Año de publicación: 2009
Valoración: Se deja leer
A lo mejor no se nota, porque por aquí nos las damos de cultos y tal, pero entre los que hacemos este blog hay varios zombie-filos, e incluso algún zombie-logo. Vamos, que nos gustan los libros y películas de zombies, que, con muy contadas excepciones (Guerra Mundial Z, las pelis de George Romero, 28 días después...) artísticamente no suelen ser gran cosa (por no decir que suelen ser un truño, con suerte, entretenido, destinado al consumo y al olvido inmediatos). Y por ese gusto nuestro por los no-muertos, saludamos con curiosidad y cierta alegría malsana la aparición de Orgullo, prejuicio y zombies, de Seth Graham-Smith (a partir, claro, de Jean Austen) que se pronto se convirtió en el pionero de toda una serie de mash-ups o reinterpretaciones neo-terroríficas de clásicos, como Sentido, sensibilidad y monstruos marinos; Mujercitas vampiras o Androide Karenina.
Solo era cuestión de tiempo que alguien se animase a hacer lo mismo con algún clásico español: de hecho, ya hace meses que por internet circula una versión apócrifa de La casa de Bernarda Alba zombi, muy currada por cierto, con formato de "clásico" de Cátedra e introducción crítica incluida. Pero la primera adaptación zombie de un clásico literario español, comercializada por una editorial de verdad, es este LaZarillo, que ofrece exactamente lo que promete su portada y su título: una versión actualizada de la novela anónima, modificando algunos pequeños detalles, como que en la España del siglo XVI pululaban los vampiros y los zombies, o que el propio Lázaro (autor supuesto, claro, de la obra) se volvió inmortal y habita todavía entre nosotros.
Ponerle un "repugnante" a esta obra habría sido una hipocresía por mi parte. Como comprarte un vino kalimotxero de 99 céntimos el litro y luego ponerlo a parir en un blog sobre Grandes Reservas. Este libro es para lo que es: para leértelo en unas pocas horas, echarte algunas risas (pocas), entretenerte con las aventurillas paranormales del bueno de Lázaro y sus amigos y, lo que más me ha divertido a mí (pero es que yo soy muy raro) jugar a reconocer cuánto -no demasiado- de la obra original se mantiene en esta versión psicotrópica. Al final, lo único que hará que este libro sea recordado (ejem) es que fue el primero que se publicó en España siguiendo esta moda destripa-clásicos. Y poco más.
Y lo de "destripa-clásicos" en el sentido más literal y charcutero del término...
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