- Ocupan sitio, mucho sitio, demasiado sitio, porque una vez que te compras (o te regalan) un libro te entra la obligación de acompañarlo con otros, y ya sabemos que hoy en día no hay quien pueda permitirse tener una biblioteca. Cuando alguien te regala un libro, sientes, inevitable e inconscientemente, que eres pobre, que tu casa es pequeña y que deberías hacer más ejercicio (esto no está relacionado, pero también lo sientes, por alguna razón).
- Exigen tiempo. Si le regalas a un libro a alguien, en realidad, aunque no lo sepas, estás insinuando que le sobra el tiempo, que es un ocioso, un vago, un diletante. Que es, en una palabra, un desgarramantas.
- Son caros. No tan caros como los juegos de Xbox pero poco les falta. Una novedad puede costarte 18€-20€. ¿Tú sabes la de regalos más pequeños y resultones que puedes comprar con ese dinero en un todo-a-un-euro-24-horas? ¿Por qué quedar bien con una persona, cuando puedes salir del paso con cinco?
- Contienen ideas raras. Y si lees, llegará un momento en que no podrás saber qué ideas son tuyas y cuáles son de los libros, qué es realidad y qué es ficción. Mira lo que les pasó a don Quijote y a Madame Bovary (por cierto, ¿don Quijote y Madame Bovary son reales?). Jack el destripador leía mucho, yo no quiero decir nada...
- No tienen botones ni luces. Sobre todo si tus regalados son niños, ni se te ocurra comprarles un libro. No hacen ruido, no tienen luces de colores, no se mueven solos... Y lo peor de todo, no tienen botones que se puedan apretar fuerte fuerte hasta romperlos. ¿Ereaders? ¿Erredequé?
- No hay quien acierte. Sí, tu prima la de Amoroto pondrá cara de sorpresa e ilusión cuando abra su paquete y se encuentre con las obras completas de Clarice Lispector, pero cuando llegue a casa y empiece a hojearlas, se quedará con la idea de que eres un pervertido, un disléxico, o las dos cosas juntas. ¿Por qué no regalar cosas que le gustan a todo el mundo? ¿Como una cabra?
- Te pueden dejar ciego. No hay nada que canse más la vista que los libros, si exceptuamos los ordenadores, la televisión, las videoconsolas y el aire acondicionado. Y mirar mucho tiempo fijamente al sol. Nada. Yo mismo tengo que llevar gafas por culpa de los libros. No, no, no, eso otro es una leyenda urbana. Es por los libros.
- Son feos. Bueno, los hay bonitos, pero el 99% de los que se publican son feos. Rectangulares, seriotes, ladrilláceos. Y ya si los abres, ni te cuento: todo en blanco y negro, sin dibujitos... que no pegan con nada...
- Los escribe gente rara y que, por lo general, no sale en la tele. Consejo suplementario: si vas a regalar un libro, si no te queda más remedio que regalar un libro, asegúrate de que esté escrito por alguien que sale en la tele. Son los únicos que merecen la pena.
- Hacen pensar. Esta es la razón final, la definitiva, la peor de todas. Cuando le regalas un libro a alguien (parafraseando a Cortázar), no le estás regalando un libro: le estás haciendo una putada. Porque en ese libro se hablará de cosas; de cosas en las que, a lo mejor, no habrá pensado nunca antes. Y eso es algo terrible: le entrarán dolores de cabeza y perderá la ilusión por la vida. Si regalas un libro a una persona, no te extrañe verle después caminando por el parque vestido de negro y hablando con las abubillas. Y será culpa tuya.
Bueno, ¿qué tal ha quedado? ¿Otra toma? ¿Repetimos? ¿Todo desde el principio?
Actualización 1: Una atenta lectora a través de facebook nos hace llegar una razón suplementaria para no regalar libros: no son ecológicos. Cada libro que lees o regalas es un árbol menos. ¿El cambio climático? ¿El calentamiento global? ¿El efecto invernadero? ¿La destrucción del Amazonas? ¿Las matanzas de focas? Todo, culpa de los libros. Tú verás.
Actualización 2: Este vídeo demuestra lo acertado que era el punto 5. Pobre niño, regalarle libros por Navidad. ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Zapatos?
Actualización 3: Muchas gracias a todos los que habéis enlazado, tuiteado o colgado en facebook el enlace de esta entrada; y sobre todo a No puedo creer, que nos enlazó en esta noticia y nos ha mandado un buen montoncito de tráfico...
Buenísimo, Santi. Si es que... a quién se le ocurre ¬¬
ResponderEliminarMuy bueno, si señorrrr...
ResponderEliminarLejos de nosotros la funesta manía de leer.
ResponderEliminarMuy gracioso, pero creo que lamentablemente algunas personas ni si quiera compran un libro para leer ellos mismos, mucho menos pensarían en comprar uno para regalarlo, a menos claro, se lo hayan regalado a ellos primero y quieran deshacerse de el.
ResponderEliminar"Jack el destripador leía mucho"- Jajaja... no pues entonces no hay problema, en estos días pocos leen mucho, así que eso explica que ya no existan otros como Jack El Destripador!!!
¡GENIAL! Buenísimo
ResponderEliminarja ja ja (risa irónica)
ResponderEliminarLo mejor y lo peor es que lo dicho es cierto.
ja ja ja (risa irónica)
ResponderEliminarLo mejor y lo peor es que lo dicho es cierto.
EL LIBRO
ResponderEliminarIrás naciendo poco
a poco. Día a día.
Como todas las cosas
que hablan hondo, será
tu palabra sencilla.
A veces no sabrán
qué dices. No te pidan
luz. Mejor en la sombra
amor se comunica.
Así, incansablemente,
hila que te hila.
De "Quinta del 42" (José Hierro)
Genial: por lo menos conservar el sentido del humor.
ResponderEliminarUn saludo!
Muy bueno! me han hecho reír. Pero la verdad...a mi me encanta que me regalen libros. Es cuestión de cada uno, creo yo. Eso sí, jamás regalaría uno.
ResponderEliminarmuy bueno
ResponderEliminarPues bromas aparte, hay un libro sobre ecologia (cradle to cradle) que en vez de ser de papel es de platico y el texto puede ser borrado con calor para escribir otro libro (en teoria el plastico no se degrada al reciclarlo, al contrario que el papel)
Qué grande.
ResponderEliminarTengo que decir que yo también he salido muy "economizadora" en este aspecto. Muchas de las razones tienen su aquel... pero lo siento, ¿y cuando vas a una tienda y el tiempo desaparece, porque vas de un libro a otro, y te los llevarías todos...? Ayer me compré un libro, que pertenece a ese rango de novedades, de entre 18 y 20 euros, que es una auténtica gozada. Colección de relatos de una pensante y enferma y maravillosa mujer, que nos recuerda lo que somos y por qué. Y encima, la encuadernación es preciosa ^^ [Si os llama la atención, hablo de "La muerte de la polilla y otros cuentos", de la Señora Virginia Woolf, publicado por Capitán Swing].
Te comparto en facebook y te sigo aquí en blogspot ^^
Excelente!!! jajaja muy gracioso
ResponderEliminarLleno de tonterías y comentarios mal pensados, no me gustó, más tristeza e ironía que cultural y certeza.
ResponderEliminarxD
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY con el estado actual pronto mandarán a los bomberos para que quemen tu biblioteca, fomentar los pensamientos propios y críticos está mal visto.
ResponderEliminarPide a los Reyes de Oriente unos juegos programados que te dejen bien colgado, y si el mando se te atasca cambia al modo de metralla.
La Mode