Páginas

jueves, 20 de noviembre de 2014

Rodolfo Walsh: Operación Masacre

Idioma original: español
Año de publicación: 1957
Valoración: Muy recomendable

Quiere la casualidad que hoy 6 de agosto, en que voy a la biblioteca a por este libro, una de las noticias del día sea que Estela de Carlotto, una de las abuelas de la Plaza de Mayo ha podido reencontrarse, gracias a las pruebas de ADN, con su nieto, tras 36 años. También se da la coincidencia de que el día que lo encargué, 2 de agosto, hacía dos años de la publicación de una de mis primeras reseñas en ULAD, la de A sangre fria de Truman Capote, a raíz de la cual un amable lector me comentó que Operación masacre era realmente la obra fundacional del nuevo periodismo. Ni siquiera fue mi primera reseña en ULAD, honor que cedí a Estrella distante, novela relacionada también con golpes de estado en Latinoamérica, y van tres coincidencias, escrita por Roberto Bolaño, fallecido a los 50 años, igual que Rodolfo Walsh (cuatro). Bueno, a Rodolfo Walsh lo desaparecieron a raíz de una fuerte crítica al régimen militar argentino. Pero ya sabemos qué significa desaparecer bajo el mandato de una dictadura asesina.

Todos sabemos lo incómodos que resultan para los totalitarismos conceptos como cultura, libertad de opinión, libertad de expresión, en general cualquier mecanismo del intelecto encaminado a ampliar el alcance del conocimiento, cosa que suele acarrear peligrosas consecuencias para el poder establecido, ya que a la gente le da por ponerlo todo en duda. Por ejemplo, en Operación Masacre, Walsh indaga sobre lo que acontece la noche del 9 al 10 de junio de 1956, noche fría de invierno austral en que doce ciudadanos argentinos coinciden para oír la retransmisión de un combate, son detenidos y, en función de una Ley Marcial aun no en vigor (por horas) condenados a muerte y fusilados en el curso de la madrugada, bajo la sospecha de estar relacionados con un fallido proceso conspiratorio contra el gobierno. Un fusilamiento tan injusto como chapucero: los supervivientes ayudarán a Walsh y a su ayudante en la reconstrucción y denuncia posterior de los sucesos. Muchos de ellos cuando aún son objeto de persecución con objeto de borrar los rastros de tan macabro suceso.
El tono testimonial pasa por encima de cualquier otra premisa. Hasta el incluir la mera transcripción de algunos de los documentos judiciales. Con lo cual Rodolfo Walsh, sin que este comentario sea en menoscabo de un estilo depurado y urgente y de una capacidad de atrapar al lector, opta por ser claro y por no entregarse a más hipótesis (alguna un poco obvia, pues siempre se preguntará el lector qué es lo que pudo unir a hombres tan diferentes bajo el mismo techo en una noche tan señalada). Pero Walsh no se aventura por esos vericuetos, lo cual no acaba de ser una elección algo sesgada. Walsh se centra en el acto injusto del fusilamiento y en su condición de acto vil y chapucero cuya orden final procede del poder. 
Walsh pagó con su vida su coherencia profesional y su compromiso con la verdad: un artículo particularmente crítico con el régimen golpista de Videla provocó que viviera en carne propia circunstancias parecidas a los desgraciados hechos que describió en este libro. Lamentablemente, nadie pudo levantar un testimonio tan valioso como el suyo. Leer su obra es la única manera de mantener vivo el suyo y otros muchos testigos del trabajo periodístico, cuando deja de ser una profesión para ser una opción vital de alto riesgo.

Tenéis un Zoom en UnLibroAlDía hablando de un glorioso artículo de Walsh, Nota al pie
Otros libros de Rodolfo Walsh reseñados en Un Libro Al DíaLos irlandeses

10 comentarios:

  1. Muy interesante tu reseña, sobre un tema que desconocia totalmente.

    ResponderEliminar
  2. Aplaudo de pie por este aporte.
    Saludos desde Argentina.

    ResponderEliminar
  3. Gnial Francesc!!...
    En caso de que te interese, te recomiendo que leas el cuento de Walsh que se llama "Esa mujer", sobre el traslado del cuerpo de Eva Peron.
    Imperdible.
    Abrazo.

    ResponderEliminar
  4. No he leído nada de Rodolfo Walsh, pero conozco su historia y por sobre todo el respeto que le tenían sus lectores y colegas, aún aquellos que estaban, ideológicamente, lejos de él.

    Así que escribo aquí para agradecerles. Porque como ávido lector, de aquellos que creen que saben mucho de literatura porque han leído toda su vida, entrando en este sitio me he dado cuenta que todavía me queda mucho por leer y aprender. lo que me hace sumamente feliz.

    Sin ir más lejos, yo soy uno de esos "astronautas" que desconocía la mera existencia de David foster Wallace!

    Gracias!

    ResponderEliminar
  5. Buenas líneas, Francesc. Por si te interesa, hay un libro de Walsh que en realidad es una investigación periodística, que siempre sugiero leer junto a éste: '¿Quién mató a Rosendo?', un libro que denuncia los vínculos del poder con el matonismo sindical. Imperdible.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Todos somos astronautas; yo no conocía de nada a Rodolfo Walsh. Tomo nota.
    El Puma, siempre hay tiempo para ser Wallacepynchonizado ;)
    Saludos

    ResponderEliminar
  7. Pablo G: precisamente en estos momentos estoy leyendo Vicio Propio, de Thomas Pynchon, a quien descubrí hace relativamente poco tiempo.

    Horrible la traducción, pero interesantísimos el estilo narrativo y la recreación de la época. Me dan ganas de ver el filme!

    ResponderEliminar
  8. Gracias por todos los comentarios.
    1. La reseña llevaba preprogramada, como muchas otras, varios meses. De ahí esa mención al mes de Agosto, que ahora resulta un tanto chocante.
    2. Enorme respeto y reverencia hacia cualquier víctima de los totalitarismos, por los motivos que sean, pero en especial aquellos que lo fueron por defender los principios personales y los de sus profesiones.
    3. Que esta reseña sirva para cruzar destinos tan dispares como Walsh, Foste Wallace o Pynchon me enorgullece y me fascina.
    4. Apuntadas las sugerencias, gracia de nuevo.

    ResponderEliminar
  9. Muy buena entrada. Excelente el último párrafo.
    Viví en José León Suárez casi treinta años y a pesar de andar esas calles (donde se encuentra el monolito) bastante seguido, recién leí el libro de grande.
    Recientemente vio la luz esta reseña acerca de "el lugar de los hechos"
    http://frodorock.blogspot.com.ar/2015/12/los-fusilados-de-jose-leon-suarez.html

    Muy buena idea la del Blog.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  10. Impresionante crónica. Una delicia. Mucha calidad. Debería ser obligatoria su lectura en primero de carrera en, al menos, estas cuatro facultades: Periodismo, Derecho, Historia y Ciencias Políticas. Tampoco estaría mal obligar a su lectura en las Academias Militares y en la de la Guardia Civil.

    ResponderEliminar

Deja a continuación tu comentario. Los comentarios serán moderados y solo serán visibles si los aprueba un miembro del equipo.