Título original: The Vampyre
Año de publicación: 1819
Traducción: en esta edición no consta
Valoración: imprescindible para fans del género. Para los demás, está bien
Les presento, damas y caballeros al primer y genuino vampiro, el que ha dado lugar a todos los que en la literatura, el cine o incluso los dibujos animados han sido, el original e inimitable vampiro imaginado por John William Polidori, médico de Lord Byron, aquella legendaria noche del 18 de junio de 1816, "el año sin verano", en la Villa Diodati, a orillas del lago Leman, y que también vio nacer a otra mítica criatura de manos de Mary Wallstonecraft Godwin (aún por entonces), el llamado monstruo de Frank... ¿Cómo? ¿Que no? ¿¡Cómo que no!?
Pues no. O no del todo así, al menos. Para empezar, el de Polidori no es el primer vampiro que aparece en la literatura, aunque sí el arquetipo vampírico que más éxito ha tenido: el vampiro seductor, fascinante, de modales e incluso títulos aristocráticos, subyugador de mujeres y dominador de hombres... ¿A alguien le suena esta descripción?
En segundo lugar, no está tan claro que este relato surgiera aquella famosa noche, cuando Lord Byron propuso a sus compañeros la escritura de sendos cuentos de terror,-al parecer, tras la estimulante lectura del libro Fantasmagoriana, de gran éxito por entonces-; por lo visto, Polidori escribió o al menos pergeñó otro cuento y fue con posterioridad a esa noche cuando compuso El vampiro, a partir de una idea lanzada... por el propio Byron. Porque esa es otra: a pesar de que la primera edición se publicó con la autoría del poeta romántico por excelencia -¿artimaña de los editores para vender más ejemplares, quizá?- no hay duda de la autoría por parte de su médico personal -por breve tiempo-, Polidori. Pero asi la idea original pudo deberse a Lord Byron o no, lo que sí está claro es que él fue la inspiración `para el vampiro de la historia, un noble que causaba sensación en los salones y demás reuniones sociales, especialmente entre las damas, a las que seducía, "utilizaba" (esto suena un poco antiguo, ya lo sé) y luego dejaba tiradas como a un kleenex... más o menos, de lo que se acusaba a Byron en su época (aunque no llegara a beber la sangre de sus "víctimas", que se sepa). Más aún: incluso el nombre del vampiro, Lord Ruthven es una alusión directa a Byron, pues es el nombre que éste recibía en Glenarvon, un roman à clef escrita por Caroline Lamb, amante despechada de éste y parecida ese mismo año. Siguiendo su ejemplo, parece que lo que Polidori escribió fue, ante todo, una venganza contra su eventual patrón, con quien no se llevaba demasiado bien.
Ahora bien, ¿a quién le importa todo esto? Si el infeliz Polidori se ha llevado la gloria por haber creado a todo un arquetipo clásico no ya del género de terror, sino de toda la literatura y lo hizo como una invectiva contra su antiguo jefe, eclipsando, si no la fama de su nombre, sí la de su obra, bien está, después de las burlas y desdenes que hubo de soportar de Byron y sus amigos pijos. Y con esop, además, ya es bastante, porque la novelita en sí -relato largo, más bien- tampoco es que dé para mucho: en ella, el tal Lord Ruthven, después de fascinar a la sociedad londinense, se embarca en un viaje por la exótica Europa continental junto con un joven más bien pánfilo llamado Aubrey -exactamente igual que hicieron Byron y Polidori, casualmente- ; pánfilo y todo, Aubrey acaba descubriendo, aunque sea tarde, que su compañero de viaje no es sino un infame vampiro.... y no os cuento más porque, pese a que, como ya digo, la novela es breve, aún hay algún que otro plot-twist interesante.
El estilo, como cabe suponer en una obra literaria de hace doscientos años, por gótica que sea, resulta hoy en día un tanto relamido y no menos enfático, pero se deja leer con facilidad y aun gusto por un lector actual estándar (yo mismo, por ejemplo). En cualquier caso, el libro se lee en un ratillo...Así que no sé a qué estáis esperando para echarle un ojo: recordad que antes que Bram Stoker, antes que Anne Rice y antes, claro, que Stephen King, estuvo John William Polidori, quizá no el primero, pero desde luego no el último de los creadores de vampiros.
¡Ah, y esta edición cuenta con un prólogo de Mariana Enriquez, que no me negaréis que es un plus!
Ciertamente, es un relato bastante más entretenido que el de "A Fragment" de Byron, que completa la trilogía de relatos junto con la incomparable novela de Mary Shelley.
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