Idioma original: inglés
Título original: Feminism, Interrupted: Disrupting Power
Traducción: Josefina Caball en catalán para Raig Verd y Laura Estefanía en castellano para Rayo Verde
Año de publicación: 2023
Valoración: recomendable
Título original: Feminism, Interrupted: Disrupting Power
Traducción: Josefina Caball en catalán para Raig Verd y Laura Estefanía en castellano para Rayo Verde
Año de publicación: 2023
Valoración: recomendable
Siempre es interesante ampliar conocimientos acerca de las desigualdades existentes en nuestra sociedad ya sea en conceptos de racismo, feminismo, capitalismo, etc. Y, a menudo sucede, que todos estos conceptos van ligados, porque la opresión siempre va dirigida a las partes más vulnerables de la sociedad y acostumbra a ir de arriba a abajo en la escala social.
Este ensayo escrito por la feminista y activista Lola Olufemi parte de la idea de remover consciencias y hacernos reflexionar acerca de la sociedad que tenemos y la que podríamos conseguir. Ya la propia autora indica este propósito afirmando en la introducción que «este libro se dirige a cualquier persona que haya empezado a pensar de manera crítica (…) Espero que este libro os haga pensar en los límites de este mundo y en las posibilidades de los mundos que podemos crear conjuntamente». Así, esta mirada crítica que defiende y practica la autora, también la dirige hacia su propio movimiento, hacia el feminismo que de manera conceptual ella defiende, pero que choca de manera frontal con el racismo y las desigualdades entre etnias. Tal es así, que confiesa sin tapujos que «yo veía que las mujeres negras eran excluidas del concepto de feminidad, según la definición que hacía la supremacía blanca, y que las personas que quedaban al otro lado de estas fronteras sencillamente no existían a ojos del feminismo convencional. Empecé a entender hasta qué punto el espíritu rebelde y desafiante que me habían infundido las feministas que admiraba estaba determinado por factores de raza y clase». Esta denuncia sobre la corriente feminista dominante es algo que no siempre está en el debate pero que es importante destacarlo, y es algo que recuerda mucho a Nikki Kendall y su libro «Feminismo de barrio» donde este concepto era un tema central en su ensayo. Por ello, el libro está rodeado holísticamente de la interseccionalidad, «el prejuicio derivado de la intersección de las ideas racistas y otras formas de intolerancia, como el sexismo, el clasismo, el etnocentrismo o la homofobia» (parafraseando a Ibram X. Kendi en «Marcados al nacer. La historia definitiva de las ideas racistas en Estados Unidos»).
La autora critica de manera frontal el sexismo, un sexismo que va más allá de las conductas o pensamientos individuales pues está impregnado de manera estructural en los organismos y estructuras gubernamentales. Por ello afirma que «cuando las feministas tildan el estado de ‘sexista’, quieren decir que la provisión estatal, la asignación de recursos y la manera como se hace la supervisión refuerzan la opresión de género restringiendo la libertad de las mujeres». Este sexismo también está presente en la legislación que pretender combatirlo ya que, en cuanto a las leyes protectoras contra la violencia doméstica, la autora afirma que «la cuestión más urgente para las supervivientes no es que sus agresores vayan a la cárcel, sino que haya una red de protección de la cual se puedan fiar y que les permita salir de situaciones abusivas. Necesitan albergues, vías para una estabilidad económica y asistencia social adecuada». Así, no únicamente critica la mentalidad sino como esta rige el día a día, como las prioridades están en otra parte, acertando plenamente en su cuestionamiento sobre la utilidad de un estado en los que sus intereses no se dirigen hacia los desfavorecidos, preguntándose: «¿de qué sirve un país que se niega a situar las necesidades de la ciudadanía antes que el progreso capitalista?».
Otros focos del libro son su denuncia hacia las terfs y su falso feminismo, así como las trabajadoras sexuales y de cómo el sexo se utiliza como una forma de abuso de poder, la poca cobertura que tienen en cuanto a seguridad física y social y la necesidad de replantear el sistema penal y carcelario pues «creer en las prisiones presupone que son neutrales des del punto de vista racial (…) que ayudan a rehabilitar los delincuentes y a reparar el agravio sufrido por las víctimas». Así, aboga (mencionando a Angela Davis) por la abolición de las prisiones y por dedicar recursos y orientar la sociedad hacia cuestionar y cambiar aquello que empuja a las personas a delinquir, con la intención de «encontrar la manera de crear las condiciones para transformar las relaciones que son causa del delito». También la autora habla de la religión y de su influencia, así como de la crítica fácil que se hace desde fuera especialmente hacia las mujeres musulmanas pues «raramente son consideradas individuos el cuerpo de las cuales es necesario proteger, cuidar o tener en cuenta en los debates feministas. Se habla en nombre de la mujer musulmana, pero no se habla de ella: se lo imponen, la invaden, la diseccionan: raramente es tratada como un ser humano autónomo, la libertad de la cual merece ser comprendida en sus propios términos. Cuando en los medios de comunicación se habla de las mujeres musulmanas, son caricaturas vacías o víctimas que sufren bajo el control patriarcal del padre o los hermanos. Necesitan constantemente que las salven: de ellas mismas, las unas de las otras, de ‘países atrasados’».
Cabe decir que parte del libro tiene una mirada centrada en Gran Bretaña (país donde nació u reside la autora) por lo que en algunos casos los ejemplos planteados no coinciden en su totalidad con lo que sería aplicable en otros países y hace que en algunos casos la lectura pierda algo de interés, aunque, en cualquier caso, se trata de un libro interesante pues ayuda a ampliar la mirada sobre el feminismo, así como para recordar conceptos que en algunos casos ya conocíamos o intuíamos.
Dice la autora que «si este libro os empuja a elegir algún otro o a mirar un documental, buscar en el archivo, coger un libro de poesía —si os enciende u os reaviva el interés por el feminismo—, habré conseguido mi objetivo». Y este es un sin duda un objetivo que, a través de esta reseña, comparto con ella.
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