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domingo, 8 de septiembre de 2024

Gabriel Miró: El humo dormido

Idioma original: Español

Año de publicación: 1918-1919

Valoración: Recomendable 

Este es el tercer libro que he leído de Gabriel Miró y, que los miroístas (si es que existen) me perdonen porque me da la sensación de que esto no es muy académico, debo decir que es el que más me ha gustado.

Puede ser que me haya acostumbrado a ese estilo tan peculiar, a esa "falta de acción", a esos paisajes impresionistas, pero más me inclino por pensar que es que al estilo de Miró le sientan mejor los textos breves, las estampas o las semblanzas que la novela pura y dura.

Como ya es habitual en Gabriel Miró, en los textos de El humo dormido no encontremos una acción puramente novelesca (aunque algunos de ellos sí que podrían formar pequeñas nouvelles) ni gran penetración psicológica en los personajes. La elección ética y estética del autor es la de mostrar la realidad a partir de la prosa poética, de la construcción de imágenes y de la transmisión de sensaciones. 

Será esto sentir sólo a distancia o recordar lo sentido, acercándolo con una lente nueva? Nunca lo averiguaremos cabalmente, porque hay episodios y zonas de nuestra vida que no se ven del todo hasta que los contemplamos y revivimos por el recuerdo 

Vaya, que podríamos decir que Miró es una especie de Marcel Proust mediterráneo, pero sin ese escalpelo del francés para con los personajes.

Volviendo a El humo dormido, el primer bloque de textos recoge una serie de escenas de infancia y adolescencia. Son textos de corte iniciático en los que el narrador va descubriendo, entre el humo dormido, el mundo de los adultos, el amor, la muerte, la nostalgia, etc. Llama la atención en este bloque, además del carácter impresionista de los textos, el uso de técnicas cercanas a lo cinematográfico. En particular, buena parte de las descripciones de lugares o paisajes parecen travellings que el autor realizara cámara en mano. 

De esta parte me quedo con El enlutado y el perejil, texto que roza lo gótico por el uso de los miedos infantiles y de un misterioso personaje, con el sensual La sensación de la inocencia y con La hermana de Mauro y nosotros, en el que el final de la inocencia se muestra de manera sumamente bella y triste.

El segundo bloque, conformado por diez textos, tiene como hilo conductor la Semana Santa. Comenzando por el Domingo de Ramos, el autor dedica un texto a cada día de la semana en el que mezcla la reinterpretación de los sucesos narrados por la Biblia, la liturgia y la celebración de la Semana Santa en la actualidad (de 1919, claro). Cierra un texto humorístico / popular sobre San Juan, San Pedro y San Pablo y un híbrido entre la biografía mironiana, la leyenda y la "protohistoria" de España a través de Santiago Apóstol. 

Nuevamente hay que recordar que Miró no entra en la psicología de los personajes bíblicos sino que reinterpreta los hechos bañados por la luz de paisajes y sensaciones. En este sentido, destaca por encima de todos el texto dedicado al Sábado Santo por la imagen de José de Arimatea frente al sepulcro de Jesús, frente a la muerte y frente a su propia fe.

En resumen, no sé si El humo dormido formará parte de los "textos canónicos" de Gabriel Miró. Tampoco me importa mucho, aquí también nos vamos a mover por sensaciones y la que deja su lectura es más que agradable.

También de Gabriel Miró en ULAD: La novela de Oleza y Las cenizas del cementerio

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