(*) Nota previa: No me gusta nada lo de "bilogía" o "dilogía", pero, al parecer, según la RAE (echad la culpa a quien ya sabéis), son los términos adecuados para referirse a una obra literaria compuesta por dos volúmenes.
Dentro de la hornada de historietistas británicos, tanto dibujantes como guionistas, que despuntaron en los años 70 y 80, y que han destacado sobremanera desde entonces, lo mismo en el cómic mainstream de superhéroes, etc. como en propuestas más personales y arriesgada emparentadas con la narrativa fantástica y la New Wave de la Ciencia-Ficción, (Alan Moore, Neil Gaiman, Michael Moorcock) encontramos, en un lugar prominente -y ducho, además en ambas facetas, guión y dibujo- a Bryan Talbot y, en particular, aunque no sólo, estas dos obras suyas protagonizadas por su emblemático personaje Luther Arkwright. El primero de estos cómics, publicados por episodios en distintas revistas entre 1978 y 1989 fue el más importante cómic británico del último tercio del siglo XX y tuvo además gran influencia en el devenir posterior de la historieta no ya británica, sino, debido a la importancia creciente de los creadores de esa procedencia, también en la norteamericana y por ende , mundial. Ojo cuidao, que esto no lo digo yo, sino personas más autorizadas, creo, como el guionista Warren Ellis o el mismísimo Alan Moore.
Pese a contar con algunos personajes comunes, empezando, claro está por el propio Arkwright u estar ambientados ambos, en su mayor parte, en una Gran Bretaña distópica, que mezcla elementos contemporáneos y aun futuristas con otros victorianos e isabelinos, los libros difieren en varios aspectos, pero, sobre todo, en el técnico: el primero, en blanco y negro -evidentemente, por economía presupuestaria, pero que también corresponde al desarrollo del argumento- denota un estilo menos naturalista y una técnica que imita los grabados victorianos -lo que dificulta un tanto su visualización, aunque le dota de "autenticidad"-; en la segunda parte el dibujo está mejor conseguido y las viñetas muestran una explosión de color. La planificación de la página y el desarrollo narrativo, no obstante, son igual de ambiciosos en ambos casos , aunque en El corazón del Imperio Talbot mejoró en lo que respecta a claridad expositiva... Pero , en fin, veamos con más detalle cada uno de los libros:
Título original: The Adventures of Luther Arkwright
Año de publicación: 1978-1989
Traducción: Carlos Díaz Maroto (edición de 2003; Oscar Palmer y Luis Alboreca (edic. de 2016)
Valoración: recomendable
Veamos si soy capaz de resumir el locurón narrativo que supone este cómic: Luther Arkwright es una especie de agente 007 con poderes psiónicos que se mueve de un paralelo a otro del multiverso (sí amigos y puede que alguna que otra amiga: éste no es un concepto que haya inventado la editorial y productora MARVEl... registrado, tal vez), tratando de neutralizar la acción de los elementos disruptores que llevan la entropía y el caos a los diferentes "continuums", a causa, sobre todo, del influjo de un misterioso artefacto, el Ópalo de Hielo Ardiente (bueno, ¿qué tal va? ¿Sencillito, no?). Arkwright actúa bajo las directrices del programa Ragnarok, creado por la Inteligencia Artificial W.O.T.A.N., situada en Valhalla Nova, en el paralelo 00.00.00, el más estable de todos.
Aunque no todo es deber y trabajo, claro... a Luther no le faltan oportunidades para el esparcimiento erótico, tanto con su compañera, la agente Rose Wylde, como con la guerrera rusa Octobriana -este personaje, al parecer, procede de una "leyenda comiquera" de la época soviética-, así como con la princesa Anne, a la que Luther deja un par de bollos en el h... quiero decir que está encinta de gemelos. Precisamente en el paralelo 00.72.87, que es en el que vive esta princesa, se desarrolla la mayor parte de la acción. Allí Inglaterra vive bajo el régimen de una estricta República Puritana, desde los tiempos de Oliver Cromwell, ocupando siempre sus descendientes el papel de Lord Protector. Los disidentes y revolucionarios, en cambio, se agrupan bajo la bandera monárquica para combatir a los puritanos con la ayuda, en teoría, del zar de Rusia y el Kaiser prusiano -que, en realidad, pretenden hacerse con Inglaterra-; todo este batiburrillo histórico se desarrolla, como no podía ser menos, en medio de una ambientación que mezcla elementos retrofuturistas, armas de la I Guerra Mundial, la época de la Guerra Civil inglesa y la Restauración, la Victoriana y aún de los sixties del siglo XX.
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