Idioma original: Español
Valoración: Recomendable
Creo haber hablado en varias ocasiones de autores latinoamericanos que han sido "sobrepasados" por el fenómeno del boom. Uno de esos autores es el venezolano Arturo Úslar Pietri, bastante olvidado por estos lares pese a ser el autor, por ejemplo, de la magnífica "Las lanzas coloradas".
Publicada originalmente en 1962, mismo año en el que se publicaron, entre otras, Rayuela y Bomarzo, "Un retrato en la geografía" es la primera parte de lo que iba a ser una trilogía (El laberinto de Fortuna) y quedó finalmente reducido a un binomio que en breve completaremos con la reseña de "Estación de máscaras".
Aunque las primeras páginas de la novela pueden dar la impresión de estar ante una "novela sobre dictadores", debido a que en ellas encontramos a un general opositor encarcelado y una más o menos extensa enumeración de las diferentes revueltas, pronunciamientos, etc que dominaron la política venezolana de finales del XIX (principios del XX, del XXI...), "Un retrato en la geografía" se aleja rápidamente de la figura del caudillo de turno y se acerca a un retrato en tres dimensiones (política, económica y sentimental) de la clase media-alta venezolana. Aquí hay que mencionar que el propio Úslar procedía de una de esas familias de "alta alcurnia" y que a lo largo de su vida ostentó diversos cargos políticos de alta responsabilidad, por lo que cabe deducir que sabía de lo que hablaba.
Así, "Un retrato en la geografía", protagonizada por los miembros de la familia Collado y ambientada en torno a los convulsos años 1935-1938, en los últimos momentos de la dictadura de Gómez y en los meses posteriores a la muerte del tirano, ofrece varias lecturas no excluyentes entre sí:
- Como novela de formación, siendo Álvaro Collado, segundo hijo de la familia, su principal protagonista.
- Como crítica político-social, fundamentalmente en la poco desarrollada parte económica.
- Como "ensayo" sobre la "venezolaneidad" (perdón por la palabra), sobre cómo cada uno de los personajes lo ve, lo siente, lo interpreta y en función de ello actúa.
Puestos a elegir, me quedo con la parte "formativa" de la novela, en la cual aparecen bien engarzados los dos aspectos, político y sentimental, que determinan la personalidad del protagonista y, sobre todo, con la parte "ensayística". Esta última me parece la más interesante, tanto por mostrarnos un país complejo, contradictorio y excesivo - desde luego, más complicado de lo que las noticias que llegan a Europa pueden sugerir - como por ofrecernos la posibilidad de acercarnos a su situación actual, aunque se trate de un texto de hace casi 60 años y de hechos ocurridos hace 85. Quizá las motivaciones no han cambiado tanto, pese a que puedan vestirse con otros ropajes; quizá de aquellos polvos, estos lodos.
"Se podría escribir una especie de novela surrealista sobre el petróleo en Venezuela"
"Para gobernarlo hay que tener mucho de cacique indio, como tenía Gómez, pero también mucho de técnico para poder llevar adelante la solución de los problemas reales"
"Esa angustia por saber lo que somos es posiblemente hispanoamericana, pero esa exaltada manía de grandeza, esa esperanza en las soluciones mágicas, que está en el fondo de todos nosotros, es indudablemente nuestra"
"Los venezolanos no tenemos memoria y la experiencia no nos sirve absolutamente de nada..."
"Soportamos al caudillo sin pestañear, pero al hombre de pensamiento no le damos tregua"
En el lado menos positivo, y aunque parece que pueda entrar en contradicción con lo anterior, el escaso desarrollo de la parte económica, absorbida por la vertiente más política. Y es una pena porque los trapicheos a cuenta de una concesión petrolera (gracias, por otra parte, a la inestabilidad política) prometían mucho pero acaban, en cierto modo, arrinconados y pendientes de cierre. Una lástima, ya os digo, porque creo que si Úslar hubiese conseguido rematar esa parte de la trama, la novela sería aun mejor. Aunque igual convenga esperar a "Estación de máscaras" y ahí todo cobre sentido. Ya veremos.
También de Úslar Pietri en ULAD: Las lanzas coloradas La isla de Róbinson Estación de máscaras
Interesante, muy interesante; no solo por descubrir escritores latinoamericanos de mediados de siglo, algo que me encanta, aunque no lo haga muy a menudo, sino porque creo que el contexto y la estructura que planteas sobre este libro, podría gustarme.
ResponderEliminarMe lo llevo anotado
Gracias
Pues mira, Carmen: Esta semana hemos reseñado a Manuel Rojas y a Úslar Pietri. ¡Y es que hay tantos y tan buenos autores latinoamericanos por descubrir!
ResponderEliminarEn fin, ya nos contarás qué te parece este i te animas a leer este libro. De todas formas, si aún nohas leído a Úslar Pietri, te diría que fueses directamente a por Las Lanzas Coloradas. Es buenísimo!
Muchas gracias por visitarnos y por comentar
Muy buena la reseña, veré si es posible conseguirlo en digital ya que, aunque parezca absurdo, es difícil conseguir libros en sur América de nuestros escritores -exceptuando claro a los titulos más comerciales del boom- sin importar que estés o no en su país de procedencia
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