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miércoles, 28 de agosto de 2019

Carme Riera: La mitad del alma


Idioma original: Catalán
Título original: La meitat de l’ànima
Año de publicación: 2004
Traducción: La propia autora
Valoración: Está muy bien

Estaciones ferroviarias, mujeres solitarias enfundadas en una gabardina, portadoras de una mirada decidida y empuñando una maleta ligera ¿Quién era realmente mi padre? ¿A qué bando pertenecía mi madre? ¿A quién escribía las cartas apasionadas que un desconocido me ha hecho llegar?… De acuerdo, digamos que no son los argumentos más inéditos, los mimbres más originales con los que urdir una trama. Pero en manos de Carme Riera (Palma, 1948), poseedora de una más que acreditada solvencia narrativa, dan al menos para una novela concisa, apenas doscientas páginas, entretenida y con algunas páginas vibrantes. Balance que, a mi entender, está más que bien.

Para mí la memoria es imprescindible. Sin memoria estamos muertos. La memoria es el alma de las personas y quizás por eso yo ando buscando la mitad de mi alma…”, leemos en las páginas de esta novela, escrita en primera persona y en la que la narradora se dirige continuamente y de manera directa al lector, y en este juego sí que encontramos más carga de sorprendente originalidad. Aunque, de acuerdo, en novela sepamos que todo todo todo ya está inventado.

Pero también es quizás uno de los rasgos que más me seducen de las  novelas de Carme Riera, la necesidad de ir siempre un poco más allá en la formas, de escapar de lo cómodo o previsible y plantearse la escritura como un ejercicio de riesgo, de apuesta por romper moldes formales, estilísticos o de género literario, lo que en una escritora que lleva ya casi medio siglo de oficio le propicia un atractivo adicional, en mi opinión. Y otro aliciente, por si fuera menester. La propia autora es quien se encarga de traducir sus libros al castellano desde el catalán original, lo que dota a sus textos de una resolución más vigorosa que una traducción ajena.

En La mitad del alma, Carme Riera se pone en la piel de una mujer de su propia edad, dedicación y extracción social, hija única de una pareja formada por un ganador y una perdedora de la Guerra Civil española, en la Barcelona de entre los años cuarenta y sesenta del siglo veinte. La narradora se confiesa adicta a las estaciones de tren, en especial a las del sur de Francia, a los trenes que enlazan Barcelona con PortBou y a los que desde PortBou van a Montpellier y luego pasan por Aviñón, para recrear una atmósfera con la que ambientar la narración y que nos va deparando inevitablemente más dudas que certezas, en una trama que va enredando al lector progresivamente y por el que pululan fantasmas familiares y personales, exmaridos, tías y abuelas, fantasías y anécdotas, jirones de realidad, suposiciones, sombras y sospechas, recortes de diarios y retazos de objetos y recuerdos con los que se construye la zozobra psicológica y social que agita a la protagonista: "Ahora sí que lo que más necesitaba era ser escuchada, que alguien aceptará que mi silencio angustioso era también una manera de comunicar".

Incluso la velada aparición que se permite una camusiana declarada como es la autora de un cameo literario de primer orden se antoja por completo verosímil, real, posible. Por juegos como ese, leer a Carme Riera parece tener premio siempre, aunque en mi opinión La mitad del alma no sea uno de sus libros más ambicioso, exigente, arrebatador.

Otros títulos de Carme Riera en ULAD: En el último azul, Palabra de mujer

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