Idioma original: Castellano
Año de
publicación: 2018
Valoración: Muy
recomendable
El primer libro de
poemas de Rosa Berbel ha dado que hablar. Mucho. Ganador el año pasado de la
XXI edición del Premio de poesía joven Antonio Carvajal, que con anterioridad se
fijó en autores como Andrés Neuman, Luís Bagué Quílez o Martha Asunción Alonso,
Las niñas siempre dicen la verdad ha recibido atención y parabienes en los
suplementos literarios que determinan el canon literario a día de hoy en España
y ha sido incluido en casi todas las listas de lo mejor que deparó la poesía en
este país en el año 2018. Así que con la curiosidad desatada tuve que
sobreponerme a dos obstáculos importantes a mi entender; el título y la
portada. Hacerlo me ha compensado de sobras. Los versos que hay en estas páginas
albergan la suficiente vida palpitando y tanta verdad contenida que el dato de
la edad de la autora (Estepa, Andalucía, 1997) es apenas anécdota.
El libro se
articula en torno a una precuela, dos partes diferenciadas que acogen una
docena de poemas cada una y se cierra con un poema algo más extenso que el
resto. En la primera sección, que lleva por título Quemar el bosque, nos damos
de bruces con una manera de encarar la vida y la relación con los demás perpleja,
incómoda, instalada en el desasosiego. De estos versos se desprende una reflexión
acerca del aprendizaje como tarea vital y también acerca de la familia como
formato social; el hogar, el rol de la mujer, la tradición, la desesperanza, el
miedo a la violencia: “¿No era esto madurar: elegir cosas / y esconder la
elección a los demás?” La sensación del verano se asocia a la noción de
infancia, reciente y perdida, y en este Quemar el bosque nos encontramos con imágenes,
o ideas, como la de los niños muy viejos, o tan niños y tan sabios, o la de la
infancia sin infancia. La infancia como un tiempo luminoso y ligero aunque
también extraño e incierto: “Niña que no reconoce su cuerpo / comienza a sentir
cosas algo extrañas: / hormigueo, mal carácter, un intenso dolor / en los dos
pechos.”
En los versos
agrupados bajo el título de Planes de futuro se hace más evidente el
sentimiento de incertidumbre, de contradicción ante lo que parece que la vida
va a poder deparar a quienes hoy y ahora se lanzan a por ella. El eje de la percepción
se desplaza para apuntar hacia el porvenir y los versos escogidos de José EmilioPacheco para acceder a estos Planes de futuro se hacen bastante elocuentes: “Ya
somos todo aquello / contra lo que luchamos a los veinte años”. Al puntito de
provocación que supone traer a colación estos versos del poeta mexicano, la
autora añade asimismo un toque más irónico en piezas como Manual de
supervivencia para salir del nido o más sagaz, quizás, en Femme fatale con
prisa, definitivamente uno de mis preferidos: “No es fácil ser mujer y ser
fatale, / en los tiempos que corren / exige disciplina y certidumbres. / Hay
que fumar sabiendo los peligros / de enfermedades poco fotogénicas. / Llevar medias
de naylon sin carreras / durante una jornada de 10 horas.”
Versos en los que
se habla de mantenerse bien agarrados a
la vida, y seguir un camino propio aunque nos sintamos despistados, entre los pisotones de la gente,
y por eso me refería al principio a verdad y vida. En el poema que cierra el
libro, Sala de espera para madres impacientes, encontramos la construcción
de una identidad compartida, femenina y consciente, que busca amparo,
complicidad, calidez. Así que sí, me parece un libro muy recomendable porque
siempre resulta de lo más apetitoso encontrarse con una voz nueva, original, cargada de interés y
convicción.
Qué pinta más buena tiene! Gracias por la reseña, compañero.
ResponderEliminarPues sí, Beatriz. Va a resultar ahora que encontraremos un puñado de verdades en ... la poesía... ¡Ver para creer! Un abrazo, compañera.
ResponderEliminarNo suelo leer poesía, pero me ha llamado la atención y le daré una oportunidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
http://milirio.blogspot.com/
Hola Susana; nos encantará saber si la oportunidad te valió la pena. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Carlos:
ResponderEliminarSe ha quedado un poco atrás, pero es que estaba esperando a dar mi opinión tras comprarlo, fíjate si me gustó tu reseña. En fin, lo tengo encargado en una maravillosa librería nueva de mi ciudad, especializada en poesía y aún no he podido leerlo. Lo mejor es que mientras hacía el pedido ya compré otro, recomendado por una de las dueñas.
Este año estoy leyendo mucha poesía, pero no acababa de encontrar nada que me gustara de verdad entre las nuevas voces jóvenes poéticas, hasta que leí esta reseña de Rosa Berbel. He leído varios poemas en internet y me han entusiasmado.
y, ¿cómo es eso de sorprenderse de que las verdades estén en la poesía?
¿Hay algo más auténtico que esas palabras de Gloria Fuertes: "Fui al metro a tirarme a la vía, y en vez de eso, me tiré a la taquillera"?
Saludos