Año de publicación: 1984
Valoración: Recomendable
Este es el último libro escrito por Manuel Mujica Lainez y, aunque quizá esto sea un comentario ventajista, se nota. Lo digo en el sentido de que parece faltar la ambición de las grandes obras de su juventud y madurez y, en cambio, se percibe la impresión de que se trata más de un entretenimiento, divertimento o juego. Aunque, pensándolo fríamente, quizá sea esto otro comentario ventajista, sobre todo conociendo la afición del argentino por la Historia y las Artes.
En fin. El caso es que "Un novelista en el Museo del Prado" es una colección de doce relatos inspirados en personajes y/o obras exhibidas en la pinacoteca madrileña. Personajes de Goya, Tiziano, Velázquez, El Bosco, El Greco, Durero, Watteau, Patinir, etc, cual fantasmales presencia, cobrarán vida y protagonizarán una serie de escenas de tono levemente irónico y humorístico.
Así, personajes como los pecadores de "El carro de heno", los dioses del Olimpo, el Adán y Eva de Durero (los de la portada adjunta), reyes, princesas, enanos, contrahechos, borrachos (valga la redundancia), grandes de España, etc atravesarán galerías, salas y pasillos y vivirán historias entre lo profundo y lo grotesco, pero casi siempre con un carácter alegórico.
Porque, más allá de las habituales profusas y barrocas descripciones de Mujica, con las que en ocasiones parece no querer demostrar más que su erudición, los relatos tienen un sentido "oculto". En el fondo, estos tratan sobre temas como la sempiterna lucha entre el bien y el mal ("Los dos carros"), la identidad ("El llanto y los remedios"), el amor homosexual ("La Corona", con un bello final, por cierto), la hipocresía (el divertido "Amores", con los Caballeros de El Greco rompiendo con sus estrictas normas autoimpuestas), la belleza natural (en el también divertido "Elegancia") o la muerte (en el hermosísimo relato final "El Emperador).
En resumen, pese a ser, como ya he dicho, un libro mucho menos ambicioso que las grandes obras de Mujica, "Un novelista en el Museo del Prado" es un más que digno colofón a la obra de unos de los mejores "contadores de historias" de la literatura argentina de los últimos tiempos. En los relatos que lo componen, plagados de imaginación e ironía, volvemos a encontrar sus ya conocidas señas de identidad (lenguaje rico y extremadamente cuidado, detalladas descripciones, amor por la belleza y las artes, fino humor e ironía, etc) y esto será más que suficiente para que quienes hemos disfrutado de obras como Bomarzo, El Laberinto, etc, lo encontremos perfectamente recomendable.
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P.S.: Amigo Gabriel: en breve habrá escritores argentinos menos aristocráticos por aquí. Prometido queda!
P.S.: Amigo Gabriel: en breve habrá escritores argentinos menos aristocráticos por aquí. Prometido queda!
Hola Koldo:
ResponderEliminarPrimero decirte que me admira la capacidad de lectura que tienes y la cantidad de reseñas que escribes: Mujica y Houellebecq en solo dos días. En segundo lugar: prometo no volver a escribirte sobre las distintas vertientes de la literatura argentina :)
Un abrazo y gracias por la reseña.
Gabriel
Bueno, tiene truco porque la de Mujica estaba preparada de antes! Y sigue recomendando, que algunas veces hasta hacemos caso!
ResponderEliminarUn abrazo
Dos de las cosas que más me gustan en el mundo: cuentos y museos. Tengo pendiente ir al museo Del Prado sola y desde la mañana hasta que me aburra, proyecto que haré después de leer este libro.
ResponderEliminarGracias!!
O durante! Podría ser como una guía alternativa del Museo!
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias, Koldo, por la reseña porque por ella he buscado el libro, lo leí y he pasado un buen rato.
ResponderEliminarMújica Laínez es ampuloso, muy barroco y no tiene una lectura rápida pero su rebuscado lenguaje es rico y el esquema de sus obras y la personalidad de sus protagonistas es siempre muy original. Cuando leí su Bomarzo me hizo mucha gracia su personaje jorobado porque nunca he visto un personaje que se dé tanto asco a sí mismo y se autodirija tantos improperios. No tengo muy claro que él quisiera hacer gracia pero a mí me la hizo.
Y la obra que hoy comentas, como tu dices, no es tan brillante ni tan rica pero es, además de erudita en mitología y en museo del Prado, muy imaginativa y agradable. Yo pasé un buen rato recordando los cuadros del museo e imaginando las escenas que inventa:
las Anunciaciones que, encabezadas por la de Fra Angélico, se visitan unas a otras por las noches, los concursos de elegancia que organizan los personajes pintados en los cuadros o el atrevimiento del caballero de la mano en el pecho cuando lleva su mano al pecho de la maja desnuda.
A ver si Lupita tiene la suerte de sorprender alguno de esos movimientos de las pinturas cuando se quedan solas, cuando vaya próximamente al Prado como dice.
Un saludo
Se puede decir más alto, pero no más claro. Mujica es lo que dices, Beatriz. Así que quien quiera leerlo ya sabe a qué atenerse.
ResponderEliminarDesde luego, no será de los escritores argentinos más reconocidos del siglo XX (otros hubo más innovadores y atrevidos), pero como contador de historias de corte "clásico" es uno de los mejores. Habrá más libros suyos por aqui (y no a mucho tardar)
Un abrazo!!
Lei Bomarzo hace casi treinta años y de verdad pervive esa sensación de la singular escritura y la grandeza del escritor. Esa coincidencia entre pintura y creación literaria seguramente sea difícil de articular pero en las artes y más en la pluma de un grande, seguro que es afortunada. Voy a buscar este libro, antes de ir al Prado.
ResponderEliminarHola, Efrain
EliminarComparada con Bomarzo es una obra menor, pero recomendable. Anímate a una relectura!
Un abrazo