Idioma original: Inglés
Título original: A time of gifts. On foot to Constantinople:
from the Hook of Holland to the Middle Danubio.
Año de publicación: 1977
Traducción: Jordi Fibla Feito
Valoración: Muy recomendable
En la tarde del 9
de diciembre de 1933 en un muelle del Támesis en Londres, Patrick Leigh Fermor
embarca en un pequeño carguero holandés rumbo a Róterdam. Diluvia
implacablemente y él tiene dieciocho años. En la mochila carga dos libros, uno
de Horacio, en el que su madre le ha anotado un verso de Petronio: ”Abandona tu hogar, y busca costas
extranjeras, oh joven: para ti nacerá un estado más grande de las cosas”.
Su intención es cruzar Europa a pie, caminar hasta Estambul. Desde luego
cumplió el objetivo. Cuarenta años más tarde tiró de memoria y de algunas notas
del viaje que había conservado para dar forma a este relato, que va desde
Londres hasta Hungría, al que seguirían Entre
los bosques y el agua (1986) y El
último tramo (editado póstumamente en 2014).
Las páginas que
Patrick Leigh Fermor nos ha dejado son una prodigiosa descripción de
situaciones, lugares y personas, así como de un tiempo a punto de desaparecer,
en una Europa de nuevo decidida a autodestruirse henchida de fanatismo y de
nacionalismo. Pero también son páginas de las que emana esa capacidad con la
que el autor va depositando su mirada e interés; por la curiosidad, la
sencillez, la perspicacia y la agudeza con la que observa, pregunta, se
relaciona con los demás y con las que hace funcionar su pensamiento. Patrick
Leigh Fermor visita iglesias, museos, edificios, bibliotecas, aristocráticos
palacios y salones burgueses pero también alberges, mercados, tabernas,
comisarías de policía, establos y tugurios. Y desde luego, ni las personas ni
los pueblos ni los países se observan por igual desde la ventanilla de un automóvil
o del ferrocarril que desde un carro tirado por bueyes o desde la cuneta de un
polvoriento sendero de tierra. Por cierto. Lo del avión, el crucero o la
escapada low cost nos da la justa
medida de nuestro tiempo. Y ya puestos: ¿De ciudades como las nuestras se
podría hoy salir a pie?
La mirada y el
punto de vista que nos ofrece el narrador no tiene nada que ver con la de quien
argumenta para mostrar autoridad de criterio, acumulación de conocimientos o
afán de admiración para su posición o prestigio, como exhiben a menudo
escritores o académicos al practicar este género. Si bien El tiempo de los regalos no está escrito por el adolescente que se reclama
estudiante sin colegio si no por el adulto que devino cuarenta años después, sí
que el relato está elaborado con la emoción, la vivacidad y el entusiasmo de
quien descubre, siente y degusta por primera vez. Pese a lo precoz de su biografía
y a hacer del viaje una actitud de vida, Patrick Leigh Fermor (Londres,
1915-2011) fue un escritor parco, de obra escasa y texto depurado, de quien
dicen que podía gastar jornadas enteras dudando acerca del adjetivo idóneo.
Desde luego su vida estuvo llena de vicisitudes y aventuras, como sus andanzas
por las montañas de Creta en la II Guerra Mundial con los guerrilleros que
secuestraron en 1944 al comandante nazi de la isla, el general Heinrich Kreipe, episodio en el que se basó
la película de 1957 Ill meet by moonlight
(aquí traducida como Emboscada en la
medianoche), en la que un desafortunado Dirk Bogarde trató de encarnarle.
La caminata de Patrick Leigh Fermor por Europa buscó en los ríos Rin y
Danubio los ejes de referencia y en la actitud de ofrecer techo y plato a quien
se aparecía por el camino el contexto donde hacerse factible. De acuerdo que un
imberbe adolescente de buenos modales y con pasaporte británico desactivaba
muchos prejuicios y hostilidades, aunque eso no le impidió ser detenido por la
policía húngara al ser confundido con un
contrabandista de sacarinas (!) sí le ayudó en cambio a cruzar la Alemania nazi
apenas sin contratiempos. Es la lectura de estas páginas una hermosa caminata,
que deja una extraña sensación, como los versos de Louis MacNeice que las
encabezan: “Ya ha pasado el tiempo de los
regalos…/ oh, muchachos que crecen, oh, nieve que se funde,/ oh, desengaño que
taparán los años…/ He aquí la insulsa tierra sobre la que edificar.”
Es uno de los libros que tengo pendiente en el kindle, así que después de leer esta reseña (aunque no comente últimamente os leo todos los días) está claro que no puedo dejarlo mucho más.
ResponderEliminarBesos: Sol
Hola Sol, asi es, si te apetece una lectura amena y emocionante, esta es una excelente opción.
ResponderEliminarUn gran libro de viajes pero sobre todo un precioso relato inciático a la vida, con la mente abierta y ávida simplemente de aprender. Manteniendo el maravilloso tacto de juzgar lo mínimo y de tratar de ponerse siempre en el alma de los compañeros que el caminante va encontrando en su ruta.
ResponderEliminarHola Gerardo, coincido completamente con tu comentario. No es sólo qué hay en el camino si no la actitud y la mirada del que lo emprende.
ResponderEliminarExcelente.te comencé a leer GRACIAS!!
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