En mis lecturas de los dos últimos meses ha confluido una figura muy interesante: la del muerto que no es lo que parece. Así pues, hoy os traigo tres relatos, casualmente escritos por mujeres, en los que este enigmático personaje nos sorprende. El muerto se presenta, a veces, en tanto que ingenioso plot twist; otras, en tanto que trasunto metafórico. Pero siempre tiene el mismo encanto.
Empezamos por "La oración" (1895), de Violet Hunt. Como os comentaba en mi reseña de Damas oscuras, este es el cuento que más me gustó de todo el libro. Una mujer que acaba de perder a su marido suplica junto al cadáver del fallecido que éste le sea devuelto. Y ya sabéis lo que dicen: cuidado con lo que deseas, porque podría hacerse realidad.
Seguimos con "La señorita Mary Pask" (1925), de Edith Wharton. En este relato, un hombre decide visitar a la hermana de una amiga suya. Y ella, claro, encantada de la vida; se siente muy sola desde que su hermana se casó, ya nadie viene a verla. Aunque, pensándolo bien, es normal que nadie la visite, ¿no? Al fin y al cabo, ¿no se lloró su muerte hará cosa de un año?
Por último nos detendremos en "La eternidad de Yasha", texto extraído de la antología Una edad difícil. En él, la autora se plantea lo siguiente: ¿cómo sería el día a día de un hombre una vez se le certifica clínicamente como muerto? ¿Qué gestiones burocráticas debería llevar a cabo, y qué obstáculos legales, laborales y sociales tendría que superar? ¿Cómo se tomarían su defunción los médicos, sus compañeros de trabajo, su pareja, la madre de ésta? ¿Cómo le sentaría la noticia al muerto en cuestión? La carga de crítica social de este relato, mezclada con una ironía retorcida y ecos a la literatura rusa del XIX, lo convierten en un auténtico deleite. Lástima que el final esté totalmente desaprovechado.
En fin, esto es todo. ¿Conoces tú alguna historia con un muerto que no es un muerto? ¿Te has topado con alguno recientemente tras las páginas de un libro? A mí se me ocurren cuatro, que enfrenté hace ya algún tiempo: el latido persecutorio en "El corazón delator" (1843), ese hijo terrible de "La pata del mono" (1902), "La resucitada" (1908) de Emilia Pardo Bazán o el atípico alter ego que supone Paul Allen para el protagonista de American Psycho (1991). Aunque claro, ¡seguro que hay muchos más!
Bibliografía
Starobinets, Anna. Una edad difícil. Traducción de Raquel Marqués García. Madrid: Nevsky Prospects, 2012.
VV.AA. Damas oscuras. Cuentos de fantasmas de escritoras victorianas eminentes. Traducción de Alicia Frieyro, Olalla García, Sara Lekanda, Magdalena Palmer y Consuelo Rubio Alcover. Madrid: Impedimenta, 2017.
Wharton, Edith. Historias de fantasmas. Traducción de Francisco Torres Oliver. Madrid: Alianza, 2010.
Bibliografía
Starobinets, Anna. Una edad difícil. Traducción de Raquel Marqués García. Madrid: Nevsky Prospects, 2012.
Wharton, Edith. Historias de fantasmas. Traducción de Francisco Torres Oliver. Madrid: Alianza, 2010.
Ahora mismo me viene a la mente: "Que el muerto venga en persona" de Ricardo Moura. Por lo que veo, bastante parecido al relato de Starobinets que mencionas. Una sátira que denuncia la burocracia en una Argentina de un futuro cercano, además del paralelismo entre muertos y aquellos apartados del sistema. Es una novela corta, muy divertida.
ResponderEliminarBeloved, Toni Morrison: Palabras mayores. Un muerto que puede ser venganza, culpa, amor, libertad, y todo eso al mismo tiempo. La cara profunda y más hermosa jamás leída por mi, sobre esa frase hecha que dice: el amor de una madre es capaz de todo.
Amigo Oriol, a la vista de tus lecturas -al menos las que traes últimamente al blog- empiezas a darme un poquito de miedo. Pero, en fin, la verdad es que el tercer relato de los reseñados me ha parecido muy muy atractivo. Me estaré contagiando.
ResponderEliminarSaludos!
Hola, Diego, la novela de Moura tiene muy buena pinta, así que me la apunto. En cuanto al "Beloved" de Morrison, lo tengo en pendientes desde hace mucho tiempo. Quizás va siendo hora de desempolvarlo, ¿no crees?
ResponderEliminarTranquilo Carlos, los amigos no tenéis nada que temer... Por cierto, en unos meses (cuando me salga la reseña, que me está costando lo suyo, la jodida) traeré a la palestra al "Asesinato considerado como una de las Bellas Artes", de Thomas de Quincey. Tú no me lo tengas en cuenta, ¿vale?
Por cierto es que el relato de "La eternidad de Yasha" acaba siendo bastante insatisfactorio, quizás no es el más recomendable para conocer a la autora. Propuesta interesante, ejecución deficiente.
¡Muchas gracias a los dos por comentar! Y a ti, Diego, gracias también por ensanchar la lista.
Oriol da miedito, pero mola ; )
ResponderEliminarHombre, yo voy a cumplir 39 tacos y recién lo lei este año, así que, tampoco tengo derecho a decirte cómo van tus prioridades. Sí, que es una obra fantástica que despues de las primeras páginas va entrando sola, y que creo que no falla en nada. Además de lo que te digo arriba, creo que nunca me llegó tanto el tema de la esclavitud a pesar de haber visto mucho cine bueno al respecto.
ResponderEliminarLa obra del argentino es mucho menos, pero plantea lo que cuentas, a un tío lo dan por muerto y eso lo mete en un absurdo que no tiene límites. A todos los que hemos tenido que vivir situaciones absurdas de ventanilla en ventanilla, nos llega y divierte.
Está escrita en 2005 o 2006, creo, pero hay una edición modesta en digital del 2012 al alcance de España. Tampoco creo que haya que ir a ella con muchas más expectativas que la buena idea de la trama, pero no está mal.
Gracias por tu respuesta tan amable.
Hombre, Juan, miedo, miedo, lo que se dice miedo, no. Mal rollo, si quieres. Eso te lo acepto. ;)
ResponderEliminarPor cierto, curiosamente, ninguno de estos relatos son de miedo, estrictamente hablando. Ni siquiera los dos primeros, aunque podríamos enmarcarlos dentro de las historias de fantasmas. Aprovechan elementos del género, pero no persiguen ese efecto... De ahí, también, lo de muertos que no son lo que parecen.
Y Diego, al protagonista de "La eternidad de Yasha" no es que lo den por muerto. Es que está muerto. O sea, sigue moviéndose, va a trabajar, etc... pero médicamente está diagnosticado como muerto, porque no respira ni le late el corazón. Es, como digo, un relato con una premisa de lo más interesante. Una pena que acabe descarrilando. A la postre, es el peor, y con mucha diferencia, de los tres enlistados aquí.
¡Un saludo a todos!
Los relatos de fantasmas de Warthon son maravillosos, los releo de tanto en tanto. Gracias por recordarme el de La señorita Mary Pask, es de los mejores!
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