Idioma original: español
Año de publicación: 2015
Valoración: está bien
Descubrí a esta autora este año (bueno, para cuando se publique esta reseña ya será "el año pasado"), gracias a su última novela, Clavícula, y me prometí a mí mismo leer algo más de ella para reseñarlo por aquí. Y lo siguiente que ha caído en mis manos es esta Farándula, que mantiene algunas de las virtudes de Clavícula pero que me ha interesado bastante menos, por el tema y también por el tratamiento del tema. (Hay que decir que esta novela ganó el Premio Herralde de novela de aquel año, lo que debe de significar algo aunque no sé muy bien qué exactamente).
Tal como indica el título, la novela se centra en el mundo de la farándula: cine, teatro, televisión; actores y actrices, fundamentalmente. Los personajes principales componen un triángulo de figuras más o menos arquetípicas: Valeria Falcón, la actriz ya madura que lleva con dignidad su papel en las tablas teatrales; su compañera de apartamento, Natalia de Miguel, que sueña con ser una estrella del cine (o de la televisión, si eso); y el consagradísimo Daniel Valls (¿trasunto de Javier Bardem?), un actor que goza de tanto prestigio en el mundillo como odio despierta por sus posicionamientos políticos de izquierdas. A ellos se añaden Ana Urrutia, una anciana actriz retirada que vive prácticamente en la indigencia, o Charlotte Saint-Clair, la paciente y sufrida mujer de Daniel Valls.
De fondo (como un mise-en-abyme al que se podía haber sacado más partido), una representación de Eva al desnudo, la obra en la que una actriz veterana es sustituida y traicionada por otra más joven.
Las virtudes de las que hablaba antes: Marta Sanz escribe rematadamente bien. Tiene chispa, ingenio, estilo, sentido del humor. Nunca sabes qué sorpresa te puede deparar una frase o con qué invención va a conseguir describir a una persona, un lugar, una situación. Lástima que a veces esa virtud se transforme en un cierto virtuosismo (innecesario), como en esas largas enumeraciones "a lo Sabina" que le reprochó Tongoy (en una reseña, como la mayoría de las suyas, demasiado dura para mi gusto). Pero es verdad que en ciertos pasajes de la novela Marta Sanz parece querer demostrar lo bien que escribe (cosa que no pasaba en Clavícula), cuando no es necesario, porque como ya he dicho Marta Sanz escribe rematadamente bien.
Los defectos: quizás el más obvio sea el de lo estereotípico de algunos personajes, que no consiguen escapar de la unidimensionalidad. Natalia de Miguel es joven, bonita, ambiciosa, insegura, vanidosa, algo tontita: en resumen, Penny de The Big Bang Theory (sobre todo en las primeras temporadas). Daniel Valls es un Don Juan que quiere ser Robin Hood, pero nunca se llega a profundizar en los motivos de ese robinhoodismo, en las contradicciones que provoca o en cómo se podría encauzar mejor (más allá de repetir una y otra vez que Daniel Valls lo hace todo mal). El personaje de Valeria Falcón es el más redondo de todos, el que presenta más versiones y más perspectivas; probablemente sea aquel con quien la autora se identifica más, y de hecho al final de la novela Valeria decide comenzar a escribir.
La novela se plantea (o se vende, al menos) como una crítica al mundo de la "farándula", mostrando sus contradicciones y sus miserias (aunque también su glamour y su capacidad de fascinación); lo cierto es que como crítica resulta algo blanda, y como representación, algo limitada. Como puro artefacto literario, se lee con placer y con gusto, sigue despertando admiración por la capacidad lingüística y estilística de la autora, pero no deja un gran poso; todas las grandes preguntas que se propone plantear quedan solo esbozadas, sin profundizar en ellas, como si pusiera deberes al lector (pero el lector, ay, es perezoso).
En fin, sigue en pie mi intención de leer más novelas de esta autora, como de Belén Gopegui, a la que conozco poco y creo que debería conocer mejor; tengo la sensación de que todavía no he leído la obra maestra de ninguna de las dos. O a lo mejor es que la van a escribir en el futuro...
A mí esta novela se me hizo cuesta arriba. Empieza muy bien, pero luego no sé qué quiere contar Marta Sanz.
ResponderEliminarDe ella solo he leído esta novela y poesía, que me convenció mucho más. Tengo "Clavícula" pendiente.
No se puede comparar a Marta Sanz con Belén Gopegui, es que no hay color... Gopegui es una escritora de literatura de verdad, Sanz un productillo más de la industria editorial.
ResponderEliminarNo conozco los libros de ninguna de las dos, aunque a Sara Mesa la he visto muchas veces expuesta, reseñada, etc.A Belén Gopegui mucho menos.
ResponderEliminarCuando pueda empezaré con ellas.
Ah, no conocía el blog de Tongoy, pero viéndolo, ni ganas. Demasiada mala leche hay ya en el mundo..jaja
Hola:
ResponderEliminarYa que estamos, compartiré yo también mi experiencia con Marta Sanz: traté de leer (o leí buena parte) de "La lección de anatomía" y la sensación que me quedó (y por lo que dejé de leer el libro) fue exactamente la misma que tú describes, Santi, que es una autora que escribe muy bien, pero que era ese virtuosismo de su prosa lo que mantenía en pie el libro y poco más. Lo que contaba me parecía un compendio de trivialidades que no me interesaban absolutamente nada.
Pensé después que tal vez me había equivocado al escoger ese libro para conocer a esta escritora y que tal vez debería darle otra oportunidad, pero ya me temo que no va a ser...
Saludinhos!
Perdón, ¿estoy equivocada o a Marta Sanz y Sara Mesa las comparan como escritoras similares?Me refiero a estilo.
ResponderEliminarGracias. Es que no sé por cuál de las dos empezar.
Sara Mesa es una autora muy dura, recomiendo tanto "Cicatriz" como el libro de relatos, creo que es "Mala letra".
ResponderEliminarSí es verdad que se las suele mencionar juntas, pero son estilos distintos.
Belén Gopegui. Lo real. Obra maestra.
ResponderEliminarLupita, cuando dices, muy acertadamente: "No conozco los libros de ninguna de las dos, aunque a Sara Mesa la he visto muchas veces expuesta, reseñada, etc. A Belén Gopegui mucho menos", pregúntate por qué es así...
ResponderEliminar"La escala de los mapas", de Belén Gopegui, es una maravilla. Y su última novela también, "Quédate este día y esta noche conmigo".
A mí Sara Mesa y Marta Sanz me parecen perfectamente intercambiables, como tantas otras del panorama actual que no se distinguen por tener un estilo propio ni una voz que destaque literariamente lo más mínimo.
De Belén Gopegui solo he leído La escala de los mapas, reseñada aquí por otro colega del blog: http://unlibroaldia.blogspot.com/2011/12/belen-gopegui-la-escala-de-los-mapas.html Me pareció que estaba muy bien escrita, aunque no tuviera mucha historia, mucha narrativa.
ResponderEliminarEn cuanto a Marta Sanz, Clavícula me gustó mucho más (http://unlibroaldia.blogspot.com/2017/07/marta-sanz-clavicula.html); me parece que Marta Sanz también escribe muy bien, con mucho sentido del humor y momentos brillantes, aunque en Farándula esa brillantez no deje gran poso, dada la ligereza de lo que se está contando.
Eso sí, no estoy en absoluto de acuerdo en que Sara Mesa y Marta Sanz sean intercambiables; Sara Mesa es mucho más seca escribiendo, mucho menos dada a florituras. Su novela Cicatriz (http://unlibroaldia.blogspot.com/2015/06/sara-mesa-cicatriz.html) me gustó bastante.
Otro debate diferente es por qué algunos/as escritores/as reciben más atención de los medios que otros/as. Cuestiones ideológicas, de marketing, de contactos... y también, a veces, de calidad literaria. Pero solo a veces.