Idioma original: Holandés
Título original: De omweg naar Santiago
Año de publicación: 1992
Traducción: Julio Grande
Valoración: Muy recomendable
“España es brutal, anárquica, egocéntrica, cruel; España está
dispuesta a ponerse la soga al cuello por disparates, es caótica, sueña, es
irracional”. La afirmación está en las páginas iniciales de Desvío a Santiago, una recopilación de
artículos escritos hace tres décadas por el ensayista, poeta y novelista
holandés Cees Nooteboom (La Haya, 1933) que es el inventario literario de los
motivos por los que este país paradójico y grotesco le fascina y mantiene en un
estado de absoluta seducción. Y prosigue: “¿Qué
se puede hacer con un país así? Odiarlo o amarlo, y creo que es por esa misma
tendencia absurda y caótica de mi propio carácter por lo que he elegido lo
último, y por eso estoy aquí a la hora equivocada…”, explica el escritor
mientras se da de narices con la puerta de la catedral de una capital de
provincia cualquiera, cerrada hasta dentro de tres o cuatro horas, hasta que la
reabran después de comer, por la tarde.
En estos casi
treinta artículos, Cees Nooteboom deambula especialmente por las montañas y
mesetas interiores de ese país vacío y desolado, desviándose una y otra vez de
las rutas principales para disfrutar de una ermita románica, de un paisaje
solemne, de la silueta de un monte recortado frente al cielo rotundo, o de una
perspectiva profunda bajo la luz inmisericorde. “Quizás sean las comarcas que yo visito. Por que es esto lo que quiero, lentitud, y sea cual fuera la ley que
aquí gobierna, encuentro lo que busco. En un paisaje en el que un único árbol
se ve a kilómetros de distancia, el tiempo se mide de otra manera. Por esa
medida vengo aquí.”
Llegados a este
punto del trayecto, dejen que este precario reseñador –parido y criado en una playa
mediterránea entre hordas de enrojecidos guiris en chanclas oliendo a aceite de
coco, cuyo máximo interés por la cultura del país es ponerse tibios de sangría
en la japiauar- les exponga su propia
fascinación por la mirada fascinada del escritor holandés. Porque cuando acompañado
de mis prejuicios paro en uno de esos pueblos varados junto a la carretera
nacional y entro en el bar del Casino –a por alivio, refresco, café…- me parece
caer de bruces en los versos de Antonio Machado, en la España que ora y
bosteza, que ora y embiste. Cees Nooteboom nos brinda el retrato de un país de
hace tres décadas y quizás las cosas hayan cambiado algo, quizás no demasiado,
y esta distancia le da al relato un atractivo añadido por lo que nos permite de
comparación. En los casinos de pueblo, desde luego, sigue hoy el mismo camarero
aburrido y mal encarado, las moscas incansables, las noticias de TVE a volumen
atronador… Aunque sí ha mejorado ostensiblemente la oferta gastronómica y
hostelera, y ahora hay algo más que paradores, menús de incierta digestión y
jarras de vino con la textura del cemento. Perdón por la dispersión, pues no se
trata de eso: Desvío a Santiago no va
para nada de exaltación turístico gastronómica.
En estas crónicas
apenas hay diálogo con las personas que se van cruzando con el viajero. Sí en
cambio una honda conversación interior sobre sus propias creencias, dudas,
diferencias culturales, prejuicios morales y políticos, pasiones estéticas e
inclinaciones metafísicas, místicas, espirituales. Convertidas en excelente literatura. Todo ello sugerido,
contrastado, detonado por las humildes iglesias que van apareciendo en los
caminos solitarios, apenas dibujados en los mapas turísticos. Por los cuadros
de Velázquez, Goya, Zurbarán o el Greco que suponen un aldabonazo a la
sensibilidad humana y al ejercicio del pensamiento. Pasear por las calles
arremolinadas de las ciudades medievales para sentirse inmerso en una corriente
de tiempo que fluye con melancólica quietud, o dejar volar la imaginación con
la lectura de Cervantes, Lorca, Santa Teresa o cualquier erudito local
ensalzando las virtudes de la propia provincia. O contemplar complacido cómo un
grupo de enfermeras de la Cruz Roja se lanzan alegremente a bailar sevillanas
en el Rocío. Cees Nooteboom nos explica que se siente atraído por la belleza de
estos paisajes, por la tradición artística de este complejo país, por el
extremismo vital de sus paisanos, “porque
creo que yo soy así por dentro”.
También de Cees Nooteboom en ULAD: El día de todas las almas, Luz por todas partes
Buenas
ResponderEliminarCual sería el mejor libro de Nooteboom?
?
ResponderEliminarHonestamente, no soy capaz de contestar a la pregunta de cúal sería el mejor libro de este autor, puesto que tiene mucha obra publicada y bastante traducida al castellano que no he leído.
ResponderEliminarDe la media docena de libros suyos que sí han caído, de ficción destacaría una novela no demasiada extensa llamada "En las montañas de Holanda", que ya puedes imaginar dónde las sitúa el autor...
Y de los ensayos, también otro breve: "Cómo ser europeos". También "Los zorros vienen de noche". Todos tienen su estilo característico, delicado, espiritual y minuciosos.
Por favor, ¿quién se anima a completar la lista?