Título
original: 潮騒 (Shiosai)
Año de
publicación: 1956
Valoración: Recomendable
A quien haya leído cualquier otra obra de Mishima, sea ensayo o
ficción, puede que le choque esta novela, tan rigurosa y bien estructurada como
todas las suyas pero con un lirismo que, junto a su ingenuidad y sencillez
argumentales, le presta cierto aire de fábula. Esto, unido al tópico del amor prohibido, recuerda a textos de hace muchos siglos, digamos que se trata
de un Romeo y Julieta, narrativo, con
los esquemas sociales del siglo XX y
mucho menos realista que el texto de Shakespeare. Podríamos situarla en una
franja que limita con la novela rosa por un lado –con todas las salvedades en
cuanto a calidad literaria– y por otro con el cuadro de costumbres.
No creo exagerar mucho si digo que la naturaleza es el personaje
principal. Esa isla primitiva e idílica, su costa, el cambiante océano, los
amaneceres y puestas de sol, el faro que sirve de apoyo, no solo por el
simbolismo de la edificación en sí sino porque en él habitan quienes acabarán
siendo los confidentes y cómplices perfectos de la pareja protagonista. Pero
hay otro personaje no humano: la mentalidad y forma de vida del Japón
tradicional encarnado en un grupo de pescadores, prácticamente autosuficientes,
que realizan una sola visita al mundo exterior –en grupo y mientras son
adolescentes–para satisfacer la natural curiosidad por lo ajeno y, a partir de
entonces, se recluyen para siempre en su terruño y sus aguas.
Si el sentimiento que surge entre Hatsue y Shinji es desde un
principio compacto y sin fisuras, el conflicto imprescindible para justificar
la trama parte de la oposición del padre de la chica –de clase más acomodada,
como era de esperar– y de un par de conspiradores (hombre y mujer) que, al
haberse hecho ilusiones previas,
intentan malograr el idilio. Pero ella se arrepiente pronto y a él se le
representa como una perfecta nulidad. Tanto es así que sus intentos de seducción
–o algo peor– se malogran por un avispón inoportuno, reiterativo y
prácticamente con personalidad propia, en el episodio más inverosímil de toda
la novela y, desde luego, impropio de un escritor como Mishima.
Sabemos que la acción tiene lugar poco después de la Segunda
Guerra Mundial porque el barco pesquero en el que faena Shinji atraca en
Okinawa, la única isla del archipiélago que sufrió el desembarco
norteamericano. Las huellas de este ataque –vegetación costera calcinada, cazas
en prácticas que atruenan el aire, tráfico infernal de vehículos bélicos
–contrastan con la paz de Utajima y hacen resaltar todavía más, si cabe, su
incuestionable encanto ampliamente descrito.
Es más que evidente –incluso para quien no conozca la rígida mentalidad
del autor– que El rumor del oleaje se
propone defender a toda costa los valores del Japón más tradicional, denigrando
para ello cualquier elemento que suene a moderno o extranjerizante ya que para él
suponen claramente una amenaza. Pero lo hace
con calma y sutileza orientales, sumergiéndonos en un mundo tan exquisito que, unido
a la facilidad de su lectura y a su corta extensión, siempre apetece visitar.
Del mismo autor: Después del banquete, Los años verdes, El marino que perdió la gracia del mar, El sol y el acero, Nieve de primavera, El pabellón de oro, El Templo del Alba, Sed de amor
Del mismo autor: Después del banquete, Los años verdes, El marino que perdió la gracia del mar, El sol y el acero, Nieve de primavera, El pabellón de oro, El Templo del Alba, Sed de amor
Hola Montuega,
ResponderEliminarLeí el Rumor del oleaje hace unos meses y coincido con tus comentarios, inclusive he descubierto detalles que se me habían escapado como el de Okinawa.
Gracias por la reseña!
Hola Gabriel. Gracias a ti por los elogios (y por tu constancia). Saludos
ResponderEliminarMe encanta tu blog. Lo único que creo que te falta agregar es el número de páginas de los libros. De ahí en más, todo es excelente.
ResponderEliminar¡Gracias por tu tiempo!
Hola Luis. No existe un número de páginas por título. Este en concreto tiene 152 en libro electrónico, 216 en unas ediciones de papel y 240 en otras. Seguro que si sigo buscando encuentro ediciones antiguas con otras dimensiones y eso sin salir de Alianza, pero lo han publicado más editoriales y según el formato y número de letra puede variar sustancialmente.
ResponderEliminarComo te puedes imaginar, esto pasa en todos los libros. Lo que solemos hacer en el blog es comentar el tamaño de un libro cuando el número de páginas está por encima o por debajo de la media. Y fíjate que en la reseña lo pone: la última línea habla de "corta extensión".
Me encanta que te encante nuestro blog. Saludos
A mi lo que menos me importa de un libro es el número de paginas que tiene.
EliminarGracias por esta reseña. A Mishima lo quiero leer desde hace décadas, es un descuido de mal gusto no haberlo abordado todavía. Estaba decidida a comenzar con El marino que perdió la gracia del mar, pero ya me entraron las dudas. ¿Tú por cuál comenzarías, Montengua?
ResponderEliminarSaludos limeños.
Hola,
ResponderEliminarNunca es tarde para empezar con un autor, eso significa que te esperan muy buenos ratos de ahora en adelante, suponiendo que te guste que, espero, así sea. En tu caso, como lo que quieres es conocerle, yo no elegiría esta novela ya que no es representativa en absoluto por las razones que explico en la reseña. Confesiones de una máscara es la primera que publicó, y la primera de él que leí, y creo que es relativamente fácil identificarse con el protagonista. También me gustó Después del banquete, pero te la recomendaría para más tarde, cuando estés familiarizado con el autor. Uno de mis compañeros reseñó hace tiempo El marino... y le puso "muy recomendable", aún la tengo pendiente pero tanto su criterio como el hecho de que sea una obra de madurez son puntos a tener en cuenta.
Ya me dirás si he dado en el clavo. Así, sin conocer a la persona no es nada fácil, pero por intentarlo que no quede.
Saludos
Hola, ya leí y en dos ocasiones, ambas obras de Mishima:El rumor del oleaje y El marino que perdió la gracia del mar. Totalmente ambas fueron de mi agrado y recomiendo su lectura, fueron bien concebidas, teniendo en cuenta que el autor era muy conservador en las tradiciones ciones japonesas y estaba en contra de la occidentalizacion del Japón. La obra de Mishima es muy conservadora de la cultura japonesa y con hermosas metáforas nos lleva de la mano con descripciones que dan ganas de volver a leer. Les sorpredará el final dl marino que perdió la gracia del mar A mi me dejó perplejo.
ResponderEliminarMis datos:José Albeiro Muñoz josseam@hotmail.es
ResponderEliminarHola José
ResponderEliminarEfectivamente, es un placer leer las novelas de Mishima independientemente de sus ideas. A mí me han encantado todas las que he leído.
En el blog hemos reseñado ya unas cuantas suyas, entre ellas El marino que perdió la gracia del mar, cuyo enlace te dejó aquí:
http://unlibroaldia.blogspot.com/2009/04/yukio-mishima-el-marino-que-perdio-la.html?m=1