Idioma original: Checo
Título original: Pábiltelé
Traducción: Jitka Mlejnková y Alberto Ortiz
El abuelo Cebolleta es, probablemente, el personaje más recordado del famosísimo comic de Vázquez “La familia Cebolleta”, de gran éxito en la España de los 50 y60. Este personaje, con su pie vendado, su barba blanca, su bufanda y su bastón, se hizo tan famoso que ha pasado a formar parte del lenguaje popular para referirse a personas cuyo único afán es relatar, una y otra vez, sus supuestas peripecias y batallitas de sus años mozos.
Título original: Pábiltelé
Traducción: Jitka Mlejnková y Alberto Ortiz
Año de publicación: 1964
Valoración: Recomendable
El abuelo Cebolleta es, probablemente, el personaje más recordado del famosísimo comic de Vázquez “La familia Cebolleta”, de gran éxito en la España de los 50 y60. Este personaje, con su pie vendado, su barba blanca, su bufanda y su bastón, se hizo tan famoso que ha pasado a formar parte del lenguaje popular para referirse a personas cuyo único afán es relatar, una y otra vez, sus supuestas peripecias y batallitas de sus años mozos.
Pues bien, el
protagonista de esta gamberrada perpetrada por Bohumil Hrabal podría
ser perfectamente el “alter ego” checo del abuelo Cebolleta.
Tal y como se nos
cuenta en el prólogo, el protagonista del libro es el tío del
autor, de nombre Pepin. Un hombre al que le falla la memoria,
desaseado y del que, según su familia, las mujeres se reían. Un
hombre del pueblo, y de ahí el uso de la jerga y del lenguaje
coloquial en el libro, dotado de una verborrea prodigiosa.
Gracias a esa
verborrea, el bueno de Pepin, ya de avanzada edad, se lanza a un
monólogo, que ocupa las 110 páginas del libro, con el que relata a
una mujer, a la que todos los días lleva un ramo de rosas
sustraído de jardines ajenos, todas sus
batallitas: las del servicio militar y la guerra en tiempos de
Maricastaña (léase, en tiempos del Imperio Austro-Húngaro), sus
viajes en busca de trabajo, sus conquistas o intento de conquistas
amorosas, anécdotas sin importancia, etc.
Fruto de su
estado en el momento en que se lanza a narrar sus historietas, el
monólogo resulta completamente caótico, lleno de saltos en el tiempo
y asociaciones de ideas inconexas. Pero también está lleno de
ironía, ternura y un gran sentido del humor.
Porque he de
admitir que, pese a que probablemente sea una obra menor dentro de la
extensa carrera de Hrabal, con este libro me he reído (y mucho) y he
pasado un rato de lo más entretenido. Que no es moco de pavo,
oigan.
Otros libros de Bohumil Hrabal en ULAD: Bodas en casa, Anuncio de una casa donde ya no quiero vivir, Las desventuras del viejo Werther, Yo que he servido al rey de Inglaterra, La pequeña ciudad donde se detuvo el tiempo
Pues qué quieres que te diga, Koldo, yo no acabo de pillar el humor checo ése. Puede que en esta novela se aprecie mejor -al menos, para nuestro gusto, más mediterráneo-, pero yo recuerdo 'Trenes rigurosamente vigilados' y me costó bastante encontrarle la gracia.
ResponderEliminarBueno, igual es que me cogió en época refunfuñona, jeje.
Estupenda reseña, hermano.
Gracias, crack!
EliminarHe de admitir que es el el primer libro de Hrabal que leo. Y es un auténtica gamberrada. Así que algún otro caerá seguro