Título original: Ao no jidai
Año publicación: 1950
Traducción: Rumi Sato y Carlos Rubio
Valoración: Recomendable
Tiene su aquel que si a uno le dicen que nombre a un escritor japonés en el 90% de los casos aparezca, cómo no, Haruki Murakami. Que sí, que escribe bien, de fácil lectura y todo eso, pero cuando un país ha dado escritores como Kawabata, Soseki, Kenzaburo Oé o el gran Yukio Mishima…
Pero no hemos venido a hablar del omnipresente Murakami, sino de Yukio Mishima y de una de sus obras tempranas, Los años verdes.
En mi caso, el acercamiento a la obra de Mishima tuvo lugar años atrás por una doble atracción:
- La atracción por su país de origen, tan lejos geográfica y culturalmente, y su aislamiento secular hasta 1868.
- La atracción por la vida y muerte del escritor (su conocido suicidio ritual, del cual en el momento en que escribo esto se cumplen 45 años, etc.)
Yukio Mishima fue un artista multidisciplinar, con pequeñas incursiones en el cine (actor, director…) y una obra literaria extensísima para sus solo cuarenta y cinco años de vida, abarcando novela, relato, teatro, ensayo, incluso colaboraciones con revistas femeninas “populares”.
Su obra literaria (o al menos lo que yo he leído) está caracterizada por su esteticismo (realmente me lo parece de casi todos los autores japoneses) y un gran trabajo de análisis psicológico de los personajes, fundamentalmente a través de la narración. Lo veo más un narrador que un escritor de diálogos.
Esta vez nos encontramos ante una novela del primer Mishima (de la época de Confesiones de una máscara). Se trata de una obra escrita en 1950 que utiliza como punto de partida un hecho real, como fue la estafa protagonizada por un joven estudiante de la misma facultad de Derecho en que estudió Mishima. Llama poderosamente la atención que, pese a haber transcurrido solo cinco años desde su final, la Segunda Guerra Mundial aparezca en la novela de forma tangencial. De hecho, en la misma hay un salto de seis años que separa las dos primeras partes en que se puede dividir la obra y que cubre prácticamente el período de la guerra.
En la novela encontramos los temas que obsesionaban al autor: la sexualidad, la muerte, la belleza, la juventud, la contraposición individuo – sociedad, etc. No sé si por ser una novela de juventud o porque no siempre se puede alcanzar la excelencia, pero no llega a alcanzar en el tratamiento de los mismos la altura lograda en otras obras como El pabellón de oro o la tetralogía El mar de la fertilidad.
En cuanto a su estructura, la novela se puede dividir en tres partes: en la primera parte, que transcurre en la infancia y adolescencia del protagonista (Makoto Kawasaki), se describen una serie de episodios que dibujan su personalidad, marcada por su racionalismo y su incapacidad para sentir empatía hacia otro ser humano, y que prefiguran sus posteriores acciones y actitudes.
Como decíamos antes, un salto de seis años (1939-1945) marca el paso a la segunda parte, en la que Makoto conoce a Teruko, hacia la que sentirá un amor obsesivo y extraño. Durante esta segunda parte, el protagonista reflexionará sobre el Derecho, el materialismo y sobre su plan para seducir a Teruko.
Un nuevo salto de tres años (1945-1948) nos llevará a la tercera parte, en la que Makoto pasará de ser estafado a ser estafador, y en la que asistiremos también a las “complicadas” relaciones del protagonista con Teruko, con su familia y sus amigos.
Destaca el final del libro, un final abierto y hermoso, igual que los del amigo Murakami, vaya (¡ya se ha vuelto a colar!).
Ahora, ¿conviene acercarse a Mishima a través de Los años verdes?
No es ni de las mejores ni de las más representativas obras del autor. Pero hay que tener en cuenta que Mishima no es un autor fácil, y esta obra sí que es una opción interesante para acercarse a su universo y a sus obsesiones, desarrolladas más en detalle en sus obras más importantes y “complejas”.
¿Y, para quienes ya lo conozcan, es interesante? Pues sí. Por sí sola y por lo que vino después que ya, en Los años verdes, se deja entrever.
Firmado: Kim Jong Nam
También de Mishima en ULAD: El marino que perdió la gracia del mar, Después del banquete, El rumor del oleaje, El sol y el acero, El pabellón de oro, El Templo del Alba, Nieve de primavera Sed de amor
Yo tengo un magnífico recuerdo de 'El templo del alba', que creo que pertenece a la tetralogía a la que te refieres. Es bastante próximo a lo que uno (occidental) espera de una novela japonesa.
ResponderEliminarEstupenda reseña, sí señor.
Efectivamente. Tercera parte de "El mar de la fertilidad". Quizá la más "complicada" por todos los capítulos que dedica a la teoría de la reencarnación en las diferentes escuelas budistas.
ResponderEliminarUn saludo
Es curioso, leyendo el resumen del argumento y las características del personaje, las semejanzas con la novela Indigno de ser humano de Osamu Dazai (http://unlibroaldia.blogspot.com/2016/01/osamu-dazai-indigno-de-ser-humano.html) que se publicó dos años antes. Me pregunto si hay una influencia directa o si es una coincidencia provocada por preocupaciones comunes en el Japón de después de la guerra...
ResponderEliminarNovela existencial japonesa de posguerra! Toma Ya!
ResponderEliminarDesde luego, "Indigno de ser humano" tiene una pinta estupenda.
Un saludo
Hola:
ResponderEliminarYo no voy a comentar nada sobre la novela, pero sí llamar la atención sobre la magnífica y conceptual portada, en la línea de la mejor tradición de Alianza (efitorial que este 2016 cumple 50 años, por cierto).
Un saludo.
Cual sería el mejor libro para introducirse en Mishima? Leí "Conesiones de una máscara" y me dejó tibio...
ResponderEliminarTe doy mi opinión, partiendo de la base de que la obra de Mishima es extensísima y que, obviamente, uno llega donde llega y sólo conoce una parte.
ResponderEliminarYo te diría dos: "El rumor del oleaje" y "El marino que perdió la gracia del mar".
Y, despues, si éstas te gustan... a por la tetralogía "El mar de la fertilidad".
Un saludo