Idioma original: euskera
Título original: Agur, Euzkadi
Año de publicación: 2000
Valoración: se deja leer
Pues aquí vuelvo yo a reseñar un libro en euskera, que creo que todavía no se ha traducido al español (ni a ninguna otra lengua). De hecho, en el encabezamiento de la entrada he dejado el título tal cual, porque "agur" ya está aceptado como palabra española por la RAE, y porque "Euzkadi" es la grafía antigua, sabiniana si se quiere, del actual "Euskadi". Hay que decir, por otra parte, que "Agur euzkadi" es el título de un poema de Lauaxeta, lo que tiene su sentido cuando se lea el argumento.
Porque Agur, Euzkadi es una especie de adaptación vasca de El año de la muerte de Ricardo Reis de José Saramago, salvando todísimas las distancísimas. Recordemos que en la obra maestra de Saramago, un recién muerto Fernando Pessoa resucita para hablar con uno de sus heterónimos, Ricardo Reis, recién llegado de su exilio brasileño. Pues en Agur Euzkadi quien resucita es el poeta Estepan Urkiaga, 'Lauaxeta', fusilado en el año 1937 durante la Guerra Civil; una vez redivivo, Lauaeta se junta con un periodista del diario Egunkaria que acaba de dejar su trabajo, y juntos inician un paseo por los montes, pueblos y ciudades del País Vasco.
Otro de los referentes fundamentales de Agur, Euzkadi es, de hecho, el Quijote: de ahí toma Zabala la idea de viaje sin destino, de vagabundeo, los diálogos entre los dos protagonistas (que se autodenominan en alguna ocasión como Quijote y Sancho), o incluso la presencia de una mujer idealizada, la misteriosa Marga y su eterna promesa de enseñarle las tetas al narrador... Hay incluso una pequeña escena que podría calificarse de "donoso escrutinio" de la literatura vasca contemporánea, con comentarios de algunos de los jóvenes escritores. (O eso, o Zabala quiso incluir los libros de algunos de sus amigos a modo de guiño, que también podría ser).
El problema es que la idea inicial, que tiene mucho potencial (el joven Lauaxeta vuelve a la vida 60 años después de ser asesinado y compara la Euzkadi de entonces con la actual) no acaba en ningún momento de cristalizar. Los grandes temas que podrían haberse planteado (la democracia, el nacionalismo, la defensa de la lengua, el valor de la literatura o incluso la violencia de ETA, a la que se alude varias veces en el libro) quedan inexplorados, o solo aludidos sin profundizar en ellos. La novela avanza y termina y no sabemos bien qué impresión le ha causado a Lauaxeta esta nueva Euskadi, ni tampoco lo que piensa de ella el autor. Por eso Agur, Euzkadi no deja un gran poso en el lector, que la lee más o menos entretenido, pero no saca demasiado provecho de ella.
Nota lingüística: Sería interesante, si de hecho algún día esta novela llegase a traducirse al español, o a otra lengua cualquiera, ver cómo traducen la diferente forma de hablar de los personajes: Lauauxeta se expresa en un euskera dialectal y pre-euskara batua (el euskera unificado que solo se instauró a partir de 1968), lo que no tiene un equivalente directo en español. Sería un reto interesante conseguir recrear ese efecto...
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