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martes, 11 de agosto de 2015

Jordi Soler: Restos humanos

Idioma: español
Año de publicación: 2013
Valoración: se deja leer

El mexicano Jordi Soler compuso esta novela corta, de un tono humorístico característica y casi tópicamente español (no obstante la nacionalidad del autor): ese humor negro, esa raigambre costumbrista, esa querencia por el absurdo... y sobre todo, la tendencia hacia el esperpento, que tanta fortuna y cultivadores han tenido en las letras -y otras artes-hispanas. 

En este caso, la extravagancia aparece ya desde la primera página de la novela; de hecho, el narrador es un periodista especializado en hacer semblanzas de personajes "rarunos" cuando no abiertamente frikis. Uno de éstos acaba deviene como protagonista de la novela: un tipo que ejerce de "santo", con barba larga, túnica y sandalias, predicando el bien por las calles de su barrio, en el mercado o en el burdel... Pero este "santo varón", que pese a su aparente chifladura sólo aspira a llevar el amor, la templanza y la concordia a sus semejantes, se verá metido un buen día en un asunto misterioso, primero, y luego cada vez más turbio, que le abocará a un torbellino de complicidades y sinsentidos de donde las pasará canutas para escapar.

Esta idea de hacer protagonizar la historia a unos sujetos -no sólo el santo- tan excéntricos y hasta esperpénticos, el recurso de utilizar un lenguaje algo ampuloso en medio de un cutrerío ambiental, o incluso los nombre rimbombantes  y campanudos de los personajes (Empédocles, Childeberto, Garamoña o Sinforosa... más conocida por Madame Erotikón), recuerdan de forma inevitable al Eduardo Mendoza más humorístico... lo que pienso que juega en contra de Jordi Soler, pues los seguidores del escritor barcelonés se sentirán decepcionados-pues la comicidad de Restos humanos resulta más forzada que en las novelas de Mendoza- y sus detractores, mosqueados ante la emulación de un epígono de aquel al que desdeñan. He de decir que esta novela también recuerda, en su búsqueda del absurdo en medio de lo cotidiano, a los libros de otro escritor español, Juan José Millás (aunque a éste lo he frecuentado menos). En todo caso, hay que señalar que, en mi opinión, lo más interesante de la historia es precisamente colocar a un personaje destinado a la marginalidad y la locura como centro y único elemento cuerdo de toda la trama. Por comparación, los que están como regaderas parecen ser los demás. 

Restos humanos resulta ser una novela simpática, entretenida, pero no memorable, desde luego. Una novela corta cuya mayor virtud (y no lo digo con segundas) acaba siendo la brevedad. Para pasar el rato, sin más.

2 comentarios:

  1. Para ser sincera, no me llama en absoluto la atención este libro. Había oído algo de él, y el título del libro me parecía muy chulo, pero en general ese tipo de humor esperpéntico y absurdo del que hablas no me hace mucha gracia. Yo no he leído a Mendoza, y Juan José Millás sí que me gusta, pero entiendo eso que dices de que resulta desagradable cuando lees a un autor que te recuerda a otro que has disfrutado mucho más.
    Genial reseña.
    Saludos

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  2. Hola, Carmen:
    Bueno, yo no digp que me resulte desagrable
    ...simplemente un poco decepcionante. Lo que sí es cierto es que si a ti no te agrada el humor absurdo o esperpéntico, desde luego ésta no es tu novela...
    Gracias por tu comentario y un saludo!

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