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viernes, 26 de diciembre de 2014

Javier Cercas: El impostor

Idioma original: español
Año de publicación: 2014
Valoración: muy recomendable

Pre: Que me dé por encargar este libro en la biblioteca un 20 de noviembre tiene su miga. Metido en medio de toda la confusa campaña mediática que rodea a Cercas y a sus opiniones políticas comúnmente acusadas de ser tibias, timoratas, complacientes con el statu quo, evitando la confrontación, el escritor extremeño afincado en Catalunya parece cómodo en ese rol de rebeldía consustancial a los tiempos que nos toca vivir. Si hace siete u ocho años ser llamado el cronista de la transición acarreaba algún matiz de elogio, hoy ese mismo apelativo le otorga una recriminación implícita: como si fuera un cómplice o un colaborador necesario en todo el sistema político corrupto basado en el bipartidismo.
Pero él sigue remando contracorriente, y eso a mí me gusta. Por mucho que sus opiniones políticas no coincidan con las mías, considero a Cercas un muy buen escritor. Y desde luego no se trata de un delator colaboracionista de una dictadura golpista, como aquel otro con el que comparte letras iniciales de apellido.
Más pre: como los blogs no solemos acceder a copias de pre-estreno de los libros, yo ya he consultado por ahí: los medios parecen coincidir en que éste no es el mejor Cercas posible. De hecho, me parece que para un escritor de su alcance, los dos años justitos transcurridos desde Las leyes de la frontera son un periodo corto. De hecho, cuando veo que son más de cuatrocientas las páginas dedicadas, me asusto un poquitín. Y pienso en la brevedad de Vila-Matas en Impostura.
El nudo argumental: Enric Marco tuvo engañado a medio planeta y llegó a ser presidente de la Amical de Mauthausen, asociación de víctimas del nazismo, cuando en su vida pisó un campo de concentración, cosa que afirmó y documentó con profusión de falsos detalles. Se presentó ya no como víctima, sino como víctima emblemática y carismática, cuando todo era un puro y absoluto fraude. Un fraude basado en una mentira repugnante que le procuraba el reconocimiento objetivamente más puro que existe: el de la compasión y la empatía masiva por las víctimas inocentes de la injusticia del poder. Ahí es nada, el caramelo.
Y Marco degustó el caramelo años y años, recreándose en ello y, borracho de euforia, rellenando a cada paso todos los huecos de su historia personal a base de hechos que alimentaran esa leyenda, que la enriquecieran y le aportaran credibilidad. Que si militante antifascista, que si héroe trufado de valor y coherencia.

Pero Marco, error garrafal que él pensó (cosa que niega, pero es que este hombre miente muy a menudo) que sería oportunidad de rehabilitación, accedió a explicárselo a Cercas en la serie de entrevistas que permitieron la confección de este libro. Y sí, eran una sarta de mentiras, Entonces, ¿para qué había que decir que eran otra cosa? Cercas ha sido criticado por Marco, orgulloso y narcisista al cual el tiro le había salido por la culata, y Cercas ha rozado la crueldad al referirse a él. Aunque en todo caso no le niega en momento alguno una gran capacidad de seducción, una evidente habilidad para la alteración de la realidad para sus propósitos. Pero son los riesgos de tejer una existencia en torno a una máscara colosal: la vergüenza y el descrédito a los que uno que se expone cuando esta máscara es retirada. Porque en El impostor no se trata de dirimir sobre si Marco es o no un ser perverso. Desde el propio título queda claro que no es ningún angelito, y Cercas dedica 400 páginas a demostrar que las alas las tiene de ser un buen pájaro. Quizás haya muchas páginas y quizás Cercas se extienda en exceso en sus disquisiciones acerca de la oportunidad o no de contarlo. Pero sigue habiendo mucho, muchísimo y muy aprovechable aquí. Desde esa fascinante historia inventada hasta su reflejo en la vida real, exenta de interés aparente, pero primorosamente explicada. Y, parafraseando cierto chascarrillo empresarial, si sobran la mitad de las páginas, yo soy incapaz de decir qué mitad.
Post: resumiendo, que ya toca. A pesar de obvios trucos, tanto propios del autor (los constantes equívocos a que induce en lo relativo a la gestación de la novela) como prestados de otros (el tono ya sea íntimo como en El adversario de Carrère, que Cercas menciona, ya sea el periodístico de El marqués y la esvástica), El impostor es, otra vez, y van cinco seguidas, un Cercas que se disfruta con gran placer. Su pose polémica, su condición de autor abanderado de esa especie de prensa del establishment conservasocialista, no deberían enturbiar su condición de excelente escritor, de esos que obtienen con su obra una cercanía con el lector que, al menos a mi juicio, no es algo tan frecuente hoy en día.

También de Javier Cercas en UnLibroAlDía: Aquí

6 comentarios:

  1. Lo estoy leyendo y es un libro muy recomendable. Realmente es un libro sobre Marco o sobre Cercas?

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  2. Silvia, gracias por el comentario! pues creo que es sobre Marco, claro. Pero TODOS los libros de Cercas son un poco sobre Cercas. Y no es ninguna falta.
    Salut:

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  3. Coincido en que es un libro que merece la pena, que coje el interesante caso de Enric Marco. Discrepo en que creo que más que de Marco o de Cercas,que también, el libro habla de la mentira, sus necesidades, sus límites,etc.Más que sobrar una parte, considero que a veces Cercas se repite en varias de sus reflexiones en diversos momentos y eso hace algo pesado un libro muy interesante. Saludos

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  4. Cotejado por diversos cauces muy respetables: Cercas hubiese tenido que recortarle unas decenas de páginas, o someter al libro a una última revisión para evitar la reiteración en ciertos conceptos. Pero sigo sosteniendo mi "muy recomendable".

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  5. Cuales serían los libros mas recomendables de Cercas? Un saludo.

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  6. Un poco tarde.
    En mi opinión, el autor no lo tenía muy difícil tratándose de una historia tan potente. Y sin embargo me parece en muchos casos redundante, repite pasajes enteros (o esa sensación deja) y al final muchas dudas, mucho sufrimiento, pero a Marco se la clava.
    Y por cierto: los pasajes esos con su hijo, de vergüenza ajena.

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