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domingo, 12 de octubre de 2014

Carlos Zanón: Yo fui Johnny Thunders

Idioma original: español
Año de publicación: 2014
Valoración: está bien

¡Qué más dará si es Barcelona o cualquier otra ciudad la que preste sus calles a las escenas de este libro! Pues no ha convertido Auster a la ciudad de Nueva York en protagonista de muchas de sus novelas sin restarle ápice de universalidad. Claro que gusta poder configurar imágenes con las esquinas y las plazas, pero igual no es tan diferente. Una ciudad con puerto, con barrios bajos donde prostitutas, rateros, yonkies y otras perlas merodean. Francis, o Mr. Frankie, vieja gloria de la escena rock local, paradigma del perdedor, émulo de penúltima fila de Bowie o Lou Reed  con derecho a groupies de idéntica categoría, derecho que ya ni ejerce. Pues empieza a ser consciente de que su figura se precipita, uno por uno, hacia todos los niveles de decadencia: la física, la psicológica, la económica. 
Con el telón de fondo actualizado a lo que es la Barcelona de justo ahora mismo: la crisis, los reagrupamientos familiares obligados por las circunstancias económicas, la perspectiva del referéndum. Pero la historia es más universal: el perdedor, intentando en vano una y otra vez que un golpe de la fortuna (o de quien sea) marque un punto de inflexión en la atribulada existencia que se ha buscado a pulso. Pero los intentos fracasan uno tras otro y no son más que pasos en firme sobre arenas cada vez más movedizas. Estar al borde del abismo y dar un firme paso adelante.
Zanón explica la desgraciada existencia de este Francis/Mr. Frankie, patético ejemplar de ese submundo obsesionado por la trilogía inmortalizada en el clásico de Ian Dury and the Blockheads, eso del sex'n'drugs'rock'n'roll  incapaz ya no de dar una a derechas sino de evitar estropear todo aquello a lo que se acerca. Tradición que le ha acompañado toda su existencia, parejas malogradas por las drogadicciones, por los accidentes, aquello de la desestructura, y el severo síndrome de Peter Pan que aqueja a muchos de esos deprimentes espíritus roqueros, incapaces de sobrellevar con dignidad el binomio chaqueta de cuero/madurez existencial, empeñados en demostrar a todo el mundo que su espíritu no envejece. Va, seguro que todos conocemos a alguien así. Y la historia de sus vicisitudes acaba tocando un poquito de cada costado: conato (inexplicable) de integrismo religioso, pasados oscuros, crímenes accidentales, todo demasiado cerca de lo inverosímil cuando no caricaturesco. Cuestión que acaba llevando la novela a todas partes y a ninguna. No sabemos si Zanón quiere ser, por mencionar a tres cronistas de la vida barcelonesa, Casavella (que escribía mucho mejor), Vázquez Montalbán (que era más elegante y agudo) o Kiko Amat (que escribe más auténtico). Si ampliamos la paleta, ni siquiera sabemos si preferiría ser Hornby o Welsh. Lo cierto es que, por poner un ejemplo, es que con escenarios y figuras parecidas, la historia que cuenta Tuli Márquez es mucho más creíble y sincera, además de bastante mejor escrita. Aquí las cosas son trágicas, pero parecen ser tomadas a broma, y ese tono tragicómico (más la curiosa elección de su editorial para calificarla de serie negra) desorienta. 
A pesar de lo cual, estamos ante una correcta lectura para momentos ligeros: sin complicarse la vida en lo estilístico y sin pretender adoctrinar o intercalar frases de esas dignas de serie B o de pintadas en barrios de extrarradio. Sin profundizar en cuestiones como las adicciones o la escena musical, Zanón acaba, aunque algún recorte no le iría mal, resolviendo la novela recurriendo al camino fácil y socorrido en estos casos, dejando un refrescante (pero nada persistente) sabor de novela, digamos, eficaz.

Otras obras de Carlos Zanón en ULAD: Marley estaba muerto

8 comentarios:

  1. ¿Kiko Amat escribe auténtico?
    Escribe mal, no auténtico.

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  2. Rompepistas es una muy buena novela, sobre todo para el público juvenil. La de Cienfuegos sí que es predecible y escasa en profundidad. Tiene un gran reto Amat con su próxima novela, si es que está a ello.

    Creo que la de Zanón está en serie negra con calzador, pero me parece una muy acertada novela, con ritmo, bien escrita, prosa poética, verosímil a pesar de lo que diga el autor de la crítica, etc... Cierto que el desenlace no cierra los caminos abiertos y ahí le veo el fallo, pero mi valoración sería, por seguir el código de ULAD, un MUY RECOMENDABLE.

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  3. Pues no he tenido la suerte de llegar a Rompepistas ni a Cienfuegos. Yo leí Cosas que hacen BUM y me pareció tan irritantemente mala, que no se me pasa por la cabeza leer nada más de kiko amat

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  4. Perdón, la semanita se ha hecho un poco pesada y ahora he de agradecer estos comentarios. Pues Kiko Amat (que no es el autor de esta reseña pero es muy aludido) escribe irregular, y parece más chico de barrio que Zanón. A mí el libro de Zanón me parece, vistos ciertos comentarios por otros lados, muy sobrevalorado. De hecho, tanta impresión me ha dejado que ya no me acuerdo ni de cómo acaba.

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  5. A mi me gustó mucho el libro. Reconozco que es un poco una historia muy trillada la de la persona que vuelve a casa para rehacer su vida y no sabe ni puede,pero la considero bien escrita. Como dice un anónimo para mi es de Muy recomendable. Me apunto para proximas lecturas a Kido Amat y Tuli Márquez.

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  6. Lo siento: Lo sigo considerando un libro sobrevalorado. Y no habla apenas de música. Aviso: el de Tuli Márquez, de momento, nadie se decide a publicarlo en otro idioma que el catalán. Gracias por el comentario.

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  7. No tienes que sentirlo, cada uno tiene su propia opinión y para gustos, colores. Yo sí recuerdo el final y creo que simpatizo con Francis porque soy un desastre, a otro nivel. Felicidades por el blog y en especial por tus reseñas, que, coincida o no con tus opiniones ,siempre son interesantes

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