Título original: Song of Solomon
Año de publicación: 1977
Valoración:
Muy recomendable (como mínimo)
Para
quien todavía no conozca a Toni Morrison, puede que esta novela –galardonada con
el National Critics Awards en 1978– constituya un buen comienzo. Ya hablamos
aquí de Beloved (premio Pulitzer
1988) que, probablemente, la supera en excelencia literaria, pero esta tiene la
ventaja de ser menos abstrusa, de proporcionar más facilidades al lector.
También dijimos que recibió el Nobel en 1993. Eso sí, hay que tener en cuenta
que, como en cualquier exponente del realismo mágico –de la negritud americana
en este caso–, realidad y fantasías ancestrales se combinan en un todo
imposible de delimitar so pena de perder gran parte de la magia.
Decir
que la acción se desarrolla en los años sesenta no es exacto del todo, más correcto
sería situar en esa época el desenlace y el núcleo; pero el pasado tiene aquí
un papel fundamental, e ignorarlo o confundirlo acaba desorientando a los
personajes y dando lugar a imprevisibles consecuencias. Con el territorio ocurre algo
parecido: los hombres y mujeres que, cada uno a su manera, intentan sobrevivir
de la mejor manera posible se han establecido en Michigan desde hace años, pero
sus raíces están en otro sitio, mucho más al sur. Aquel que consiga remontarse a
épocas pasadas, acercarse al lugar que habitaron sus mayores, hallará la clave
de su propia idiosincrasia. Aunque abrir la caja de los truenos ha sido
peligroso siempre.
Morrison
es una narradora extraordinariamente eficaz. No solo por su capacidad para desplegar
un argumento complejo sin dejar un cabo suelto, consigue además diseñar un
conjunto de caracteres tan coherentes como contradictorios, cada uno con su
parte de razón y verdad, en una confrontación continua y casi siempre soterrada
que va progresando y complicándose a medida que pasa el tiempo. Y todo ello sin
presentar los hechos linealmente, al contrario: abundan las idas y venidas a
diferentes tramos del pasado que junto al consumado manejo de los diferentes
hilos de la historia produce una sensación de complejidad que se acerca mucho a las vivencias.
Los
conflictos éticos están presentes de continuo. Por ejemplo, el apego a los
bienes materiales del padre de Lechero, un rasgo que lo deshumaniza y separa de
su excéntrica y vigorosa hermana Pilatos pero a la vez aporta bienestar a su
familia; o el egoísmo despreocupado del propio Lechero, tan connatural a él como
exento de mala intención. Pero es ese diálogo constante con la vida de
ultratumba y las circunstancias que la sociedad les impone (segregación, pobreza,
ignorancia, un pasado sin libertad con la consiguiente sumisión que produce) lo
que está presente en cada párrafo y condiciona los actos de la gente. De la
mayoría pues, como ya he dicho, algunos asumen los valores de los blancos, unos
su afán de prosperidad, otros su violencia.
Relaciones
familiares pero también amistad y hasta amor. Sentimientos que no se idealizan,
al contrario. Cuanto mayor es la implicación emocional más propensión a
destruir –mediante violencia, rencor, morbo, lo que sea– y más facilidad para
hacerlo. La realidad es tan áspera como estoy dando a entender, pero quizá la
salvación esté en la búsqueda, puede que la auténtica tragedia se produzca, precisamente,
cuando ya no hay razón para buscar.
Todo
esto quedaría desdibujado si la traducción no reprodujese en correcto
castellano las sutilezas de lenguaje y pensamiento, sus resonancias misteriosas,
el complejo mundo interior de Toni Morrison.
También de Toni Morrison en ULAD: Beloved, Sula, Volver, El origen de los otros, La noche de los niños
Me encanta esta crítica. Acabo de leer la novela en inglés y buscaba recomendaciones para mis amigos que no leen en este idioma. Esta cae como anillo al dedo. Muchas gracias!!!
ResponderEliminarMuchas gracias a ti. Me alegra que hayas llegado a nuestra página y espero que nos sigas leyendo.
ResponderEliminarSaludos