Idioma original: inglés
Título original: The Old Maid
Fecha de publicación: 1921
Valoración: Muy recomendable
Es una pena que por extensión no pueda transcribir aquí íntegramente el agudo e inteligente postfacio que la traductora de La solterona para la editorial Impedimenta, Lale González-Cotta, hace de esta obra. Porque me ha maravillado ver por escrito y expuestas de una forma tan impecable las ideas y sensaciones que me fueron surgiendo a medida que leía esta gran pequeña nouvelle. En su postfacio, González-Cotta desmenuza con clase la (más compleja de lo que parece) trama de La solterona, analizando a sus personajes y sus comportamientos teniendo en cuenta la época y el entorno en el que se mueven (la Nueva York de los adinerados de principios del siglo XX), expone sus propias impresiones, y enlaza toda esta amalgama de datos y tesis con la vida y la personalidad de su escritora, Edith Warton. Warton, autora también de las célebres La edad de la inocencia y La casa de la alegría, fue una norteamericana de buena familia que sufrió un matrimonio frustrado con un hombre de su clase doce años mayor (las numerosas y públicas infidelidades del tipo la llevaron a pedir el divorcio), que no tuvo hijos, que viajó mucho, y que con poco más de tres décadas de vida era ya autora de una larga serie de cuentos y novelas en los que hablaba de lo que tan bien conocía y le atormentaba: el alto precio que hay que pagar por sentirse aceptado en una sociedad entregada a las apariencias.
Y tengamos en cuenta que hablamos de lo que la alta sociedad pedía a una mujer a finales del siglo XIX, principios del siglo XX.
No es cuestión de destripar la trama, pero en unas pocas líneas podemos resumirla así: Charlotte Novell, el patito feo de una poderosa familia neoyorquina, contra todo pronóstico, está a punto de casarse con un “buen partido”, pero justo antes de hacerlo, decide revelarle a su fiel amiga/prima Delia un terrible secreto que cambiará la vida de ambas mujeres para siempre ya que ésta última está, en cierto modo, implicada…
A partir de este suceso, Warton teje un nudo y un desenlace que en manos de otro autor podría haber sido el argumento perfecto y estomagante para un culebrón de tomo y lomo; pero la habilidad de la autora para entrelazar esta retorcida historia con críticas soterradas a aquel mundillo que no la trató nada bien cuando se rebeló contra él, es lo que hace de La solterona una exquisita novela corta.
Y en fin, prefiero que leáis este libro y el postfacio de su traductora en vez de ponerme yo aquí a hablar de cosas tantas veces tratadas como hombres y mujeres que se fuerzan y son forzados a contraer matrimonios sin amor; mujeres que tienen hijos sin desearlo; personas frustradas por no conseguir la ansiada posición social que deseaban; los cotilleos y las marginaciones que deben sufrir aquellos que se escapan del circo social o que pertenencen a sus castas más marginales, etc, etc… Y sí, hablamos de 1921.
PD: hay una adaptación para la gran pantalla con la hipnótica Loba, Jezabel, Baby Jane de Bette Davis como protagonista.
No conocía este libro de Wharton. Leí La edad de la inocencia hace unos cuantos meses y me quedé con ganas de leer algo más de ella. Iba a escoger La casa de la alegría, pero creo que voy a optar por este.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Ya nos dirás qué te ha parecido...
ResponderEliminarYemila