Año de publicación: 2005
Título original: A man without a country
Valoración: muy recomendable
Me auto-avancé a mi opinión de este libro por Twitter y me pronuncié sobre el espíritu de Vonnegut. Autor ya fallecido en 2007, pero que en este libro (cuyo título daría hoy para mucho debate) se muestra tan dinámico, tan provocador, tan escandalosamente clarividente que hace sonrojar, o debería hacer sonrojar, a tantos y tantos escritores jóvenes que pretenden ir de diletantes. Lo de Vonnegut es de escándalo, porque su seguridad escribiendo solo puede equipararse a la vehemencia de sus ideas. Nada de adornos, nada de tentaciones de recrearse con florituras. Vonnegut escribe este ensayo caótico y falsamente desestructurado con la prisa y la convicciòn del escritor que percibe que el tiempo ya empieza a escasear. Señores: yo esto lo he decir, que la parca me ronda.
Y sin patria porque Vonnegut, que menciona solo de pasada su orígen germánico, reparte sus diatribas entre el gobierno del momento de los EEUU (Bush, básicamente) y las ya consabidas derivas imperialistas (curioso, hoy de moda a raíz del tema del espionaje global de la era Obama), sin olvidar la industria del armamento, la sobreexplotación de los combustibles fósiles, la economía global basada y radicada en las fuentes energéticas, su incidencia en los movimientos geo-políticos y en la irrupción de los principales conflictos bélicos.
Para qué leer a Hessel (me la juego: qué repercusión queda del movimiento indignado del cual parecía ser involuntario gurú) cuando Vonnegut es mucho más eficaz, certero y estimulante en su crítica. Este es un libro divertido, juguetón, casi bromista con el lector. Vonnegut no juega a ser filósofo ni sociólogo ni sesudo ensayista y resulta serlo a su pesar. Su lógica es asombrosa, su perspectiva no es resabiada ni funesta ni pesimista. El mundo es así, hemos dejado que se nos joda, y qué vamos a hacer, qué poco podemos hacer. Y menos yo, insinúa, que me muero en cuatro días. Podríamos extendernos y llegar a pisar terrenos cenagosos. La patria que no quiere el hombre sin patria de este libro es el mecanismo estatal vampírico al servicio de los poderosos. Tremendamente humano, ameno y asequible en su forma de deducir y expresar sus razonamientos, este libro, breve, pero profuso en frases para decorar carpetas existencialistas, carteles reivindicativos y difundirse a través de Tweets, resulta ser un tesoro literario, un fantástico tesoro completamente actual, para nuestra desgracia, en demasiados lugares de este planeta.
También de Kurt Vonnegut en UnLibroAlDía: Matadero Cinco, Madre noche, Barbazul
También de Kurt Vonnegut en UnLibroAlDía: Matadero Cinco, Madre noche, Barbazul
Totalmente de acuerdo con lo que dices.
ResponderEliminarUn saludo
Muchísimas gracias!. Menudos alias gastan algunos. Jejeje.
ResponderEliminarVonnegut es fabuloso, no se parece a nadie. Y creo que han reeditado hace poco "El desayuno de los campeones", que os recomiendo encarecidamente, con pocas novelas he reído/sonreído más (pero aviso para navegantes: la peli es malísima).
ResponderEliminarY eso.
¿Han reeditado El desayuno de los campeones? ¿Alguien puede decir en qué editorial?
ResponderEliminarGracias, Maese. Un enorme placer este libro, y una gran curiosidad que me ha entrado por leer más de este nombre.
ResponderEliminarPues no es barato, pero lo ha reeditado una editorial que no conozco que responde al nombre de "La Bestia Equilátera". En la FNAC lo tienen, por ejemplo...
ResponderEliminarhttp://libros.fnac.es/a937452/Kurt-Vonnegut-El-desayuno-de-campeones
En mi opinión vale mucho la pena. No es tan bueno como "Matadero 5", pero es mucho mejor que "Cuna de gato", por ejemplo. Palabras mayores.
Gracias Maese Salakov, ya me he hecho con él.
ResponderEliminar