Idioma original: inglés
Título original: The sheep look up
Año de publicación: 1972
Valoración: Recomendable
Hace tiempo que estaba detrás de este libro, desde que en 2008 leí una reseña en un blog de cosas científicas varias. Varias veces lo busqué en librerías, pregunté por él y no lo encontré; ahora acabo de conseguirlo, por fin, y la espera ha merecido (moderadamente) la pena.
El rebaño ciego es una novela de ciencia-ficción distópica: a finales del siglo XX (recordemos que la novela se publicó hace ya 40 años) la Tierra, y en especial los Estados Unidos, están pagando las consecuencias de décadas de polución, de la explotación salvaje de la naturaleza y de la utilización descontrolada de productos químicos (pesticidas, conservantes, antibióticos...). El resultado es un aire irrespirable, agua contaminada (el Mediterráneo, por ejemplo, es ahora un "mar muerto"), enfermedades infecciosas constantes, escasez de alimentos, cambio climático e incluso terremotos, avalanchas y otro tipo de desastres naturales.
Algo que distingue a esta novela de muchas otras del subgénero distópico es que todos estos desastres no tienen orígenes naturales ni vagamente humanos, sino que se insiste en la relación entre capitalismo salvaje (no es casual que el país más perjudicado por todo ello sean los Estados Unidos) y destrucción de los entornos naturales. Así, se señala como culpables a las empresas y a los empresarios, con su afán de lucro a toda costa y métodos (casi) mafiosos, y a los políticos incompetentes o cómplices (el personaje del presidente Prexy, aunque muy secundario en la novela, es ciertamente memorable). Frente a ellos, la sociedad civil reacciona organizándose, ya sea a través de movimientos de desobediencia civil como los Trainitas (seguidores del ideólogo Austin Train), contrarios a cualquier producto contaminante o antinatural, o a en grupos terroristas como los Tupamarus.
Probablemente el resumen que he hecho hasta ahora ya dé idea de la complejidad de la novela; esta complejidad se manifiesta y se acrecienta por la forma narrativa empleada: el texto está dividido en capítulos breves, referentes a decenas de personajes y tramas narrativas, algunas de ellos claramente entrelazados y otros casi independientes, intercaladas con fragmentos de informativos, de prospectos médicos, anuncios televisivos, informes oficiales, etc. Un collage narrativo que puede confundir al lector pero que es muy eficaz para enfrentar un planteamiento tan complejo y con tantas ramificaciones.
El rebaño ciego es una muy buena novela, pero no es una novela para leer si se está deprimido, ni si se tiene tendencia a la hipocondria: en ella se mencionan y describen casi todas las enfermedades posibles imaginables, a veces con bastante detalle, y la conclusión que parece transmitir, si es que se puede llegar a alguna conclusión, es que nos dirigimos a un desastre casi inevitable. Puede ser algo excesiva en algunos de sus planteamientos, pero es en todo caso una novela que llama la atención, de una manera chocante, sobre algunos problemas reales en 1972, y todavía más reales en 2012.
También de John Brunner en ULAD: Todos sobre Zanzíbar
Casualmente he reseñado esta misma novela un día después que vosotros.
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