Idioma original: francés
Título original: Les anormaux. Cours au Collège de France 1974-1975
Fecha de publicación: 1999
Valoración: recomendable
Michel Foucault es uno de los autores más influyentes de la segunda mitad del siglo XX. Sus agudos análisis en torno a la formación de los discursos del saber y su imbricación con los mecanismos del poder son determinantes para entender buena parte de los debates en la teoría política más actual. En términos aún más generales, puede decirse que su obra arrojó una nueva luz sobre el modo en que la subjetividad se construye a partir de complejos procesos sociales. Todo el campo de la teoría queer, por ejemplo, sería incomprensible sin estas aportaciones.
Foucault dio clases en el Collège de France desde 1971 hasta su muerte en el 84. Las transcripciones de sus cursos se recogen en una colección de Akal, uno de cuyos volúmenes es el libro del que os hablo hoy, correspondiente al curso 74/75. Antes de decir nada sobre su contenido, hay que aclarar que Foucault se beneficia póstumamente de un adelanto técnico de los 70: la cassette. Gracias a que existen muchos registros sonoros de sus multitudinarias clases, la transcripción no deja lugar a dudas. No le pasaba lo mismo a Hegel, por ejemplo, algunas de cuyas lecciones cambian, y mucho, según el autor de las notas que se sigan.
El curso en cuestión se centró en la categoría del "anormal", que se sitúa en el quicio entre el Derecho penal y la psiquiatría. Foucault prosigue sus investigaciones en torno a las relaciones entre saber y poder, ocupándose, no tanto de la historia de las instituciones de reclusión (como en Vigilar y castigar), sino siguiendo la evolución de la psiquiatría forense. Al comienzo trae ejemplos de algunos informes periciales, escritos por psiquiatras, en los que se aprecia claramente la voluntad de criminalizar a la persona completa, y no al acto que cometió (como en teoría dicta el Código penal).
A partir de ahí, Foucault se lanza a hacer una genealogía del "anormal", buceando principalmente en dos direcciones: el monstruo y el masturbador. Muestra el deslizamiento del monstruo clásico (mero prodigio de la naturaleza) al delincuente anormal pero corregible, pasando por el monstruo criminal (abuelo de nuestro psycho-killer). La cruzada antimasturbatoria del XIX es explorada en sus intenciones últimas, que apuntan a la constitución de la familia nuclear burguesa. A esto hay que añadir un par de magníficos capítulos sobre la historia de la confesión y la dirección de conciencia.
Se trata de una lectura exigente, desde luego, pero que no requiere grandes conocimientos previos, y que depara el placer de ver cómo Foucault relaciona los temas más sorprendentes con increíble agudeza.
También de Michel Foucault en ULAD: Vigilar y castigar
Por cierto, que al hilo de esa historia de la confesión que menciono al final, Foucault hace una distinción genial entre brujería y posesión diabólica, y se refiere al tan célebre caso de Loudon, del que ya hablamos aquí:
ResponderEliminarhttp://unlibroaldia.blogspot.com/2010/01/aldous-huxley-los-demonios-de-loudon.html
(Creo que estas cosas sólo me parecen apasionantes a mí, ¿verdad?...)