Idioma original: inglés
Título original: Terrorist
Año de publicación: 2006
Valoración: Se deja leer
Título original: Terrorist
Año de publicación: 2006
Valoración: Se deja leer
Esta historia es, en realidad, de lo más pacífica. Encontramos a una madre y un hijo que conviven apaciblemente sin comunicarse demasiado. Se subraya, además, la figura del padre ausente, un no-personaje que parece ser la semilla del mal debido exclusivamente a su origen pues no se facilitan muchos más datos. En consecuencia, el mal se hereda. Éste parece ser el mensaje principal ya que no hay duda de que el chico está predestinado, y aunque no hay nada en su ambiente que le induzca a ello pues su madre es una americana de lo más progre y él parece bastante aislado del mundo circundante, acabará haciéndose musulmán por su cuenta y riesgo ¡¡¡a los once años!!! y, mucho más tarde, sucumbiendo a los planes maquiavélicos de su mentor.
Pero como la vida cotidiana de ambos personajes por sí misma aburriría a las ovejas, el novelista introduce a un viejo profesor de la escuela del chico cuyo repentino exceso de celo es la excusa para hacer que visite el hogar y así conozca a la extrovertida madre con la que ¡oh casualidad! simpatiza, y ya tenemos triángulo amoroso, pues el profesor está casado. Está situación se ha traído por los pelos para dar un poco de vidilla a la historia, pero ni así se consigue. La relación resulta bastante tediosa para ambos amantes y aún más para el lector. Aparece también el personaje de la esposa – una tópica ama de casa entrada en años y en carnes – aunque su presencia tampoco aporta nada, pero así se abulta un poco más el reparto. No hace falta decir que ninguno de ellos se salva del sopor general.
En definitiva, personajes planos, acción escasa, diálogos como ladrillos que no hay quien se crea, una arbitrariedad que lo invade todo, soberano aburrimiento. Y dolor. Gratuito y más absurdo, si cabe, al no concretarse la voluntad que lo produce: el imán y sus maquinaciones no convencen a nadie, debería haber algo más. Ni siquiera la multiplicación de trucos literarios – como prolongar escenas que no tienen ninguna relevancia para llenar páginas rápidamente – consiguen dar la impresión de que se nos está contando algo de interés.
No parece que Updike indagase demasiado para abordar un asunto como éste, de alcance universal, tan candente y que levanta tantas ampollas. Si alguien espera conocer los entresijos mentales, organizativos o de otro tipo que se encuentran detrás de esta clase de acciones se llevará un buen chasco. Ni se nos cuentan las motivaciones del protagonista ni existe grupo organizado ni apenas planificación previa en los escasos hechos cruciales que incluye. En general, el autor consigue irse por las ramas. Todo se resuelve de una forma tan simple que no sólo resulta increíble, es que podemos ver, detrás de bambalinas, a un narrador omnisciente algo despistado, nada documentado y con bastante poca imaginación moviendo los hilos de una trama sosa para lo cual se sirve exclusivamente de un tropel de prejuicios que se pueden rastrear fácilmente. Un desastre, ¡vamos!
Y encima acaba fatal.
También de John Updike en ULAD: Corre, Conejo
Este es un "se deja leer" con espíritu de "repugnante". Desde luego, no quedan muchas ganas de ir a buscarlo... A mí el que leí de Updike (Corre, conejo) me gustó, aunque es verdad que el tío no hace ningún esfuerzo por hacer la novela entretenida ni sorprendente...
ResponderEliminarDespués de leer esta crítica, se me antoja demasiado benévolo ese "se deja leer". Creo que la valoración que mejor le corresponde sería "pésima".
ResponderEliminarTenéis razón ambos, pero nuestro "se deja leer" es una forma amable de decir que algo es más bien malo. Y, en realidad, los hay peores, como todos sabemos.
ResponderEliminarLos libros que no me gustan prefiero olvidarlos, pero cuando hablo de ellos reconozco que soy algo dura. Las opiniones son muy personales, para mí es espantoso pero a otro le puede gustar.