Empezamos hoy otra de nuestras (aclamadas) "series de entradas", en este caso para recomendar, como corresponde a estas fechas, "libros para el verano". Y yo, ya que me ha tocado en suerte escribir la primera entrada de la serie, voy a hacer un poco de trampa y en vez de recomendar un solo libro voy a recomendar todo un género o subgénero de libros: los novelones decimonónicos, tales como Ana Karenina, Los hermanos Karamazov, La Regenta o Fortunata y Jacinta.
Sí, ya sé, ya sé, esto no es lo que normalmente se entiende como "lecturas veraniegas" (libros ligeros, fáciles de digerir, que no exijan mucha atención y que no nos depriman ni nos hagan pensar en cosas serias); pero lo que digo es lo siguiente: durante el año, normalmente podemos dedicar a la lectura unos cuantos momentos escogidos (en el metro, en la cama antes de dormir o en -ejem- el váter...), así que resulta difícil que consigamos leernos uno de estos novelones de quinientas, seiscientas o mil y pico páginas; en cambio, durante el verano los tiempos de lectura son más largos y más abundantes: horas de playa o piscina, largos desplazamientos, horas de espera en los aeropuertos... ¿Por qué no aprovechar estas horas para sumergirse en un mundo novelesco como el de Galdós, Dostoievski, Stendhal o las Brönte?
Es verdad, claro, que estas novelas exigen un poco más de esfuerzo que lo que habitualmente se llaman "libros de verano"; pero en mi experiencia, este esfuerzo extra solo hay que hacerlo en las primeras cincuenta (¿cien?) páginas: después, una vez que nos hemos hecho con los personajes, los lugares y el argumento, estas novelas son tan fáciles de leer como cualquiera de las otras. Además, no nos engañemos, sus argumentos suelen ser bastante parecidos a un culebrón: amores, desamores, engaños, desengaños, celos, reencuentros, alguna que otra muerte...
Y no creáis que predico solo de puertas para afuera: un verano me leí La Regenta; otro, Los hermanos Karamazov, y el verano pasado, si no recuerdo mal, Vida y destino, de Grossman, que no es decimonónico pero sí un novelón. Y para este año ya tengo preparado, para agosto, Guerra y paz, un clásico al que tengo ganas de hincarle el diente. ¡Así que animaos y poned una novela realista en vuestro verano!
Oye, pues tienes razón, visto así... De hecho, yo este verano estoy leyendo Crimen y castigo (reseña dentro de 600 páginas).
ResponderEliminarJo, qué moral tenéis. El raoznamiento me parece acertado, pero a mí me daría una pereza... Yo, como seguramente estaré currando todo el verano (¡viva! ¡viva!), los dejaré para más adelante :)
ResponderEliminarsois unos enfermo-ooosss...
ResponderEliminar¡Qué va, hombre! ¡Si con estos novelones se disfruta mucho! La Regenta, por ejemplo, es una gozada, o Crimen y Castigo... Hombre, los rusos tienen el famoso problema de que cada personaje aparece bajo 8 nombres distintos, pero aparte de eso...
ResponderEliminarPara quien no esté muy familiarizado con este tipo de novelas yo recomendaría posponer a los rusos y empezar con Galdós (Fortunata y Jacinta o La deheredada p.ej),Flaubert y su "Madame Bovary" o con la maravillosa "Rojo y negro" de Stendhal.
ResponderEliminarYo tengo El conde de Montecristo (¿sólo yo le imagino con la cara de Depardieu?) reservado para pegar el muslo al sofá, y la verdad es que este verano suena perfecto para dedicarle todo mi tiempo de tesina.
ResponderEliminar¡Muy inspirador, el artículo!
Ufff pues yo tengo mas gana de desconectar la verdad. Leo lo que caiga en mis manos ya sea de 100 o 600 paginas durante todo el año. Pero poquito a poco. Lo que puedo. El caso es leer. No me podeis recomendar algo ligerito?? Un saludo.
ResponderEliminarNo te preocupes, querido anónimo, en los próximos días van a aparecer reseñas de "libros de verano" en su sentido tradicional. Pero en serio, que si coges un libro como Madame Bovary y consigues meterte en su historia, vas a desconectar tanto como con un libro ligero...
ResponderEliminarJeje, yo de hecho, un verano leí bastantes cosas de Goethe, y eso que estaba trabajando en un hotel en Menorca!y me pasaba las horas libres deambulando por la playa. Lo bueno también es combinarlos, un Fausto por aquí, un Durrell por allá...;-)
ResponderEliminarA mi me parece una excelente idea, tengo pendiente Vida y Destino, pero cuando comienzo a leerlo me suelo perder con tanto personaje, ahora le voy a hincar el diente a El Mundo de Ayer de Stefan Zweig, a ver que tal. En su tiempo me leí Fortunata y Jacinta, por estar enamorado de la mujer que le puso carne, Ana Belén, en la serie de RTVE...Pero Guerra y Paz es un reto que se me resiste.
ResponderEliminarA mi me parece una excelente idea, tengo pendiente Vida y Destino, pero cuando comienzo a leerlo me suelo perder con tanto personaje, ahora le voy a hincar el diente a El Mundo de Ayer de Stefan Zweig, a ver que tal. En su tiempo me leí Fortunata y Jacinta, por estar enamorado de la mujer que le puso carne, Ana Belén, en la serie de RTVE...Pero Guerra y Paz es un reto que se me resiste.
ResponderEliminarMi novela de verano: el Ulises de Joyce :)
ResponderEliminar¡Ánimo! :) Yo la disfruté bastante, pero hay que tener paciencia y pillarle el punto...
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