Idioma original: Italiano
Título original: Sostiene Pereira
Año de publicación: 1994
Valoración: Muy recomendable
Sostiene Pereira ocupa, desde que lo leí por primera vez, un lugar de honor entre mis "libros regalables": pequeñas joyas literarias de las que uno se enamora prácticamente a primera vista y que es casi imposible que a alguien no le gusten. Resulta complicado dar a estos libros un valor estético absoluto: ¿son Sostiene Pereira, o Seda, o El coronel no tiene quien le escriba, obras de arte que resistirán el paso de los siglos? No lo sé; pero sí se que son lecturas que pueden "crear afición", y eso sí que es algo magnífico, y algo que obras como El Quijote, Fausto o La Odisea no pueden hacer, porque son, por decirlo de alguna manera, "libros para conversos", hace falta tener ya una costumbre lectora para poder disfrutarlos.
Lo mejor de Sostiene Pereira es, precisamente, que está escrito con una ligereza admirable, con una ironía simpática (cervantina, podríamos decir) hacia sus propios personajes: Pereira, un hombre viudo, obeso, católico y obsesionado con la muerte y la resurrección de la carne (y aficionado a la "tortilla a las finas hierbas" y a la limonada), y Monteiro Rossi, un joven idealista y de izquierdas, ingenuo, desaliñado y romántico. El primero, encargado de una sección cultural en un periodicucho lisboeta, contrata al segundo para hacer reseñas necrológicas de escritores (a ser posible, católicos y franceses), y sus vidas se entrelazan en una relación de simpatía, incomprensión y malentendidos conmovedora.
Aunque quizás lo que hace que esta novela sea aún más grande no es la ligereza en sí misma, sino el contraste entre esa ligereza y el oscuro telón de fondo sobre el que se sitúa: estamos en 1938, en el Portugal salazarista, con la Guerra Civil española en desarrollo y los fascismos europeos en su momento de mayor gloria, en una Europa en la que los judíos son acosados impunemente. En este contexto, vendría a plantear la novela, ¿es moral, o incluso posible, mantenerse neutral, vivir al margen, aislarse en las desgracias personales o en la mera contemplación estética y artística? Pereira, mientras engulle una tortilla a las finas hierbas, sostiene que no...
También de Antonio Tabucchi en ULAD: El tiempo envejece deprisa, El ángel negro
Saludos a todos mis compañeros de lecturas.
ResponderEliminarAunque leo este blog todos los días (y reconozco que he llegado a desarrollar cierta curiosidad compulsiva por ver qué libro se reseña) esta es la segunda vez que opino, y nuevamente para "discrepar". ¿Mosca cojonera? ¿Quién ha dicho eso?
Tengo que decir que Tabucchi siempre se me ha atragantado y no es un autor a cuyas novedades me abalance en la librería. "Sostiene Pereira" logró elevarme el índice glucémico precisamente por tanto "sostiene Pereira", coletilla que me llegó a resultar bastante indigesta. Leí la novela hace ya unos años y quizá debería darle una segunda oportunidad, pero releer me resulta imposible con todo lo que tengo pendiente, así que lo siento por Tabucchi y por el susodicho Pereira.
Ya puestos, os comento que leí en un blog hace unos meses un comentario acerca de Terry Pratchett, al que yo tenía situado entre los autores de literatura de supermercado. Estoy leyendo "La Verdad" y todavía no sé si es bueno o no, pero sí puedo decir que es, por lo menos, original: literatura fantástica, y muchas veces absurda, al servicio de la crítica de problemas actuales desde la ironía. Yo creo que me está gustando...
Saludos, sostiene Orlando.
Hola, Orlando! Encantados de tener comentaristas discrepantes, no te preocupes...
ResponderEliminarA mí no me llegó a cansar la coletilla de "sostiene Pereira que" o "sostiene" a secas. Está en el límite de lo cargante para mi gusto, y le da a la novela un aire de declaración policial o judicial que queda muy propia con el tema.
Sobre Pratchett, como comenté en su momento, me parece una lectura muy entretenida, con una imaginación desbordante (aunque un pelín repetitiva cuando has leído varios libros suyos, la verdad), divertidísima y muy recomendable sobre todo en versión original; pero no creo que sea una gran obra de arte, y la sátira es en el fondo bastante blanca, bastante blanda. Pero vamos, que le debo a Pratchett el haber pasado entretenido muchísimas horas de aeropuertos, autobuses y aviones...
Cierto, un libro para regalar, un libro del que siempre te acuerdas cuando conoces al alguien nuevo y surge el tema de la literaruta, cuando no sabes aún sus gustos o las aficiones que pueda tener, siempre que tengo que recomendar un libro al azar recomiendo éste, y alguna que otra vez lo he envuelto en papel de regalo.
ResponderEliminarCayó en mis manos en la transición mas importante de mi vida, el paso de bachiller a la vida, el verano de decidir entre ir o no a la universidad, y me ha acompañado desde siempre en un rincón especial de mi pequeña librería.
Algún día iré a Coimbra a darme unos baños...
Tan vigente por estos días...
ResponderEliminarMe gustó Sostiene Pereira, es un libro que recomendaré.También para mí es un libro que forma parte de mi selección. Es una novela bien estructura,el estilo fluido y familiar; Contiene principios y aportaciones culturales y Tabuchi logra un personaje literario inolvidable que genera simpatía con la sencillez de sus actos, su ingenuidad y humanismo.
ResponderEliminarPara indigestión qué decir del “preferiría no hacerlo” de Bartleby. Estupenda indigestión como la de “Sostiene Pereira”. Las obras de Melville y Tabucchi poco tienen que ver. Las dos son una delicia aunque el escribiente está en mi opinión en lo más alto de la novela corta.
ResponderEliminarBlanca Quedé prendada de Pereira, de su fortaleza para sobrevivir en la soledad, de su ingenuidad , paciencia y tolerancia y sobre todo la toma de decisiones. Tabucchi creó un personaje literario inolvidable. Está novela aborda valores como el patriotismo y compromiso social , la caridad y principios como la libertad y la vida.
ResponderEliminarEs una novela en donde el conocimiento interior evoluciona en Pereira dando un vuelvo a su forma de vida. Es un libro que regalaría porque son de los libros que causan afición y amor a la lectura.