Páginas

lunes, 26 de marzo de 2018

PoetiZoom: Hasta aquí de Wisława Szymborska


Idioma original: polaco
Título original: Wystarczy
Año de publicación: 2012 - Entrevista, 2014
Traducción: Abel Murcia y Gerardo Beltrán
Valoración: recomendable

Dos circunstancias se aunaban para que yo no leyera este libro: primero, que soy un lector bastante deficitario (por no decir deficiente) del género lírico; en segundo lugar está que, si bien no llego a desconfiar del todo, me tomo con bastante escepticismo cualquier premio Nobel de literatura (hasta que se lo den a Murakami, por supuesto), como el que recibió Wisława Szymborska en 1996. Fallecida esta poeta en 2012, este pequeño libro, oportuna e irónicamente titulado Hasta aquí (puesto que el anterior fue Aquí), es una reunión póstuma de los últimas trece poemas que escribió o que al menos dio por acabados, junto con una conversación sobre ella y su obra que mantuvieron Javier Rodríguez Marcos, periodista que la entrevistó en alguna ocasión y sus traductores al español, y amigos de Szymborska, Gerardo Beltrán y Abel Murcia.

Ya digo que la poesía de esta poeta he de juzgarla por este librito (y por alguna otra cosa que he picoteado por ahí); me parece una poesía poco dada a la exaltación retórica, pegada a la observación de ciertos detalles, diríamos cotidianos -no sólo-, pero  una observación un tanto sorprendida; a un humor bastante guasón, que a veces no se muestra hasta el último momento, de tal forma que deja un regusto a labio golpeado medio en broma, con un almohadón o un foulard, quizás, pero un poquito magullado, al fin y al cabo... En apariencia, es una poesía nítida, accesible, aunque tal vez con resortes ocultos que se intuyen sólo tras una segunda lectura. 

En los trece poemas que componen este pequeño volumen -algunos muy cortos, media docena de versos, los más largos no llegan a dos páginas- encontramos, sin embargo, cierta variedad temática: algunos parten, precisamente de es contemplación de lo cotidiano, como ocurre en Alguien a quien observo desde hace un tiempo -sobre la albor de un barrendero-, Cadenas -un perro encadenado- o En el aeropuerto. En otros casos, se trata de una reflexión acerca algún elemento que forma parte de nuestras vidas, pero sobre el que no solemos pensar: Obligación -sobre la de alimentarse-, La mano o El espejo; aunque también sobre asuntos que se suponen mucho más fundamentales, como en A todos alguna vez.

Hay también lugar para la ironía metaliteraria -aunque en realidad la ironía está presente en todos los poemas, de una forma u otra- de Reciprocidad o A mi propio poema, e incluso para la ensoñación borgiana de El mapa o el divertido juego de fantasía a lo Stanislav Lem (vale, referencia facilona... pues a lo Calvino) de Confesiones de una máquina lectora. Y como no puedo acabar un PoetiZoom (aunque me arrepiento un poco de la etiqueta "Zoom", porque este libro es pequeño en extensión, pero grande en contenido), sin transcribir uno de los poemas de esta autora, me permito alargar aún un poco la reseña con el que es mi favorito, Hay quienes:

Hay quienes llevan a cabo la vida más hábilmente.
Tienen orden en su interior y a su alrededor.
Para todo la manera y la respuesta adecuada.

Adivinan inmediatamente quién a quién, quién con quién, 
con qué objetivo, por dónde.

Ponen el sello en las verdades absolutas, 
arrojan a la trituradora los hechos innecesarios,
y a las personas desconocidas
a las carpetas destinadas a ellas de antemano.

Piensan justo lo debido
ni un segundo más, 
porque tras ese segundo acecha la duda.

Y cuando los dan de baja de la existencia,
dejan su puesto  
por la puerta señalada.

A veces los envidio; 
afortunadamente se me pasa.


Otros títulos de Wisława Szymborska reseñados en Un Libro Al Día: Dos puntosAquí

11 comentarios:

  1. Hola, Juan

    Me gusta mucho la poesía, ha habido épocas en las que casi no leía otra cosa, y, sin embargo, a esta mujer no la he leído. No me gusta mucho leer traducciones poéticas, se pierde mucho en el camino, por lo que soy más de leer en castellano.
    El poema es buenísimo, y deja un regusto "guasón", como bien has dicho.
    Y yo que voy esta tarde a comprar libros...pues igual cae.
    Bueno, aprovechando la circunstancia de hablar de poesía, te recomiendo que leas la poesía de Ray Bradbury, que era un inmenso poeta, aunque no se le conozca por esa faceta.
    Saludos, y si leo el libro, lo comento.

    ResponderEliminar
  2. Hola , Lupita:
    Bueno, en esta edición también están los poemas en su lengua original, así que si controlas el polaco, no hay problema... ; )
    Me sorprende lo que comentas de Bradbury, así que si puedo le echaré un vistazo. Yo a mí vez te recomiendo como poeta a Bukovski, aunque éste quizás sí que sea más conocido por esta faceta. Y desde luego, no lo dudes con Szymborska.
    Un saludo y muchas gracias por el comentario.

    ResponderEliminar
  3. Tengo a esta mujer pendiente y confieso que es por su Nobel. No es que me crea que los Nobel son los mejores, pero sí es verdad que intento conocerlos porque doy por sentado que algo bueno tendrán.
    También me pasa con la poesía que, por más que es el género al que doy menos bola, le tengo mucho respeto y me parece alcanzable para muy pocos.
    Si de poesía hablamos, yo siempre disfruté con Oliverio Girondo.

    En cuanto a la reseña: amena de leer, como todas las que llevan tu firma. Y me gustó mucho el poema que expones. Hará subir a la polaca en la lista.
    Gracias.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Lo mejor de Szymborska es que no se tomó nada demasiado en serio, ni siquiera a sí misma.

    Un poema suyo dedicado a la adolescencia puede leerse aquí:

    http://zumo-de-poesia.blogspot.com.es/2010/09/adolescente-por-wislawa-szymborska.html?m=1

    ResponderEliminar
  5. Hola:
    Ante todo, gracias por el comentario halagüeño sobre mis reseñas. Y el poema es muy bueno, en efecto, como todos los que he leído de esta poeta.
    Yo ya digo que le tengo cierta prevención a los premios Noble; prefiero arrpentirme de mis prejuicios, como en este caso, que dar por hecho que me van a parecer excelentes y llevarme una decepción. pero vamos, ya digo, que con Szymborska ocurre todo lo contrario.
    Un saludo y gracias por el comentario.

    ResponderEliminar
  6. Lo mismo pienso, Sandra; gracias por el comentario y por el poema que aportas : )

    ResponderEliminar
  7. r qué nadie me habló de llorar en la ducha?
    28 ENERO, 2014
    Twittear
    ~Ray Bradbury

    ¿Por qué nadie me habló de llorar en la ducha?
    Qué sitio tan perfecto para el llanto,
    qué sitio tan idóneo para abandonarse
    sabiendo que nadie te oye.
    Dejas caer tus lágrimas. Sabes que entre las gotas
    no molestan a nadie, excepto a ti. Allí de pie
    enjuagas tu tristeza,
    tu cabeza y tu rostro son masajeados por tormentas primaverales
    o, pensándolo mejor, por la lluvia de otoño.
    Te vacías hasta quedarte en nada. Después te colma el gozo.
    Pero primero viene la tristeza, su posesión.
    Más tarde, la sed de melancolía encuentra su hueco
    en los rincones y conoce el dolor.
    Puede llevarte a ella: la última hoja de un árbol;
    o quizás el modo en que la brisa, acompañada de gatos,
    avanza con sigilo por el césped;
    o un chico en bici
    vendiendo a gritos el final del verano;
    o un juguete abandonado como una duda sobre un sendero;
    o una niña con una sonrisa tan inocente que te parte el corazón;
    o ese frío momento en que todos los lugares y rincones y habitaciones
    de tu casa se quedan vacíos y silenciosos,
    en que se van tus hijos, sus cálidos dormitorios se vuelven helados,
    y sus camas (esponjosos pasteles en verano
    que, sin la levadura, se deshacen),
    esperan que los gatos visiten a esos fantasmas medio olvidados
    durante el largo otoño.
    Así, por ninguna razón en concreto,
    crecen los antiguos océanos,
    tus ojos se llenan de sal;
    entonces, muere algo desconocido y debe ser llorado.
    De pie, bajo la ducha, a mediodía o por la noche
    es lo correcto y adecuado y bueno.
    Lo que nunca entendiste, ahora lo comprendes.
    Tu tierra interior se nutre maravillosamente de lágrimas:
    los años que has traído para cosechar
    ya están segados y almacenados;
    los amores, precintados y ordenados.
    Una vida entera encerrada en tu sangre, se libera y desata.
    Conócela. Arrójala
    fuera de tus ojos bajo el dulce fluir de las lluvias.
    Pero ahora, presten atención, hombres duros, buenos muchachos:
    esto no sólo es útil para mujeres perdidas o abandonadas;
    su necesidad es idéntica.
    Sigan su ejemplo.
    Tomen en préstamo el dolor y despreocúpense.
    Por Dios, inténtenlo.
    No se trata de aprender a llorar
    sino de aprender a morir.
    Lloren hasta la madrugada.
    Conmocionados por la lección aprendida,
    ríanse como recién nacidos a la hora del baño y griten:
    Maldita sea, doncellas. ¿Qué significa esto?
    Dulces viudas, váyanse al infierno.
    ¿Por qué?
    ¿Por qué, por qué, oh Dios, por qué
    nadie me habló de llorar en la ducha?

    Ray Bradbury (1920-2012). En: Vivo en lo invisible. Nuevos poemas escogidos. Traducción y prólogo de Ariadna G. García y Ruth Guajardo González. Editorial Salto de Página, Madrid, 2013. (Versión adaptada para este blog. Por la sugerencia: Kathya

    Ahí dejo para Juan ( y todos) mi poema favorito de Bradbury, me parece extraordinario. Lo leo muy a menudo.
    Respecto a otros poetas que mencionais, Bukowsky me gusta según los días, a veces su realidad sucia parece llegar al paladar y puede no ser el momento. Y Oliverio Girondo es para mí como un pequeño dios si de poesía hablamos.
    Pero por encima de todos vuelvo siempre a Gloria Fuertes: divertida, ocurrente, y comprometida.
    Saludos

    ResponderEliminar
  8. Gracias, Lupita, no lo conocía.
    Ahí va uno de Girondo:

    Cansado.

    ¡Sí!

    Cansado

    de usar un solo brazo,

    dos labios,

    veinte dedos,

    no sé cuántas palabras,

    no sé cuantos recuerdos,

    grisáceos,

    fragmentarios.

    Cansado,

    muy cansado

    de este frío esqueleto,

    tan púdico,

    tan casto,

    que cuando se desnude

    no sabrá si es el mismo

    que usé mientras vivía.

    Cansado.

    ¡Sí!

    Cansado

    por carecer de antenas,

    de un ojo en cada omóplato

    y de una cola autentica,

    alegre

    desatada,

    y no este rabo hipócrita,

    degenerado,

    enano.

    Cansado,

    sobre todo,

    de estar siempre conmigo,

    de hallarme cada día,

    cuando termina el sueño,

    allí, donde me encuentre,

    con las mismas narices

    y con las mismas piernas;

    como si no deseara

    esperar la rompiente con un cutis de playa,

    ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,

    acariciar la tierra con un vientre de oruga,

    y vivir, unos meses, adentro de una piedra.

    ... Y de los replanteos

    y recontradicciones

    y reconsentimiento sin o con sentimiento cansado

    y de los repropósitos

    y de los reademanes y rediálogos idénticamente bostezables

    y del revés y del derecho

    y de las vueltas y revueltas y las marañas y recámaras

    y remembranzas y remembranas de pegajosísimos labios

    y de lo insípido y lo sípido de lo remucho a lo repoco

    y lo remenos

    recansado de los recodos y repliegues y recovecos y refrotes

    de lo remanoseado y relamido hasta en sus más recónditos reductos

    repletamente cansado de tanto retanteo y remasaje

    y treta terca en tetas

    y recomienzo erecto

    y reconcubitedio

    y reconcubicórneo sin remedio

    y tara van en ansia de alta resonancia

    y rato apenas nato ya árido tardo graso dromedario

    y poro loco

    y parco espasmo enano

    y monstruo torvo sorbo del malogo y de lo pornodrástico

    cansado hasta el estrabismo mismo de los huesos

    de tanto error errante

    y queja quena

    y desatino tísico

    y ufano urbano bípedo hidéfalo

    escombro caminante

    por vicio y sino y tipo y libido y oficio

    recansadísimo

    de tanta estanca remetáfora de la náusea

    y de la revirgísima inocencia

    y de los instintos perversitos

    y de las ideitas reputitas

    y de las ideonas reputonas

    y de los reflujos y resacas de las resecas circunstancias

    desde qué mares padres

    y lunares mareas de resonancias huecas

    y madres playas cálidas de hastío de alas calmas

    sempiternísimamente archicansado

    en todos los sentidos y contrasentidos de lo instintivo

    o sensitivo tibio

    o remeditativo o remetafísico y reartístico típico

    y de los intimísimos remimos y recaricias de la lengua

    y de sus regastados páramos vocablos y reconjugaciones y recópulas

    y sus remuertas reglas y necrópolis de reputrefactas palabras

    simplemente cansado del cansancio

    del harto tenso extenso entrenamiento

    al engusanamiento

    y al silencio.

    ResponderEliminar
  9. Lupita .....Gracias !!! ¡me ahorraste la búsqueda! Me encantó!!.

    ResponderEliminar
  10. Hola a todos/as:
    Muy buenos poemas. Gracias por estas aportaciones.

    ResponderEliminar
  11. Hola, ¿es correcto poner un enlace a un blog de poesía? En caso afirmativo, lo borran, pero como veo que por aquí hay lectores que les gusta...

    https://malditospolimeros.blogspot.com.es

    Gracias.

    ResponderEliminar

Deja a continuación tu comentario. Los comentarios serán moderados y solo serán visibles si los aprueba un miembro del equipo.