Título original: Consider the Lobster
Idioma original: inglés
Idioma original: inglés
Traductor: Javier Calvo
Año de publicación: 2006
Valoración: Recomendable
A todo
reseñista que se precie antes o después le llega la hora de enfrentarse con un
“Foster Wallace” (exacto, como quien tiene que torear un Miura o, al menos, un Cebada
Gago). Ahora me ha llegado a mí el momento. Pero, cobardón como soy por
naturaleza, he hecho un quiebro para evitar morlacos como El rey pálido o La
broma infinita, que dejo a diestros más capacitados (y valerosos) que yo, y me
he ido a lo más fácil, que total, el expediente lo cubro de igual forma; de
hecho, Hablemos de langostas es uno de los libros más llevaderos y divertidos
del amigo David (al menos de los que yo
conozco).
Escribo “divertido” no sólo en su sentido literal, de
ameno e incluso gracioso, sino también pensando en el origen etimológico del
término: divertido como “diverso”. Pues se trata de una selección de artículos
en los que DFW nos cuenta tanto cómo es una convención de estrellas del porno
(sí, ése es el artículo que todo el mundo recuerda), como un Festival de la
Langosta en Maine o el seguimiento de un candidato a
candidato a Presidente de los EEUU. También, cómo vivió él los atentados del
11-S o lo tronchante que le resulta la lectura de Kafka, entre otros temas,
formando al final un conjunto bastante heterogéneo y personal. En el último
capítulo, por ejemplo, que trata de un locutor de radio, DFW (lo siento, pero
el uso de estas iniciales es preceptivo) sublima su conocida afición por las
notas a pie de página hasta la consecución, prácticamente, de un nuevo género
narrativo (un tanto ilegible, hay que decirlo).
Mi favorito, si alguien desea saberlo, es sin embargo, el
artículo titulado “La autoridad y el uso del inglés americano”. Juro que nunca
antes hubiera imaginado que me resultaría tan entretenida, y aun
desternillante, una digresión filológica (y algo histriónica) sobre la correcta
o incorrecta práctica del idioma inglés a partir de la publicación de un
diccionario. Vivir para ver.
De todos modos, a pesar de su carácter heteróclito, la
sensación que te deja este libro (sobre todo si lo lees de un tirón) es la de
que existe una suerte de unidad entre los diferentes artículos, o al menos una
ligazón oculta entre los temas: todos son diferentes caras de la misma realidad
poliédrica, absurda y a veces banal en la que vive la sociedad occidental (y la
oriental, supongo yo). Claro que tampoco es tan difícil encontrar analogías entre
una convención de la industria pornográfica, un festival de la langosta o una
caravana electoral americana… (ni tampoco imaginarse al típico profesor
especialista en Dostoievski o Kafka recreándose con un vídeo porno mientras
escucha el programa de radio de Ziegler. O al típico político americano
recreándose con una peli porno después de haber dado un mitin en el Festival de
la Langosta
de Maine. O al típico actor porno recreándose con la lectura de Dostoievski o Kafka después de… bueno no, eso no).
En cualquier caso, la lectura de este libro, aunque
dificultosa en ocasiones, como buen retoño de DFW (pero menos que otras veces),
resulta recomendable e incluso vivificante. Un tanto para el gran David, in
memoriam (y otro, una vez más, para Javier Calvo, que hay que reconocer que
los tiene bien puestos).
De o sobre David Foster Wallace en UnLibroAlDía: El rey pálido, Esto es agua, Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer. Ensayos y opiniones, Entrevistas breves con hombres repulsivos, Encarnaciones de niños quemados, Todas las historias de amor son historias de fantasmas -David Foster Wallace, una biografía, La escoba del sistema, En cuerpo y en lo otro, Conversaciones con David Foster Wallace
Vaya, soy el primero en comentar esta entrada varios años después. Lo cierto es que es lo primero que leo de DFW animado por tu reseña y también por no atreverme con otra obra del autor, dada su comentada complejidad. El tío era realmente bueno como articulista y con un sentido crítico muy particular, pero en mi opinión bastante interesante. Ha resultado una lectura muy satisfactoria aunque en ocasiones la profusión de notas haga pesada su lectura. No obstsnte, creo que repetiré, pero no mañana ...
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