Traducción: Magdalena Palmer
Año de publicación: 2021
Valoración: Recomendable (o algo más)
La delgada línea roja no es solo la película de Terrence Malick. En literatura vendría a ser la frontera que separa el melodrama lacrimógeno y sensiblero del drama, el alambre del cual te despeñas con todo el equipo si das un paso en falso. Digo esto porque Susie Boyt bordea el peligro en varias ocasiones, parece que está a punto de perder pie pero, como una buen funambulista, recupera el equilibrio, esquiva la caída y lleva la novela a buen puerto.
Y es que los ingredientes, ya de entrada, parecen un poco de "telefilme de Antena 3 los domingos por la tarde": tres mujeres (abuela, madre e hija / Ruth, Eleanor y Lily), drogas y abandono. Por suerte, esto no cae en manos de un guionista cutre y cae en manos de Susie Boyt, quien acierta con el tono general de la novela y con la construcción de personajes y relaciones entre ellos, alcanzando momentos realmente notables. Así, vergüenza, arrepentimiento, compasión, dolor, culpa, sororidad, anhelos de intimidad y familiaridad recorren una novela con tres partes bien diferenciadas en lo argumental.
La primera de ellas, y la más destacada en mi opinión, está más centrada en la relación maternofilial: qué hacer, cómo afrontar una situación como la que ha de encarar Ruth, cómo vivir con una cotidianeidad en la que se mezclan una tristeza infinita con pequeños rayos de esperanza, etc. El enfoque que Boyt da al tema y el personaje de Ruth, tratados ambos con mucha sensibilidad por parte de la autora, hacen de las primeras 150 páginas algo muy recomendable.
El problema, para mi, es que hay un momento en la novela en que Eleanor sale prácticamente del foco y la acción se centra en Ruth y Lily, adquiriendo un toque sensiblero que hace que esté a punto de descarrilar. La anterior indagación en la relación Ruth / Eleanor pasa a segundo plano y deja con la sensación de camino desaprovechado.
Afortunadamente, una nueva vuelta de tuerca en las páginas finales, un último giro que vuelve a poner en primer plano las relaciones maternofiliales (aunque sea desde otro punto de vista) hace que la novela remonte y uno acabe, pese a su crudeza, con buen sabor de boca.
Así que resumiendo, una novela muy british en tono y ambientes, extremadamente dura, con buenos personajes, narrada con sensibilidad, sin sensiblerías (al menor en su mayor parte) y sin caer en reduccionismos absurdos. Un buen libro, sí.
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