Idioma original: español
Año de publicación: 2022
Valoración:recomendable en general (imprescindible para afines)
Pues sí, puedo confirmar que el símbolo que se ve tras el título en grafía de ciertos aires constructivistas es el de la Falange. Aclaro, aunque no venga al caso, que si uso la mayúscula para la palabra Falange es para resolver una ambigüedad y no porque tenga el mínimo respeto por la gentuza que la ha integrado en algún momento. Aclaración que puede o no venir al caso para un eventual posicionamiento ideológico, aunque voy a suscribir esa máxima que Goebbels ayudó a aclarar cuando dijo lo de la palabra cultura y el cinto de su pistola. En cuanto a posición crítica y encono por enriquecer las opiniones de quienes lo frecuentan, el club de la cultura es un mundo más bien de izquierdas. Y la palabra nostalgia, en este contexto, acarrea ciertas connotaciones negativas.
Mencioné hace muy poco a Begoña Gómez Urzaiz. La periodista barcelonesa, cuya ecléctica sección semanal en el suplemento Cultura/s recomiendo encarecidamente leer, es la coordinadora de este Neorrancios, una decena de artículos que aportan diferentes enfoques para rebelarse contra ese oleaje neo-con (matiz: se publica en un mundo anterior a la Guerra de Ucrania ) basado en la reivindicación casi permanente de un pasado mejor y que cuenta con un arranque a raíz del éxito y repercusión de cierto libro, que Santi reseñó de modo certero en su momento. Feria, de Ana Iris Simón, y que es referenciado con cierta frecuencia en estos diez artículos con lo que se gana, de forma merecida o no, la condición de antagonista de esta colección. Aquí se trata un poco de todo y la óptica es algo generacional. Si hay algo que recriminaría a este libro, que recomiendo sin paliativos (aunque hay que considerar sus peros) es que la selección resulta demasiado cohesionada y en eso hay que tener cuidado: puedes pasar de informar a dogmatizar y de divulgar a elevarse al púlpito y lanzar soflamas. De hecho, entre estos diez colaboradores hay incluso un parlamentario electo, y eso es, a la vez que una toma de posición, un riesgo. Estos diez textos no solamente incluyen referencias culturales y menciones a artículos, a Tweets, también están trufados de situaciones del pasado que se denuncian y advertencias serias sobre los riesgos que implica extrapolar la añoranza de otros tiempos a demasiados ámbitos.
Hay artículos sobre las cuestiones que todos podemos tener en mente: racismo, inmigración, el problema de la vivienda, la integración de los colectivos con opciones sexuales diferentes a lo binario. He de reconocer que el lenguaje inclusivo aún me descoloca un poco. Aunque una óptica más global, no tan localista, le aportaría amplitud de alcance. Y hubiera agradecido algún riesgo superior en la elección del tono. En este sentido nos hemos quedado un poco a medias, y algún contrapeso ideológico le hubiera sentado bien, ni que fuera para mitigar una sensación algo abrumadora de cohesión, que para mi gusto le resta alguna credibilidad al conjunto que esta colección, con un arranque muy brillante, para evitar que definirla acabe pudiéndose reducir a una expresión parecida a diez intelectuales de izquierdas entre los 30 y los 45 años se despachan a gusto contra la reivindicación sesgada del pasado. Aunque sea por una cuestión de simpatía estratégica, esos titulares habría que evitarlos.
No pienso leer este libro progre, tampoco Feria. Este me provoca bostezos y el primero repelús.
ResponderEliminarLo que me ha llamado la atención es que no se ha llegado a usar el concepto descalificatorio de rojipardismo.
Ya puestos, recomiendo vivamente Los engreídos, de Sahra Wagenknecht.
No leí ninguno de los tres libros (los dos mencionados en la reseña y el que se menciona en el comentario de un usuario), sólo sus reseñas.. y las leo desde una posición neutral ya que no soy español, ni vivo en España.. No soy progresista ni conservador..
ResponderEliminarCreo que hay cosas en las que el ser humano ha progresado, hay otras en las que se ha "pasado de largo" (y está peor que antes), y hay otras que cambian de apariencia pero siguen igual.
Creo que las realidades en cada país son distintas, y me refiero a la recomendación de leer a Wagenknecht como opción a los libros de Gómez Urzaiz o el de Simón.
Sin embargo tomo de la reseña del libro de la autora Alemana lo siguiente: "Muchos obreros y personas de bajos salarios se han alejado de la política porque están desencantados, otros votan a la extrema derecha por rabia y por falta de alternativas" eso creo que está sucediendo en muchos lugares.. yo lo vivo en Argentina, en dónde "La hormiga por odio a la cucaracha votó al insecticida".. en fin.. progresismo, conservadurismo o izquierdismo.. lo que se vé en general es desorientación, desinformación e incapacidad de crear pensamiento crítico propio.. y ninguna de las tres alternativas por sí sola aporta una solución.
Interesante lo que dice y elegante la forma de decirlo. Sin embargo, matizo. Nada impide que uno llegue con su pensamiento crítico a cualquiera de esas formas que cita.
EliminarAntes que nada, pido disculpas por comentar como "Anónimo", pensé que estaba iniciada la sesión.. y solamente aclarar que no fue eso lo que quise decir antes, es decir, no quise generalizar.. disculpas si se entendió eso.
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