Año de publicación: 1994
Valoración: está bien
Un escritor uruguayo no demasiado exitoso recibe el encargo, por parte de sus editores, de localizar en una ciudad del interior del país a quien haya escrito una novela magnífica que han recibido y con quien no pueden ponerse en contacto. El improvisado detective se desplaza a esa desabrida localidad, a la que llama penurias, y, durante los días de su estancia allí, lleva a cabo unas pesquisas más o menos exitosas -me callo si finalmente tiene éxito en la misión encomendada o no-, conoce a una serie de personajes más o menos pintorescos y tiene algunos encuentros, más o menos eróticos. con mujeres...
Novelette ésta (perfectamente la podría haber etiquetado como "zoom" de tan corta que es) que bebe, como es obvio, de la clásica novela negra norteamericana -de hecho, en el libro encontramos más de una referencia a Raymond Chandler-, sólo que con un tono paródico e incluso bufo, lo que, digámoslo claramente, es lo que salva la historia, que, por lo demás, tampoco tiene mucha chicha, más allá de algunas reflexiones del protagonista y de la ambientación en un escenario un tanto laberíntico y onírico -los propios sueños del escritor-sabueso tienen también bastante presencia en la novela, por cierto-; tengo entendido, sin haberla leído, que esta ambientación está relacionada con la de La ciudad, del mismo autor. Aunque, de hecho, a mí tanto la localidad de Penurias como la repetición de ciertas rutinas diarias del tipo me han recordado algo la película Atrapado en el tiempo... influencia que bien podría haber existido en su redacción, de no ser el estreno de este filme justamente contemporáneo de la publicación del libro. Lo mismo me ocurre con la prosa de César Aira, cuyo estilo me ha recordado esta novelita de Levrero. Pero, probablemente (quien sepa más del tema, que se manifieste, si quiere), la influencia, de existir, sea en sentido contrario, puesto que la mayor parte de la muy extensa obra del argentino se ha publicado después de este librito.
En cualquier caso, estamos ante una novela cortita y divertida -en algún momento, incluso hilarante-, aun sin demasiada sustancia y que, con seguridad, no se encuentra entre las obras más señeras de este escritor uruguayo. Se lee en un plis-plas, eso sí, luego está bien para pasar el rato y hasta ahí.
Otros libros de Mario Levrero reseñados en este blog: Trilogía involuntaria, La banda del ciempiés
Totalmente de acuerdo con tu reseña, compañero. Aunque yo igual le hubiera bajado un pelín la valoración al libro. Lo leí después de la maravillosa trilogía involuntaria, y la verdad es que no hay color.
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