Título original: Kokinwakashu (古今和歌集)
Traducción: Carlos Rubio
Año de publicación: 905
Valoración: imprescindible
En su última novela "El Juego de Abalorios", Hermann Hesse concibe un enclave dedicado por completo al perfeccionamiento de las artes y al goce estético, aislado del resto del mundo y de sus tribulaciones, la ciudad de Castalia. Esta idea de un refugio para las artes y el pensamiento puede parecer una utopía literaria, sin embargo, no es del todo ajena a la realidad histórica. Durante la era Heian en Japón, la corte imperial funcionaba de manera similar, como un centro aislado dedicado a las artes, lejos de las preocupaciones mundanas y los conflictos de la vida cotidiana (sí, fue horrible para todos aquellos que no vivían en la corte y apenas tenían para comer, pero para fines de esta reseña, levantemos una oración por ellos y continuemos). En esta época de relativa paz y estabilidad, las artes florecieron como nunca antes, con las mujeres de la corte liderando este renacimiento cultural desde la reclusión de sus aposentos, comparables a monjas de clausura.
Es en este contexto donde surge el Kokinwakashū , una antología imperial de poesía waka que no solo simboliza el pináculo de la estética y sensibilidad literaria de la era Heian (claro, hasta la llegada del Genji Monogatari), sino que también refleja la profunda conexión entre la naturaleza, las emociones humanas y la búsqueda de la belleza, lo que llegaría a ser característico del espíritu japonés. Compilado a principios del siglo X, el Kokinwakashū sería la primera colección de poesía en recibir el patrocinio imperial, marcando un hito en la historia de la literatura japonesa y estableciendo un canon para la poesía (al día de hoy se sigue tomando como referencia en los libros de texto de educación básica y para estudiantes de caligrafía).
La poesía waka (和歌, "poesía japonesa"), esencia de la lírica japonesa, emerge como una forma artística distintiva en un contexto histórico donde la influencia cultural china dominaba el panorama literario de Japón. El waka es un término que abarca varios subgéneros poéticos, aunque principalmente se utiliza para referirse al tanka (短歌, "poema corto"), un formato de 31 sílabas divididas en unidades de 5-7-5-7-7 (si les parece familiar es por el hecho de que el haiku (俳句) derivó posteriormente de esa parte inicial).
En sus inicios, este estilo poético se nutría de las tradiciones orales autóctonas, las cuales se distanciaron de las convenciones de la poesía china, predominantemente escrita en kanji y caracterizada por su rigidez formal y temática. La adopción y adaptación del kanji (漢字, caracteres chinos) al japonés permitió inicialmente la imitación de la poesía china (signo de estatus y erudición, como el griego a los romanos o el francés para los rusos); sin embargo, la creación y evolución del kana (sistema de escritura fonética japonesa) marcó un punto de inflexión (un claro punto de comparación es el "Manyōshū" o "Colección de Diez Mil Hojas", compilado en el siglo VIII, el cual también incluye poemas cortos, aunque escrito principalmente en kanji, y siguiendo los estándares chinos). El kana ofrecía una mayor flexibilidad y accesibilidad, lo que facilitó su difusión entre aquellos que no tenían un fácil acceso a la cultura e idioma chino (léase mujeres). Esta innovación fue crucial para el desarrollo de una voz poética genuinamente japonesa. Sin embargo, la elección del waka por parte de la aristocracia de la corte Heian no fue meramente estética, sino también un acto de autoafirmación cultural frente a la influencia china (por supuesto, todo esto no hubiera sido posible sin la decadencia de la dinastía Tang). Mientras que la administración y la erudición se regían aún por los estándares y el idioma chinos, la poesía waka se convirtió en el dominio donde el espíritu japonés podía expresarse libre y plenamente.
El desarrollo del waka, paralelo al del kana (o más bien, retroalimentándose uno al otro), refleja el surgimiento de una estética japonesa propia. Posteriormente, las mujeres de la corte jugarían un papel fundamental en su florecimiento. Figuras como Murasaki Shikibu (Genji monogatari) y Sei Shonagon (El libro de la almohada), utilizando el kana, contribuyeron a la literatura japonesa con obras de una sensibilidad y profundidad emocional sin precedentes. A través de sus diarios, cuentos y poemas, estas mujeres articulaban experiencias personales y observaciones del mundo cortesano con una voz inconfundible, desvinculándose de los modelos literarios chinos (bastaría mencionar que en sus libros, los personajes citan poemas del Kokinwakashū). Esta estética se alejaba deliberadamente de los ideales confucianos y budistas importados (los cuales son centrales en al Manyōshū), encontrando belleza en lo efímero y lo sutil, conceptos encapsulados en la idea del mono no aware (物の哀れ, la empatía hacia las cosas, claramente sintoísta). El Kokinwakashū, compilado en esta era de transición, no solo es un testimonio del refinamiento de la poesía waka sino también un emblema de la autonomía cultural de Japón.
Con respecto a las temáticas de los poemas, el Kokinwakashu está organizado en 20 secciones (además de los prólogos), las cuales pretenden abarcar el abanico de emociones humanas (felicidad, melancolía, amor, etc.), así como su relación con la naturaleza (algo que se reforzaría aún más en el haiku). Además de aquellos relacionados con las festividades o ceremonias, por ejemplo, el año nuevo o los funerales.
Quisiera presentarles algunos de los poemas del Kokinwakashu, esperando despertar su interés, haciendo también mención de su representación pictórica, la cuál era de igual o mayor valor que el puro significado de las palabras (lo que hasta la fecha se sigue cultivando mediante el estudio y la práctica de la caligrafía tradicional). Los poemas que elegí son de mi particular preferencia. Además, me tomé el atrevimiento de incluir otros solo en japonés (escritos con mi mano). Por cierto, la edición aquí presentada es la de Hiperión. Es edición bilingüe y tiene una muy buena introducción, aunque el estilo con el que se tradujeron los poemas puede no ser del agrado de todos (principalmente porque en algunos casos trataron de incluir rimas, lo cual era despreciable en el contexto del waka). Así que les recomendaría buscar otras traducciones, ya sea en libro o en internet. También pueden buscar en youtube los poemas recitados, como idealmente se tenían que apreciar, es una experiencia totalmente diferente (solo busquen 古今和歌集 朗読).
Fue solo ayercuando las tiernas hierbas
campos llenaban.
Bajo el viento de otoño
Hoy sus hojas susurran.
que en mis mangas cayeron
¡Ah, si el montónde noches sin ti, comola blanca nieve
se apilara y así yo
con ella me fundiera!
Color y aroma.
Oh, ramas que guardáis
fuerza y viveza,
¡ay, cómo añoro a aquel
que hace tanto os plantó!
ni los hombres las cortan.
Qué descubrimiento; gracias por esta completa reseña.
ResponderEliminar¡ Que maravilla abrir el blog hoy y encontrar esta deliciosa reseña! Poesía Poesía Poesía SIEMPRE. Me anima mucho a buscarlo
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