Idioma original: inglés
Título original: A Couple of Comedians
Traducción: Rubén Martín Giráldez
Año de publicación: 1979
Valoración: recomendable
Lejos del tono underground y ligeramente depresivo de Dura la lluvia que cae, he de reconocer que desconocía más obras de Carpenter e incluso sentí la tentación de pensar que era un escritor de una sola novela brillante (quizás lo era) en torno a la que gravitaba una obra irregular. De hecho, recordaba esa novela como si la hubiera editado Sajalín (haría realmente un pack muy coherente con las novelas de Edward Bunker) pero no. En cualquier caso, puedo aplaudir relativamente que esta Un par de cómicos suponga un cambio de registro. aunque aquí haya excesos estos se circunscriben no al mundo delictivo o al lumpen sino a ese confuso mundo del espectáculo norteamericano de los años sesenta y setenta. De hecho, la foto de la portada no llega a engañar con el frame: ése es Dean Martin y el de la izquierda, Jerry Lewis. Una poderosa imagen que nos retrotrae a esa incipiente época pop aderezada de humor tosco y denigrante, ligeramente confusa por el poderoso influjo del descubrimiento, ya completamente desencadenado, de los narcóticos.
Esta novela parece especular más con lo que sucede entre bambalinas, y se centra en la relación discontinua entre Jim y Dave, ese par de cómicos que alternan shows y aparición en películas de medio presupuesto mientras su relación personal y profesional se ve sometida a sinuosos altibajos. Irrumpe en escena el día a día entre proyectos, y nos encontramos en la bulliciosa escena de la Costa Oeste de la época, un marco que ya ha sido fructíferamente mostrado en muchas manifestaciones artísticas, desde la extraña Vicio propio de Pynchon, pasando por los desmadres de Hunter S. Thompson, el reflejo del ambiente relajado de la época mostrado en el sonido Laurel Canyon, montones de referencias podrían añadirse pues asistimos a una tormenta perfecta. Una sociedad creativa y emergente, dinero a espuertas, la inspiración de una situación política turbulenta (con los ecos lejanos de la Guerra Fría y el impacto en la sociedad americana de lo de Vietnam), y por supuesto los efectos cercanos e individuales de los excesos de cada uno, las fiestas continuas, el sexo rápido, las drogas, el alcohol, la falta de sueño que se alterna con su exceso y la forma química de bregar con ambas. El ambiente se carga rápidamente. hay actores, clubes, restaurantes y bares con horarios ad hoc, una súbita aparición de la mansión Playboy, hay productores, inversores, hay visitas a casas enormes a horas intempestivas, piscinas, un enorme tránsito de mujeres fáciles (sitúese el contexto de la obra, por favor) y el conflicto permanente entre los dos cómicos. Dave, que parece conservar ciertos lapsos de cordura y consciencia; Jim, que aparece y desaparece y le mantiene en un vilo.
Quizás más un fresco de una situación temporal y unas circunstancias vitales que una novela de estructura clásica. Moderna en el sentido de que el lector ha de aventurar que esos intersticios y esas recuperaciones de la normalidad - los espectáculos, los rodajes, los ensayos - son la argamasa (junto al placer de la fama y el dinero) que une a la pareja de comediantes. En todo caso, agradable ver que Carpenter se desenvolvía igual de bien en un entorno frívolo y prosaico.
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