"Due note e il ritornello era già nella pelle di quei due
il corpo di lei mandava vampate africane, lui sembrava un coccodrillo...
i saxe spimgevano a fondo come ciclisti gregari in fuga
e la canzone andava avanti sempre più affondata nell'aria..."
("Dos notas y el estribillo se aferró a la piel de aquellos dos
el cuerpo de ella exhalaba llamaradas africanas, él parecía un cocodrilo...
los saxos empujaban a fondo como ciclistas gregarios en una escapada
y la canción avanzaba, hundiéndose en el aire...")
No es esta la única referencia al ciclismo en su obra; la encontramos también en la electrizante Diavolo Rosso -himno digno de un spaghetti-western sobre Giovanni Gerbi, ciclista paisano de Conte -y la algo menos acelerada pero también indudablemente nostálgica Bartali, en referencia a otro campeón italiano de ese nombre. Porque la nostalgia, incluso la melancolía, es una constante en toda la obra musical de este cantautor, ya sea como expresión de una relación -o aspiración, como en Dal loggione- amorosa -Dancing, Baci senza memoria, Paso Doble, Inno in re bemole, Una faccia in prestito y la canción que dedicó a su esposa desde hace más de cuarenta años: Gelato al limon- o, simplemente (aunque quizá no sea algo tan simple) del tiempo de una juventud, de un pasado ya inasible y sólo alcanzable en el recuerdo: Una giornata al mare, Sotto le stelle del jazz...
En otras ocasiones, por fin, lo que buscan expresar sus canciones es la alegría, el vértigo de vivir -incluso con la sensualità delle vide disperate-; así ocurre en la célebre y elegante Via con me o en el sincopado, a ratos onomatopéyico y arrebatador tango/jazz (o viceversa) Ratafià, cuyo estribillo se podría considerar como un resumen de la mirada sobre la música y el mundo de este ya legendario cantautor:
"Passa la vita, come una señorita, 'de amor'
apre il ventaglio e mette a repentaglio i cuor
la pampa attende in un silenzio d'erba, fulgor
che rittorni l'uomo-cavallo
nell'intervallo
del suo stupor, baglior, albor...
Passa la vita."
("Pasa la vida, como una señorita, 'de amor'
abre el abanico y peligra el corazón
la pampa espera en un silencio de hierba, fulgor
que regrese el hombre-caballo
en el intervalo de su estupor, resplandor, albor...
Pasa la vida.")
85 tacos, y eso que ese cigarrito que luce en la cubierta seguro que no es ocasional. Y encima sigue cantando! Yo lo único que conozco de este señor es la de Azzurro, claro, y no sabía que fuese suya. Es que aquí siempre descubrimos cosas nuevas.
ResponderEliminarMe corrijo: tiene ya 86, pues cumplió años en enero.
EliminarComo decía una columna de un periódico italiano el otro día, debería ser nombrado "Patrimonio humano vivo", como los artesanos en Japón... Pero en fin, si esta reseña sirve al menos para que alguien conozca su obra y figura, me doy por satisfecho cono fan incondicional que soy.
En los años 80, un buen amigo del Tizino me regaló un vinilo de Paolo Conte y flipé.
ResponderEliminarLeeré ese libro con fruición.
Gracias por aproximarnóslo a tus seguidores.
Hola : las canciones están en versión original (italiana) y su traducción a la lengua española ... es así, verdad ??
ResponderEliminarHola: sí, así es.
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